Cómo evolucionan los artistas cuando no paran de dibujar

A todos nos encanta pintar desde pequeños. Ya sea con ceras en la pared, con el pintalabios de mamá, con la salsa de tomate o con manley en el cole, da igual lo que nos den, lo pintamos todo. Pero, cuando nos hacemos mayores dejamos de hacerlo y ninguno de nosotros sabemos dibujar. Hoy os contamos porqué!

¿Por qué dejamos de dibujar?

Desde pequeños sentimos la motivación intrínseca de dibujar, un interés especial por el movimiento y por la expresión personal a través del dibujo. Desde que tenemos un año y medio evolucionamos progresivamente, comenzamos con garabatos, pasamos por formas reconocibles hasta que, con solo tres años, comenzamos a dibujar personas.

Es a partir de los diez años que ganamos el poder de expresión a través del dibujo y, con esta edad empezamos progresivamente a dejar de dibujar. Olvidamos todo lo que hemos aprendido y decimos la típica frase “Yo no se dibujar”.

Por una parte, los estudios nos fuerzan a disminuir cada vez más las horas de expresión artística, esto afecta de forma directa a la manera que tenemos de ver el arte y es un tema tan importante que hablaremos de él tranquilamente más adelante. Cuando estamos en infantil tenemos más horas que en primaria, en primaria más que en la ESO y así continuamente.

Por otra parte, cuando somos adolescentes comenzamos a decidir lo que es importante y lo que no para nuestra vida adulta y a dejar cosas atrás. La sociedad y el sistema de estudios nos enseña un concepto simple: lo útil es solo lo que nos ayuda a ganar dinero dejando como inútiles a las artes que, desde siempre, se tratan como algo artístico y no como un lenguaje de expresión.

Artistas que no lo han dejado

Por suerte, muchos de los niños a los que les gusta dibujar ignoran los cánones de estudio. Continuan con esta práctica y demuestran que se puede mejorar y, si se quiere, vivir de ello. Muchos de ellos nos han enseñado su evolución en las redes!