Revista Opinión

Cómo nos estamos rindiendo frente al enemigo

Publicado el 19 noviembre 2013 por Vigilis @vigilis
La precipitada excarcelación en masa de torturadores y asesinos de ETA viene de regalo con la excarcelación de violadores y otros psicópatas que debido a su inusitada crueldad bien podrían hacer carrera en la mencionada banda terrorista.
No es este un problema puramente legal como trata de hacer ver el Gobierno. Apareció el otro día Gallardón con la cara de hormigón armado pidiendo que por favor la gente no pague su frustración contra los jueces. El morro le creció a nuestro ministro de justicia de tal manera que los aborígenes neoguineanos se preguntan a estas horas de donde salen tan inmensas bembas que asoman por el horizonte. No se trata aquí de dilucidar un conflicto técnico entre la potestad del Tribunal de Estrasburgo y la legitimidad de la fenecida política penitenciaria española. El mareo de declaraciones extrañas y contradeclaraciones confusas evidencia tan solo la estrategia del gobierno de tratar de pasar el mal trago político y lograr que no se junte en el calendario la amnistía etarra con una cita electoral. Y de regalo, el violador del ascensor y otras piezas que nos gustaría ver salir de prisión en una caja de pìno.
Esta amnistía de ETA —no puede recibir otro nombre, hablemos claro de una vez— es un punto más en el llamado "proceso de resolución del conflicto vasco". Este mismo proceso que continúa con el PP y que el PSOE presentó en el Congreso en 2006 recibiendo el voto negativo del PP. Aquel voto aprobatorio del Congreso para iniciar "el diálogo" vino acompañado de una tregua de ETA —por definición, un grupo terrorista no puede declarar una tregua— a la que siguieron más atentados.
Previamente (2003-2005), el presidente del País Vasco había presentado su propuesta de reforma del estatuto de autonomía (que recibió voto negativo en el Congreso). Esa propuesta no fue sino la consecuencia de una negociación de algunos partidos vascos con el grupo terrorista (Pacto de Estella). Sobra decir que a esta negociación le acompañó un alto el fuego "permanente" de ETA que pronto vino acompañado de más muerte y dolor.
Cómo nos estamos rindiendo frente al enemigo
Juega a favor de ETA el hartazgo que produce hablar de este tema. Juega a su favor la inusitada prisa que se dieron los padres putativos de la patria en permitir a los terroristas presentarse a las elecciones. También juega a su favor que el ministro del Interior no informe al público. Todo lo que juega a favor de ETA y de su entorno (o sea, más ETA) juega en contra del público.
Este gobierno del PP es capaz de hacer una campaña basada en denunciar la negociación de Zapatero con ETA y en prometer bajar los impuestos y luego al llegar al poder hacer exactamente lo contrario. Sí, se encontraron con que el PSOE había mentido en el déficit, pero caray, la negociación con ETA al menos era pública y notoria (Patxi López morreándose con Otegi, recuerden). Ah, pero una feliz casualidad —la sentencia de Estrasburgo— deja impoluto el expediente pepero en esta cuestión. Ni en sueños.
Mucho se ha hablado de lo que puede hacer el gobierno con la sentencia de Estrasburgo. Pero el gobierno ha tomado la decisión política de conceder una amnistía a los presos etarras en el marco de un proceso que cumple con tal celo que parece que nos gobierna la abuela de Otegi. Un proceso que cuenta con el beneplácito del hoy todavía principal partido de la oposición (cosa que también clama al cielo pues los cementerios cuentan con no pocos socialistas asesinados cruelmente por ETA). Proceso que por supuesto cuenta con el apoyo de quienes consideran la soberanía nacional y el estado de derecho una incomodidad para sus planes de enriquecimiento y vanidad personal.
Cómo nos estamos rindiendo frente al enemigo
Por el camino hay más cosas (por si todo esto fuera poco). El CIS pregunta y la gente ya no considera al terrorismo algo de lo que preocuparse. ¿Hace falta recordar que los atentados de los terroristas gallegos van en aumento? ¿Hace falta recordar que en Cataluña parte de la población no puede realizar actividades políticas con normalidad? Supongo que sí hace falta por varios motivos.
Un motivo es debido a que cierto sector político ha fracasado en la batalla de la imagen pública. Hoy la gente hace chistecitos con ETA y las asociaciones de víctimas. Asociaciones que mareadas por el poder y ninguneadas por la sociedad civil, son blanco de acusaciones insultantes e inmorales.
Otro motivo se debe a la normalización de lo que no es normal. No puede ser que la mitad de la población vea con buenos ojos la degeneración de la democracia. Defender una democracia sin límites ni cortapisas es convertir a la sociedad en una turba.
Al gobierno del PP, incluso con la seguridad que le da su poder total sobre las instituciones, ninguna de estas cuestiones le preocupa ni le parece relevante. Confía en el efecto anestesiante del calendario y en la importancia de la recuperación económica. Cree que la estrategia le funcionará, pero la historia demuestra que el apaciguamiento jamás ha funcionado. Además, es iluso pensar que etarras que no han conocido otra cosa más que apretar el gatillo y pasear por la cárcel se van a conformar con aprobar un nuevo presupuesto para el polideportivo de su pueblo.
Tengamos la seguridad de que este gobierno continúa bailando con los terroristas, que a nadie le quepa la mínima duda de que estos no se van a conformar con los polideportivos. Constatemos cómo el éxito de ETA es susceptible de reproducirse con otras modulaciones en otros lugares de España. Quede claro que el Partido Popular no es instrumento para la supervivencia del país ni del estado de derecho. Desterremos la idea del mal menor. Si gana el Nuevo Frente Popular, al menos no insultará a nuestra inteligencia, ya que va de cara.
Más:


Volver a la Portada de Logo Paperblog