Revista Belleza

Cómo pasar del moreno al rubio sin morir en el intento

Por Anne1980

Pasar del moreno al rubio es uno de los mayores retos de peluquería. Si estás pensado en cambiar el color de tu pelo radicalmente, no te pierdas este post en el que algunos de los mejores expertos te dan las claves para hacer la transición sin morir en el intento ni eternizarte.

El rubio se ha convertido en el objeto de deseo de muchas morenas. Dicen que deseamos lo que no tenemos y ¡qué gran verdad! Las morenas queremos ser rubias y al contrario; y las que tenemos el pelo liso, queremos lucir esos rizos y ondas por las que tanto suspiramos.

El problema es que un cambio tan radical daña mucho el pelo. Por eso, es importante ponerse en manos de los mejores profesionales para evitar que el cabello acabe aún más dañado de lo normal y no tener que lamentarnos después de la decoloración.

Además, no todos los rubios son iguales. Hay una gran variedad de tonalidades y lo que a mí me queda bien, puede que a ti no te siente bien. De ahí que sea tan importante también contar con un buen asesoramiento.

A continuación, te muestro las claves de los expertos para pasar del moreno al rubio sin morir en el intento y, lo más importante, sin que tu pelo sufra más de lo necesario.

Cómo pasar del moreno al rubio sin morir en el intento

Asesórate bien para descubrir qué tono de rubio es para ti

Lo que a tu influencer favorita le sienta fenomenal, puede que a ti no te quede tan bien. Por eso, es fundamental que re dejes aconsejar por tu estilista para que analice tu piel, tus rasgos y el color de tus ojos para dar con la tonalidad que resalte mejor tu belleza natural.

"Para escoger adecuadamente el tono hay que observar la tonalidad de la piel, así como si hay matices fríos o cálidos. También el color de los ojos, de hecho, algunos profesionales solo tienen en cuenta este aspecto, ya que es un color que no varía.", explica M.ª José Llata de Peluquería Llata Carrera desde Santa Cruz de Bezana (Cantabria).

"Sin embargo, la piel puede cambiar según la estación. También es preciso tener en cuenta otros aspectos que hacen que la tonalidad escogida sea factible como el color de base, el estado de salud del pelo, la textura, etc. ", concluye.

Antes de cambiar, hay que probar

El paso del moreno al rubio es un cambio importante. Por eso, es necesario hacer una prueba en un mechón oculto antes de hacerlo para ver el resultado sin tener que lamentarse.

"La prueba de color es muy importante. Nos previene de posibles alergias y nos indica la posible reacción del pelo ante la coloración. Así se puede comprobar si será más o menos fácil decolorar y lograr el color deseado, aspectos que dependen también de la porosidad y la elasticidad. Se deja actuar entre 15 y 30 minutos y nos ayudará a evaluar qué nivel de aclarado soporta el cabello.", afirma Rafael Bueno de Rafael Bueno Peluqueros desde Málaga.

El punto de partida marca el de llegada

No todas las melenas son iguales, por eso los resultados son siempre únicos. Saber cómo es tu cabello, te dará una pista de las posibilidades que tienes de conseguir el rubio perfecto que encaje con tus rasgos y, lo más importante, quede natural.

" La textura natural puede afectar en la coloración. El pelo rizado puede ser más frágil, pero también aclararse
más rápidamente. El cabello grueso es más fuerte, pero al mismo tiempo más resistente a cambiar de color, por lo que necesitará más tiempo.", indica Felicitas Ordás de Felicitas Hair desde Mataró (Barcelona).

"De igual modo, no reacciona igual una melena virgen que una tratada con color. Las cabelleras sin tratar cambian de
tono de modo uniforme y mucho más rápido. Las que cuentan con un color previo pueden presentar
diferentes tonos en cada una de las áreas de la melena.", añade.

Dime qué color de base tienes y te diré qué tono de rubia eres

No siempre puedes conseguir el rubio soñado en una sola sesión. Ten paciencia porque el color de base que tengas, el estado de tu cabello y el tono que quieres marca los tiempos y pueden ser necesarias varias sesiones para alcanzar el tono que quieres.

"Antes de empezar a trabajar, necesitamos saber la historia de ese pelo. Si no está en buenas condiciones y queremos
decolorar es posible que la fibra se rompa, por lo que no sería recomendable. Lo ideal, si tenemos en mente aclarar nuestro color, es nutrir el pelo con un mes de anterioridad para reforzarlo, así como evitar aplicar calor, sobre todo, las planchas.", comenta Manuel Mon de Manuel Mon Estilistas desde Oviedo.

"Si tenemos un color previo, es preferible arrastrarlo con un tratamiento para eliminar los restos de pigmento. No hacerlo puede alterar el color.", afirma.

Lo bueno se hace esperar

Los grandes cambios a veces se hacen esperar, sobre todo, si quieres asegurarte el éxito, así que insiste: ten paciencia. Y te entiendo perfectamente, ¡que conste! Todas queremos llegar a la peluquería y salir como lo hemos visualizado en nuestra cabeza, pero un cambio tan radical requiere sus pasos para que quede bien.

" El número de visitas al salón para conseguir el rubio que deseamos depende de cada persona, pero pueden ser hasta tres. Depende del tono de partida y del que queremos, más claro o más oscuro. En general, aclarar dos tonos de un castaño ya requiere decolorar y si, además, lo que deseamos es un platino entonces es necesario realizar un doble proceso de decoloración, lo que puede suponer unas 4 horas.", explica Raquel Saiz de Salón Blue by Raquel Saiz desde Torrelavega (Cantabria).

"También, podemos hacerlo de forma progresiva. Un modo que respeta más el cabello y en el que nosotras nos
vamos acostumbrando poco a poco al cambio. Unos reflejos como las mechas balayage hará que el proceso sea más natural. Lo mismo sucede con la técnica ombré que focaliza el color en medios y puntas. Lo que conseguimos así es complementar piel y ojos de modo gradual sin comprometer tanto el cabello.", propone.


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