Revista En Femenino

Como niña con zapatos nuevos

Por Felizenbrazos

¿Recuerdas esa sensación, cuando eras pequeña, de llegar a casa y tener algo nuevo, algo que te hacía mucha ilusión, recuerdas cómo disfrutabas al estrenar alguna cosa muy querida, o la mañana de Reyes, cuando estabas emocionadísima al ver esos paquetes esperando?

Cuando pasan los años y nos hacemos mayores, parece que esa sensación la vamos perdiendo, cada vez nos preocupamos más por los hijos, por el resto de la gente y nosotros pasamos un poco a un segundo plano, o por lo menos, eso me pasa a mí. ¿Cuántas veces has ido con los niños a un centro comercial a comprarte ropa y has terminado comprando cosas para ellos y nada para ti?

Todos tenemos gustos y necesidades. A unas personas les encanta el deporte, a otras les gustan los coches, las motos, la naturaleza, la moda…A mí me encanta escribir. Siempre me ha gustado. De pequeña escribía relatos para concursos del cole y me encantaba inventarme historias. Siempre tenía cuadernos y bolis por todos lados. Me pasaba horas practicando mi letra, mejorándola. Me fijaba en detalles que me gustaban de la letra de otras personas y los hacía míos. Así, mi caligrafía fue mejorando hasta ser lo que es ahora. Y lo confieso, me horroriza cuando leo algo con una letra feísima. Y cuando veo faltas de ortografía.

Pixabay

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Siempre tengo algo en mente, ideas bullendo en mi cabeza, pugnando por salir y ser plasmadas. Aunque lo que me falta es tiempo para llevarlo a cabo. Muchas veces, estando en la calle o en el coche, se me ocurren cosas que escribir y me pregunto por qué no llevaré una grabadora encima, para no olvidarlo luego. Pero lo que sí suelo llevar es papel y boli y así anoto las palabras necesarias para desarrollarlo luego en casa…si tengo tiempo.

Últimamente, escribir era un poco tortura. Mi ordenador estaba viejillo, empezaba a ir muy lento, se me había estropeado un trozo de pantalla y había partes que no veía, me eternizaba para subir algo al blog, así que tenía en mente desde hace meses comprarme uno nuevo. Pero ya sabes, siempre hay cosas más importantes; las vacaciones, los libros de los niños, ropa para la nueva temporada, que hay que ver lo que crecen… Hasta ahora.

Ya en octubre, sin otros gastos previstos, ha llegado mi momento, el momento de cambiar el ordenador. Y así estoy ahora, como reza el título, como niña con zapatos nuevos, mejor aún, como niña con un portátil nuevo. Es tan bonito. Y va tan fluido. Las teclas son un poco más suaves que la de mi anterior ordenador, así que escribir es una experiencia aún más agradable. Aquí estoy, intentando acostumbrarme a las nuevas mejoras, madre mía lo que cambia un programa en unos años. Y disfrutando de él a tope. Incluso algunas mañanas me despierto antes de tiempo y decido levantarme para cacharrear un poco.

portatil

Tengo muchas cosas que escribir. Y muchas ganas de hacerlo. Sólo necesito encontrar un poco más de tiempo. Y teniendo en la mesa mi nuevo ordenador, seguro que lo saco de algún sitio.


Como niña con zapatos nuevos
Como niña con zapatos nuevos
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