Muchas personas no conciben la práctica deportiva sin escuchar música. Esto está muy bien en recintos cerrados, pero al aire libre puede resultar peligroso. Los auriculares de conductividad ósea solucionan este problema.
Qué son los auriculares de conductividad ósea
A simple vista este tipo de auriculares podrían parecer normales, pero no lo son. Tienen la peculiaridad de que no se introducen en el conducto auditivo.
Este tipo de auriculares se colocan justo por detrás de los pómulos, un poco por delante de las orejas.
Cómo funcionan
Podría parecer ciencia ficción que colocándonos un dispositivo de este tipo en un lugar diferente de las orejas pueda permitirnos escuchar música.
Pero muchas veces la realidad supera a la ficción, y así ocurre con estos aparatos. El sonido en vez de llegar directamente a través de un altavoz colocado en nuestras orejas llega al oído a través de ondas sonoras que se transmiten a través de los huesos de nuestra cabeza. Estas ondas sonoras llegarán hasta nuestro oído interno, y por lo tanto seremos capaces de escuchar música o cualquier otro sonido.
Este sistema sin duda supone una enorme ventaja para aquellos a los que les guste escuchar música cuando entrenan al aire libre. Permiten escuchar nuestra música favorita pero sin aislarnos del ambiente exterior.
Por lo tanto estamos ante un producto ideal tanto para runners como para ciclistas. Recordemos que en el caso de los ciclistas, está prohibido circular con auriculares.
En el mercado ya podemos encontrar diferntes modelos de este tipo de auriculares. Cuando salieron al mercado superaban los 100 euros de precio, pero actualmente al haber aumentado la competencia podemos encontrar algunos con precios que rondan los 30 o 40 euros. Un precio que no es descabellado si los comparamos con el precio de unos auriculares bluetooth habituales.
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