Revista Ciclismo

Cómo lavar y engrasar la bicicleta (segunda parte)

Por Rafael @merkabici
Cómo lavar y engrasar la bicicleta (segunda parte)

En el anterior artículo vimos qué necesitábamos para desengrasar y dejar como nuevos los platos, el desviador delantero y las rodanas del cambio trasero. Piezas muy sensible a la acumulación de residuos propios de la carretera o la montaña. Pues bien, hoy vamos a ver cómo seguir con el proceso de desengrasado de la bicicleta.

Desengrasando la cadena, el sistema de frenado y el piñón

La cadena es el elemento vital de la transmisión, pues si su estado no es adecuado de poco servirá que nos hayamos tomado la molestia de realizar un perfecto desengrasado de la bicicleta. Además de ello tenemos que tener en cuenta que por su propia morfología se trata de un elemento muy complicado de limpiar, pues cuenta con miles de recovecos en los que se acumulan residuos de todo tipo, pudiendo en algunos casos incluso a representar un peligro (por ejemplo si una piedrilla se engancha). De ahí que resulte vital hacer un correcto mantenimiento de esta pieza y comprobar frecuentemente su estado.

Junto con el cassette puede ser la pieza que mayor complicación nos suponga a la hora de realizar el desengrasado de la bicicleta, pues además de por su estructura se trata del componente que mayor lubricante necesita; y claro, también a la que más cantidad de residuos hay que quitar a la hora de adecentar. Así pues en este caso no habrá que hacer más que cargarse de paciencia y de una brocha bien mojada en desengrasil o petroleo, y poco a poco ir frotando hasta que quede como los chorros del oro. Necesitaremos de un elemento puntiagudo como un palillo para poder quitar los restos de mejor manera. Ahora bien, también tenéis la opción del limpiacadenas, una pequeña herramienta que hará de esta tarea un juego para niños.

Cuando hayamos terminado con la cadena tocará ir donde otra de las piezas de la bicicleta que más sufre: el freno. Este componente, y las zapatas, son también grandes recolectores de mugre, por lo que habrá que andar con ojo de que queden bien limpios. El sistema es el mismo que en el resto del desengrasado de la bicicleta: darle con la brocha y el desengrasante. Ahora bien, en el caso específico de las zapatas convendría dejarlas secas y comprobar también, ya que estamos, su estado.

Y finalmente nos centramos en el piñón, otra parte de la bicicleta que por su propia naturaleza y forma tendrá suciedad de todo tipo para eliminar: grasa vieja, arena, polvo, etc. Es decir, que en este elemento nos podremos encontrar de todo. No obstante hay que tener cuidado, pues a la hora de aplicar el desengrasante hay que procurar que no entre éste en el núcleo de la pieza, pues podría causar problemas a posteriori. Por cierto, ya que estamos con el desengrasado de la bicicleta podríamos limpiar las llantas y los carretes, ¿verdad? Pues nada, un brochazo y como nuevos. Eso sí, cuidado con que pueda caer líquido desengrasante en el eje del buje, pues puede provocar oxidaciones; y más tarde puede que os encontréis con la desagradable sorpresa de que el remedio haya sido peor que la enfermedad.


Volver a la Portada de Logo Paperblog