Revista Psicología

Cómo mejorar la autoestima de los niños

Por Mundotlp @MundoTLP

En lenguaje coloquial solemos decir: “Este niño no se valora”, “no tiene seguridad en lo que hace”, “se deja influenciar por todo el mundo”… Son algunas de las habituales manifestaciones de una baja autoestima. Pero, ¿en qué consiste la autoestima, cómo se genera y, sobre todo, cuál es la manera de mejorar la autoestima en nuestros hijos?Cómo mejorar la autoestima de los niños

Lo que no es la autoestima

En nuestra cultura occidental siempre ha estado mal visto todo lo que huela a propia alabanza de uno mismo o de la familia. Por esto, siempre ponemos sordina a los elogios familiares. Por ejemplo, decimos: “No es porque sea mi hijo, pero es un buen estudiante, o es muy buena persona, etc.” Parece como si para alabar a alguien tuviéramos que pedir disculpas a nuestros interlocutores, pues en el fondo esta acción está trasgrediendo una vieja convención: no podemos vanagloriarnos de nada. Alegrarse con los triunfos de los amigos o familiares, puede ser considerado una falta de respeto hacia el otro. Este talante llevado al extremo es una mordaza para reconocer los pequeños y grandes éxitos de nuestros más próximos.Es cierto que la autoestima no es sinónimo de vanagloria y de engreimiento con los logros conseguidos. Pero tampoco implica una descalificación del otro. En cambio, expresiones como “soy más fuerte”, “soy más guapo”, “soy más inteligente” sí que pretenden desacreditar a los demás. En realidad, las comparaciones revelan todo lo contrario: me siento tan débil que tengo que descalificar a los demás para sentirme que soy alguien. Lo cierto es que no necesito estar por encima de los demás (ser más guapo, más inteligente, más rico) para sentirme bien, en armonía conmigo mismo y con el entorno.Tampoco la autoestima consiste en tener contentos a papá y a mamá, al profesor o a la pareja; no es una carrera por ganar aprecio y valoración.Porque la base de la autoestima es lo que uno es. Una sana autoestima no se puede sustentar, fundamentalmente, en lo que los demás piensen.La autoestima no está en relación directa con lo que uno sabe o con lo que uno posee. Es un sentimiento profundo, que está más allá de esas circunstancias. Es más bien un sentimiento silencioso (no hace falta expresarlo a los cuatro vientos, ni con palabras malsonantes, ni con conductas agresivas) de nuestra propia valía. Por ello, no por tener más dinero, más poder, más cultura tenemos una autoestima más elevada. En muchas ocasiones esas situaciones son tapaderas de un sentimiento de inferioridad y de minusvalía de uno mismo.

Lo que es la autoestima

La autoestima supone creer en uno mismo y no dejarse anular por el criterio del vecino o del amigo, pero tampoco mantener una idea por el temor a dar una imagen de debilidad o inseguridad. Es el punto medio entre la tozudez y la falta de criterios.De forma didáctica podemos distinguir dos modalidades de autoestima: la esencial y la situacional.Un ejemplo de la primera es Maribel: un ama de casa feliz con su tarea, que se siente amada y respetada por los suyos. Me decía en una ocasión: “Soy feliz pues siento que mis hijos me quieren y mi marido comparte conmigo todas sus penas y alegrías. Mis sentimientos los puedo poner en común con ellos”.Este aspecto de la autoestima es como los cimientos de la construcción de nuestra propia existencia. Si falla, nunca encontraremos paz y felicidad.Sobre la autoestima esencial, se construye la propia vida y es también soporte de la confianza de hacer bien la tarea profesional o laboral (autoestima situacional).En definitiva, el trípode sobre el que descansa la vivencia de autoestima se puede formular así: soy valioso, soy digno de que me amen y soy libre.Cómo mejorar autoestima niños
Es imprescindible que el niño y el adolescente vayan construyendo su propia existencia sobre el convencimiento de que tienen valor por sí (no por lo que hacen y tienen) y esto les convierte en sujetos de amor y cariño, al mismo tiempo que les permite ser libres, sobre todo en sentir, aunque no en actuar. Es decir, cuando las relaciones primarias (padres-hijos, profesores-alumnos, etc.) se construyen sobre el respeto al otro, y no es una ocasión para ‘ganar puntos’ ante uno mismo o ante los demás, estaremos facilitando la elaboración de una sana autoestima. “Me conozco y sé mis posibilidades y también mis limitaciones”, es el final de todo este proceso.A veces, pese a un buen clima psicológico, el individuo no ha conseguido una alta autoestima porque no ha sabido o no ha podido procesar todas esas vivencias positivas que ha experimentado.

¿Cómo se genera la autoestima?

