Revista Diario

Como me fue en la feria

Por Desmadreando @desmadreando

Cada quién habla de su suerte y de cómo le fue en la feria, así que les contaré como me alivié (término utilizado en México como si el embarazo fuera una enfermedad) o de cómo me dividí (término escuchado en Smallville pa lo que viene ser parir).

Primípara -tanto en hijos como en experiencia en la seguridad social- jamás me habían toqueteado tantos, ni maltratado psicológicamente de esa manera.

De donde vengo, cuando se puede, se accede- sin rechistar -a la seguridad privada. Si, pijeces del tercer mundo, pero si uno cuenta con seguro:-¡olvide usted el cuarto sin compañero! imagínese una suite con comida gourmet. Si señor, eso es lujo y no tonterías. Hay nidos y la madre es tratada “a toda madre”. En este lado del charco, y en Smallville, no fue solamente un no rotundo la opción de asistir a un hospital privado; si no que, “con mi condición de X woman” (no por mi tarjeta de residente, si no por un merequetengue de coagulación que hace unos cuantos años casi me manda a las puertas de San Peter Pan) tendría que subir al hospital público. Hablo de subir por que así se refieren aquí al hecho de tener que desplazarse en automóvil, tomar una vía rápida y llegar al hospital que está en lo alto de una colina. Tiempo de desplazamiento: 8 minutos. Bellezas de Smallville.

Hago una pequeña aclaración por aquello de que se me pongan “punks“: la seguridad pública en España es absolutamente genial. El trato y la atención da mucho que desear pero bueno, no se puede tener todo ¿o sí? De vez en vez hay gente “maja” pero la mayoría es “maja…dera”.

Así que me olvidé de la suite, del ginecólogo de toda la vida que te vio nacer, de las amigas con miles de cestas y regalos y sobre todo de la privacidad de no tener al marido de la de a lado diciéndote “yo creo que la niña tiene hambre” como si yo me fuese a sacar la teta a la vera para que se regodeara. En fin…

Y empezaron los largos 281 días de embarazo a las manos(dedos) públicas de mucho ginecólogo.

Los que hicieron el cálculo matemático se habrán percatado que mi condición primípara me hizo llegar a las 41 semanas del terror a pesar de que “se supone” que a la semana 38 tendría que haber sido provocado dada “mi condición”. No empero, al llegar a la cita de dicha semana en la zona de “embarazo de riesgo” claramente pronunciaron las palabras de “aquí no se provoca ni a Dios padre”. Asi que, en plena Semana Santa, pude vivir el calvario del bombo: pies talla 42, síndrome del túnel carpiano, insomnio, acidez más la belleza de haber coleccionado 270 inyecciones de anticoagulante y la incertidumbre que sin programación del parto significaba no poder utilizar la epidural. ¿Miedo al parto? Yo me río.

En la semana 39 la Critter pesaba ya 3900 kg. De tactos, monitores, desprendimiento de membranas, tapón arrojado, caminar y caminar, duchas calientes, comida picante, sexo a la de a fuerza, luna creciente, menguante y eclipse y demás mito para provocar el parto les puedo hablar yo que NADA (he dicho NADA) sirve. Contracciones las que quieran, con ritmo ninguna.

-Tome su volante señora que la ingresamos para provocarla.

La Critter no era ya Aries, nacería bajo el signo de los Toros- símbolo de la Madre Patria y de Osborne- en resumidas cuentas con gusto exquisito por el desmadre.

Un domingo lluvioso de mayo tendría que subir a las 6 de la tarde pues al ser puente festivo mejor hay que irse con tiempo (qué mas le da a la madre eso del tiempo ¡ja!).

Anote por favor que se contaba en tal ocasión con toda la familia política de visita en Smallville, mi madre llevaba ya 2 meses en casa (no se fuera a adelantar la niña) y la hermana de la parturienta- en este caso yo- se tuvo que regresar dos días antes de la citación oficial para la provocación del parto pues ya llevaba fuera 20 días sin sus respectivos monstruos. ¡Hay que joderse!

