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Como los humanos, los perros también podrían experimentar celos

Por Davidsaparicio @Psyciencia

¿Son los celos una experiencia humana, y sólo humana? Desde la perspectiva de la amenaza social, algunos sostienen que los celos requieren un concepto de “yo” y una teoría de la mente: estar celoso de alguien que coquetea con tu pareja, por ejemplo, requiere un nivel de amenaza (real o imaginada) para tu relación. Esta característica se ha usada para argumentar que los animales son incapaces de experimentar celos pues carecen de ese sentido de sí mismos. Sin embargo, un estudio reciente encontró evidencia que sugiere que los perros pueden, de hecho, ser capaces de representar mentalmente las interacciones sociales amenazadoras que dan lugar a los celos (Bastos et al., 2021).

Por qué es importante

Estos hallazgos confirman investigaciones previas sobre los celos en perros (por ejemplo Abdai et al., 2018), y sugieren que pueden tener habilidades cognitivas más complejas de lo que podríamos suponer, lo cual puede indicar la capacidad de conjurar otras representaciones mentales en diferentes situaciones, y una vida interior mucho más rica de lo que entendemos actualmente.


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Qué metodología usaron

Para el nuevo estudio, los investigadores reclutaron a 18 perros y sus dueños: todos los canes habían estado en el hogar durante al menos seis meses, no eran agresivos y no mostraban signos de incomodidad dentro del entorno experimental, eliminando la posibilidad de que se movieran hacia un perro falso por agresión o miedo.

Se pidió al compañero humano de cada perro que se sentara detrás de una gran barrera, con una venda en los ojos y auriculares con cancelación de ruido. Los perros fueron colocados a unos cinco metros de distancia, atados a un marco de puerta sujeto a un medidor de fuerza que se utilizó para medir con qué fuerza tiraban de la correa.

Se estudiaron dos condiciones:

  • Condición de perro falso: un perro falso de aspecto realista fue colocado junto al humano, detrás de la barrera. Luego, la barrera se movió en la habitación durante cinco segundos para revelar el perro falso al perro real. Cuando la barrera volvió a su lugar, bloqueando la vista del perro falso, se le indicó a la persona que lo acariciara y le hablara como si fuera real.
  • Condición de cilindro: por otro lado, se mostró a los humanos acariciando y hablando con un cilindro de lana detrás de la barrera. Sin embargo, el perro falso de aspecto realista todavía estaba en la habitación, colocado detrás de una barrera separada más pequeña y a la vista del perro real.

Qué encontraron

En la condición de perro falso, los canes reales tiraron significativamente más fuerte de sus correas que aquellos en la condición de cilindro, lo que sugiere que los perros estaban intentando romper la interacción entre su dueño y un rival percibido. El hecho de que el perro falso estuviera presente durante las pruebas de cilindros es importante, ya que muestra que la mera presencia de un rival no fue suficiente para invocar comportamientos celosos: fue la interacción real de la persona con el perro lo que llevó a un aumento del comportamiento celoso. 


Como los humanos, los perros también podrían experimentar celos


Cuando más tarde se permitió que los perros alcanzaran al perro falso, el equipo también encontró que los caninos se dedicaron a olfatear los genitales y la cara, lo que sugiere que creían que los perros falsos eran reales durante todo el estudio.

Señalan finalmente los autores que los perros parecían mostrar “firmas” de comportamiento celoso similares al de los humanos: reaccionaban cuando un interlocutor social se relacionaba con un rival social (el perro falso) pero no con otro objeto (el cilindro de lana), y no reaccionaban cuando el rival estaba en la habitación pero no se relacionaba con su humano. Lo que más llama la atención es que reaccionaron con fuerza a pesar de que no pudieron ver directamente la interacción entre la persona y el rival. Estos hallazgos unidos sugieren que los perros sí experimentan alguna forma de celos e incluso pueden representar mentalmente las interacciones sociales que dan lugar a sentimientos de celos.

Referencias bibliográficas:

Abdai, J., Baño Terencio, C., Pérez Fraga, P., & Miklósi, Á. (2018). Investigating jealous behaviour in dogs. Scientific Reports, 8(1), 8911. https://doi.org/10.1038/s41598-018-27251-1

Bastos, A. P. M., Neilands, P. D., Hassall, R. S., Lim, B. C., & Taylor, A. H. (2021). Dogs Mentally Represent Jealousy-Inducing Social Interactions. Psychological Science, 956797620979149. https://doi.org/10.1177/0956797620979149

Fuente: Research Digest


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