Esta pregunta no tiene una respuesta simple. Son muchos factores los que inciden en cada persona para configurar su perfil psicológico: las primeras relaciones con los padres, los profesores, los hermanos, los abuelos, etc. Todos han influido, de forma directa o indirecta, en la construcción de la personalidad. Además, está las vivencias más o menos traumáticas o felices, los acontecimientos sociales o de barrio, las amistades y un largo etcétera. Somos como cantos rodados que a lo largo de nuestra propia biografía vamos formando nuestra personalidad. Con una salvedad: también cada uno de nosotros participa activamente en esa configuración. Los demás, en especial los padres, pueden acelerar o retrasar el proceso; pero, en definitiva, la última palabra siempre la tiene cada uno de nosotros.Esto también ocurre con la autoestima. Es importante el medio familiar, social, incluso geográfico, pero lo esencial es cómo el individuo elabora los estímulos que recibe: de forma provechosa (alta autoestima) o inadecuadamente (baja autoestima).Esto es así porque no existen padres, ni profesores, ni amigos perfectos. Yo me conformo con lo que decía Winnicot de las madres: ser un padre suficientemente bueno. Ya que la perfección no existe en este mundo, debemos procurar no dañar y no entorpecer el propio desarrollo psicológico de nuestros hijos.

Cómo mejorar la autoestima de los hijos

He aquí algunas claves para potenciar la autoestima en nuestros hijos:

  • 1.- Querer al hijo por lo que es, no por lo que hace

Con frecuencia nos fijamos más en las acciones (es un buen estudiante, es ordenado, etc.) para mostrar afecto y cariño; cuando lo esencial es que es nuestro hijo. Ése es el motivo más valioso.

  • 2.- No sólo amar a nuestro hijo, sino aprender a demostrárselo

Cómo mejorar autoestima niños
Nuestros hijos tienen que sentirse queridos porque se lo demostramos constantemente con las palabras y, sobre todo, con los hechos. No basta con trabajar de sol a sol para que los hijos estudien una carrera, también hay que conversar con ellos, pasear con ellos, abrazarlos y compartir tiempo, y de calidad, con los hijos.

  • 3.- Evitar las descalificaciones

Es mejor reprender por los actos que descalificar a las personas. “Eres un guarro” y “eres un vago”, por ejemplo, son frases que machacan la autoestima de los niños. Podemos manifestar, como es lógico, que nos disgusta lo que hacen (no estudiar, no arreglar su cuarto, etc.), pero eso no nos capacita para la descalificación o el insulto.

  • 4.- Los hijos no son una proyección de los deseos de los padres

Es muy importante aceptar que los hijos no son nuestra prolongación para cumplir nuestros propios proyectos y fantasías.Dos errores bastante habituales a este respecto:
  • Dar a nuestros hijos lo que nosotros quisimos y no pudimos tener, sin preguntarles si verdaderamente quieren aprender a tocar el piano, hacer ballet, ese juguete que no tuvimos, hacer esa carrera prestigiosa, etc. Muchas de las frustraciones profesionales tienen su origen en este aspecto: soy abogado, médico, ingeniero, arquitecto o profesor porque mis padres así lo quisieron, se escucha con bastante frecuencia en las consultas de psicología.
  • Otro aspecto, menos reconocido por los padres, es querer justificar y normalizar nuestra propia infancia tratando a nuestros hijos de la misma manera: si hubo agresividad, siendo muy rígidos con las normas, sin darse cuenta que los tiempos cambian y los niños y sus actitudes, también.En ocasiones, a través de los hijos, tratamos de ‘bendecir’ la propia educación recibida.
  • 5.- No hay que solucionar todos los problemas a los hijos
No es una buena madre o un buen padre quien le soluciona todos los problemas a sus hijos, sino quien va proporcionándoles los medios para su autonomía, de manera que ellos mismos encuentren sus propias soluciones.En algunas ocasiones, la propia angustia de los padres puede impedir crecer psicológicamente a los hijos y les incapacita para sentirse valiosos.

Nunca es tarde para mejorar la autoestima

Eugenio tiene 47 años. Posee un negocio familiar que comparte con varios hermanos. Consulta al psiquiatra porque se encuentra angustiado ante su decisión de abandonar el negocio y establecerse por su cuenta: “No me atrevo a planteárselo a mis hermanos, pues me temo que no van a entender mi decisión”.Eugenio es uno de los millones de personas con una baja autoestima, cuya manifestación es la falta de toma de decisiones: “Los otros no me comprenderán”. Probablemente y en el fondo, es él el que no acepta la postura de los demás. En el caso de Eugenio, su sorpresa fue grande cuando los hermanos asumieron de forma “pacífica” su decisión.La persona de baja autoestima siempre parte de un supuesto falso: los otros son mejores, más sabios, más honrados, más competentes que él.Para mejorarla, la persona con baja autoestima necesita darse cuenta de todo lo que ha ido logrando en la vida por sí mismo. Necesita que le recuerden las decisiones que tomó y lo que consiguió. Apoyándose en las experiencias de su propia biografía (en la toma de decisiones) es cómo irá descubriendo sus propias posibilidades y también sus límites. A partir de ahí, estará en camino para conseguir una sana autoestima.
http://elmundotlp.blogspot.com/es

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