Eso no fue todo: a las 5 de la tarde me apeteció tomarme una leche muuuuuuuy caliente con galletas y en eso comenzó el circo. Contracciones cada tres minutos. ¡Niñaaaaa si teníamos cita pa las seis!

Llegué con el volante por delante -para la sorpresa de los de admisión- ya que jadeaba como si hubiese corrido un maratón y en lugar de admitirme me hicieron ir a urgencias por que cómo admitirme para “provocación” si yo estaba ya de parto.

Se nos asignó cuarto- obvio con compañerita, marido e hijo cumpleañero incluido. Yo resoplaba y gemía cada 2 minutos y el niño cumpleañero puso a todo volumen la televisión del cuarto. Una cosa queda por sentado. JAMÁS VOLVERÉ A VER A BOB ESPONJA Y SU CANCIÓN ME CAUSA DAÑO PSICOLÓGICO. “Quién vive en una estrella debajo del mar…fiuf fiuf fiuf fiuf- contracción-fiuf fiuf fiuf fiuf- contraccióoooooon- “Booooob Esponjaaaaa“. Tortura de las buenas. La inquisición reencarnada.

La buena señora en su estado de buena esperanza paría por cesárea a gemelas y al ponerme yo de parto pues no les salió bien las cuentas ya que no cabíamos tantos en la habitación. Resultado: mudanza. Tuve la grandísima suerte de tener para mi solita “suite privada” eso si: sin nido ni comida gourmet.

No tuve que vivir el detalle del enema ni de la afeitada por que les dio igual- me imagino- pero lo que no dejaron de lado fue el escuchar mi acento para soltar comentarios del tipo “para ser sudaca eres muy blanca” o el “haaablaar claraaamenteee por si no compreeendíaaa el castellanoo”. El dolor me impidió el levantarme y pegarles una ostia pero mi cara de póker no se la perdieron.

Dios se hizo presente a las 3 de la madrugada cuando ya tenía 4 cm de dilatación y me pusieron la epidural. Al ser festivo me tocó que me atendieran puros residentes y claro, la “doctorcita”-término despectivo por que era mas pequeña que yo en altura y edad- comenzó por decirme que no podían ponerme epidural bla bla bla bla y en eso se me escapo la respiración y grité tantooooo y con tanta palabra altisonante que comprendió en mexicano lo que significaba “no traigo anticoagulante pínchame de una puta vez” y aaaaaahhhhhhhhhh!!!!! las drogas son lo mío. Vi la luz, respire y así pude pasar 3 horas mas resoplando al ritmo debido.

Debo resaltar que todo este tiempo estaba el Semenator cogiéndome la mano con toda fuerza y hablándome de los edificios mas bellos del mundo- pues en la revista “Ser Padres” leyó que hay que hablar de otro tema que no sea la contracción para distraer a la madre. La intención fue buena pero a mi con ese dolor qué me iba a parecer bonito cualquier cosa.

-”Silencioooooooo fiuuf uf uf uf uf uf por favor uf uf uf uf uf”- se oyó un grito en dilatación.

Por lo qué el padre en cuestión se dedicó muy monamente a actualizar mi estatus de facebook para contar mi parto en tiempo real. Belleza de la tecnología.

A las 6 una vez “completa”- los términos son de lo mas jocosos- me hicieron pasar al paritorio. Al pasar las doctorcitas me dijeron “si puja bien pasa su marido”. Como si fuese premio y tuviera que ganarme la presencia del macho alfa. Ahí voy de idiota a pujar y pujar y pues después de 41 semanas y 12 hrs me dan la noticia que la niña estaba muy grande. -¿Y eso a mi que?-Pues que la cabeza es tan grande que no baja. Me negué completamente a la cesárea:- ¡ahora me la sacan!. -Pues entonces será parto con ventosa y su marido no podrá entrar.

Como me fue en la feria

Dos ginecólogas, dos matronas y una enfermera llegaron a la acción. Yo me sorprendí pues me habían dicho que lo común era solamente una matrona(figura nueva para mi pues en México es inexistente); pero más me sorprendí cuando se me treparon dos de ellas en la panza y presionaron taaaanto que me hicieron sentircomo los muñecos de plástico que venden que al apachurrarlos se les salen los ojos. Para ejemplificar dejo la imagen. El cerdito fue pura coincidencia.

