Revista En Femenino

Cómo me saco leche

Por Mamá Futura @MamiFutura

Creo que es una duda que nos surge a todas cuando nos planteamos el hecho de tener que trabajar y un bebé lactante en nuestras vidas. Antes o después y de alguna manera nos tenemos que sacar leche y a veces no sabemos cómo, cuándo ni dónde.

Os voy a contar mi experiencia, cómo lo he hecho y cómo lo hago.

La primera vez que entró en mi vida la posibilidad de tener que hacerlo fue poco antes de saber que estaba embarazada al leer esta comparativa de bolsas para congelar leche de Mamapuede (AQUÍ). Fue cuando entró el concepto de Banco de Leche a mi vida y donde tuve claro que tendría que conseguir uno propio.

Después de informarme, pedí como regalo un sacaleches manual y al poco de usarlo, me compré uno eléctrico. Finalmente me quedo con esta última opción, aunque estoy pensando en volver a probar el manual. Ya os contaré…

Al mes de nacer Bebé Fúturo ya tuve inquietudes sobre si empezar con el Banco de Leche, también porque estaba dispuesta a donar(1) y cómo hacerlo, así que me lancé. Lo que hacía era que por la noche le ofrecía únicamente de un solo pecho y por la mañana me sacaba leche del pecho contrario. Alternaba el pecho cada noche y no noté especialmente mucha diferencia entre lo que me sacaba de uno de lo que me sacaba de otro.

Al principio me sacaba, como mucho y con mucha suerte, 90 ml. Pero yo ya sabía que esta cifra no es orientativa sobre lo que toma Bebé Fúturo dado que la succión de un bebé es diferente a la succión de una máquina. Aún así, guardaba cada gota de este oro líquido blanco como un tesoro. Poco a poco esta cantidad ha ido aumentando y me relajé sobre la obtención del banco de leche cuando conseguí llenar una balda entera del congelador sólo con bolsas de leche congelada.

Pero… ¡ay, amiga! No podía imaginarme lo tragón que era, en su momento, Bebé Fúturo. Al principio llegaba a beber casi un litro de leche diario y al mes el banco de leche había menguado a casi un cuarto de su existencia inicial. También hay que tener en cuenta que entré a trabajar cuando tenía cinco meses y medio y hasta los seis meses no introducimos realmente la alimentación complementaria. Al poco volví a estar de vacaciones y recuperamos un poquito el banco.

Intenté sacarme leche en el trabajo, pero no resulta cómodo y el transporte de esa leche me parece muy inseguro, por lo que opté por no hacerlo. Pero tenía que compensar de alguna manera la reducción del banco de leche, así que a día de hoy, mi sistema es el siguiente.

Cuando llego de trabajar me saco leche de ambos pechos, la cantidad varía desde 180 ml a 230 ml. Lo guardo en el frigorífico para la toma del día siguiente. Por la noche le ofrezco de nuevo un único pecho y por la mañana me saco del contrario, llegando a 100 ml. Así que más o menos le dejo unos 300 ml diarios que complementa con alimentación normal como frutas, verduras, carne, huevos, etc.

Los viernes congelo la leche que me saco y en fin de semana me alterno los pechos entre la mañana y la noche para congelar también esa leche por si hubiera alguna emergencia en la que hiciera falta, que la leche congelada nos ha salvado en más de una ocasión.

Por suerte, mis pechos nunca me han dado problemas. Es cierto que al principio el pezón pincha un poco con el sacaleches (igual que cuando el bebé empieza a mamar las primeras veces). Con el tiempo esto no ocurre, no duele absolutamente nada (hasta te olvidas de que algún día dolió). Pero además, nunca he tenido esa sensación de “subida de la leche” que tienen otras muchas madres. Sólo me molestaban dos días o tres cuando pasaba más tiempo del acostumbrado lejos de Bebé Fúturo, enseguida mis pechos se hacían a la rutina.

(1) AQUÍ y AQUÍ mi experiencia con la donación de leche al Banco de Leche de la Comunidad de Madrid.


Volver a la Portada de Logo Paperblog