Revista Psicología

Como no tienen vida propia…

Por Paulo Mesa @paucemeher
Como no tienen vida propia…

Sí, es esa gente que habla de todo mundo y de cuanta tontería ven por ahí. De ellos está lleno el mundo. Es esa gente que habla de sí misma cada que puede, que no escucha porque está pendiente de pensar qué replicar sobre lo que "a ellos les pasa...". Son imposibles para conversar, son abundantes y son tenencia. Su síntoma más común es que pasan mucho tiempo hablando de todo el mundo, de si hacen o no hacen, de si vienen o van, de si están o si se quedan.

Cuando tu prima se separa "rajan" de ella porque se separó, pero si ella siguiera con el consabido imbécil también rajarían porque "sigue metida en ese matrimonio infeliz con ese torpe que tiene por marido...". Ahora, como ya rehízo su vida y encontró a alguien nuevo entonces el tema de conversación es "porque se volvió a meter en una relación...", pero te puedo asegurar que si se hubiera "quedado en casa..." entonces el reclamo sería porque se quedó "sola llorando por ese tonto en vez de buscarse a alguien nuevo...". Nada les sirve, nada está bien, todo está mal, todo es un problema.

Lo importante es joder, meterse en la vida ajena, husmear, opinar, juzgar, dar un veredicto y una opinión sobre lo que debería ser la vida de las demás personas porque ellas mismas no tienen ni puta idea de qué hacer con sus propias vidas, porque nunca han sabido, tal vez han creído saberlo, pero si les preguntas en realidad no tienen idea. Son unos zombis que comen, duermen y cagan... ¡Ah! Y vociferan todo el tiempo, parlotean sin parar.

Sólo haz el experimento de preguntarles vez si tienen algún plan, si quieren hacer algo de valor con sus vidas, si van para algún lado con su existencia... ¡Sí, obtienes sólo silencio, gagueo y dudas! No lo saben. Si uno tiene eso razonablemente claro sabe que emprender un camino es algo azaroso, es difícil, incierto, amenazante. También entiende que se tiene que enfocar y por consiguiente no hay tiempo de ocuparse por lo que hacen o dejan de hacer los demás; con el problema de mi propia existencia es más que suficiente.

Si uno antes lo ha hecho sabe que se puede equivocar, que la vida en sí misma es un juego multivariado permanente, que hoy nos gusta una cosa y mañana otra, que eso del "carácter" y la "personalidad" es algo que los psicólogos usamos como arma de "confusión", pero que puede ser un cuento difícil de sostener.

Hoy "somos uno" muy diferente del que éramos ayer y con seguridad mañana seremos unos seres diferentes. Si persistes en la ilusión de que eres igual quizás te estés aferrando a algo que no es, quizás te estés perdiendo del dinamismo del aprendizaje, de la experimentación, de lo que pasa a toda ahora en una existencia que no se detiene.

Cuando no tenemos vida propia vivimos una vida afuera y para afuera: fotos, selfies, poses artificiales, sonrisas armadas y una felicidad de red social que de fondo lleva una miseria interior que nos esforzamos en tapar. Cuando te ves constantemente preocupado (a) por lo que hacen o dejan de hacer los demás, quizás estés rodando en línea recta por la ruta de escape de tu propia realidad ¿Se te hace familiar? ¿De qué huyes?

Quédate, hazte cargo, busca, escarba, el tesoro está ahí, incluso en el fondo del lodo de tus miserias, no hay que ir a la India ni a un retiro espiritual en las montañas para "encontrarte", la verdad siempre ha estado y estará ahí donde tiene que estar, adentro, muy lejos de los ojos de mucha gente y de las normas de conducta que tan fervorosamente defiendes y sancionas.

Que se mueran todos, que vivan todos, cada cual en su camino, en su rumbo, en su vida, en sus cosas, en su propia lucha interior, intentando salir adelante con ella... tú sobreviviendo con la tuya que, a propósito, ¿Cuál es? ¿Te has vuelto a preguntar en qué iba? ¿Te acuerdas en qué capítulo la dejaste? Ojalá no haya sido que por irte a meter las narices donde nadie te ha llamado la hayas perdido...

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