Arriba piernas.

Mi humor era tal que me reí y les dije: -Vaya yo diciéndole a mi marido que no podía moverme y vaya que soy flexible- Risas. Y en eso sentí que algo resbalaba. La niña estaba fuera pero no la oí llorar.

Es tanto el cliché cinematográfico que yo me imaginaba el momento que siempre ilustran: bebe rosado llorando a grito pelado enseguida para después ponerlo en el pecho de la madre mientras ésta, con lágrimas en los ojos, besa a su bebé.

Ni una, ni otra.

Al ser parto con ventosa tenían que llevarse a mi cachorra a revisarla primero. No voy a negarlo, el corazón lo tenía a mil y la angustia de esos segundos fue eterna, pero cuando oí el grito- pues es eso más que llanto- lo que paso por mi mente fue un “esto es dar vida“. No es dar a luz, es dar vida.

Me la pusieron al pecho y al ver el contraste de la piel blanca blanca  y unos ojos negros negros que no me quitaban la mirada de encima tuve que presentarme. Hola monstruito- (que feitos son los niños al nacer por cierto ya luego se mejoran) yo soy tu madre y “güelcom to laif”. El lindo bienvenue que me hizo la Critter fue dejar en su madre una cicatriz particular con una episiotomía que ponía su nombre en manuscrito al derecho y al revés con 20 puntadas de amor.

¿Miedo a parir? Eso se pasa y se olvida. El cuerpo esta hecho para eso.

Hay que temer la episiotomía. Eso no se olvida temo decirles.

Otros ojos negros se asomaron por la puerta- estos con expresión de bambi- y era el padre en cuestión pues no tuvieron a bien avisarle que no pasaría y que era parto instrumental; a lo que estuvo media hora esperando hasta oir el llanto de vida que le aclamaba su presencia. ¡Menudos detallistas!.

Y empezaron las visitas y las llamadas y las revisiones y los mareos y el quiero ir al baño y el no vayas sola y el ya levántese y el quiero ir al baño me ayuda y el vaya usted sola y el siento que me voooooooooyyy y el me fui. Desmayo.

Hasta que no gritas no te hacen caso y hasta que no ven acción no actúan. Ley de vida en el seguro social.

Anemia. Está débil es normal. Póngase la niña la pecho. Más. Así no, así. A ver que no esta mamando y es una niña muy grande. A ver de ese lado no, de este otro. Me duele. No se queje. Póngasela más, el pecho es lo mejor. Compre pezoneras. Compre lanolina. Oiga me duele haya “abajito”. Es normal. Váyase a casa. El alta. La noticia: su hija ya tiene callo de fractura.

-Perdón ¿qué es eso?

-Su hija tiene fracturada la clavícula pero puede usted irse a casa sólo tenga cuidado al manipularla.

Me lo dicen al tercer día después de que todo mundo la cargo, la estrujo, la cambiamos veinte veces de ropón. Dicen que es normal al ser tan grande y al ser parto vaginal. ¡Y a mi que! ¡Ustedes decidieron esperar no yo!

Impotencia. Dolor. Debilidad. Instinto animal.

Saqué lo fiera, lo madre, el genio y el demonio. No solucioné nada mi muñeca nueva de porcelana estaba rota.

Agotamiento. Hormonas. Noches sin dormir. Dolor en aumento.

Esto termina con una visita a los 7 días a urgencias por infección interna por reacción alérgica al hilo de la episiotomía.

Yo no tuve el parto maravilloso. El dolor fue soportable. Sin embargo, hubiera pagado por tener a mi marido a mi lado, por vivir el romanticismo de cortar el cordón de mi hija, por sostenerla justo al salir de mí, por que no me hicieran episiotomía y sobre todo por estar en mi país, con mi gente y con mi doctor de toda la vida que hubiera hecho todo con mayor calor y cariño.

Sin embargo, me saqué el premio en la feria. Mi hija esta sana, es una Critter desmadrosa y me da la vida cada instante…para el resto, hay que vivir del cuento, alquilar pelis que llenen las fantasías o contar experiencias en un blog.

;)


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