El rotulador es el instrumento de dibujo más reciente, pues nació en Japón durante los años sesenta. Un rotulador (o marcador) es un instrumento de escritura parecido al bolígrafo, que contiene su propia tinta. Su punta suele estar hecha de un material poroso como el fieltro y puede tener diferentes tamaños y formas.
Si se sabe utilizar correctamente puede ofrecer unos resultados espectaculares y sorprendentes. La técnica del rotulador es delicada y compleja, pero tiene unas enormes posibilidades creativas y expresivas, además de ser ideales para plasmar ideas rápidas con mucho color.
El rotulador es altamente expresivo pues se basa en la línea como elemento principal, y puede aportar texturas, masas de color, puntos, dirección, tachaduras, frotados, mezclas de colores vibrantes en el propio papel, etc. Si además lo mezclamos con otros materiales y técnicas en nuestros proyectos, las capacidades de transmitir y sus posibilidades expresivas aumentan. Cada vez son más los artistas que adoptan los rotuladores como herramienta preferida.
Para garantizar los mejores resultados al pintar con rotulador es importante elegir un buen material con tinta de primera calidad, por lo que es recomendable acudir a una tienda especializada en Bellas Artes y no conformarse con marcadores infantiles que pueden estropear nuestras obras. Actualmente podemos encontrar una gran variedad de material: rotuladores indelebles, rotuladores fluorescentes, rotuladores permanentes, rotuladores acuarelables, rotuladores de témpera… ¡de todo!
Técnicas para pintar con rotuladores
Color plano
Es la aplicación más elemental del rotulador y la única que la mayoría de gente conoce. Consiste en pasar el rotulador sobre el papel para rellenar los espacios de color, teniendo en cuenta que hemos de ser rápidos para que la tinta no tenga tiempo de secarse hasta que acabemos. Es necesario volver una y otra vez sobre el frente para mantener la tinta fresca y el color uniforme.
Rayado
Esta técnica permite realizar variaciones de color y aporta a nuestras creaciones sensación de direccionalidad o profundidad. Podemos utilizar un rotulador casi gastado para experimentar con el efecto, que cambia según la tinta que le quede al marcador.
Enmascaramiento
Cuando queremos definir fuertemente un borde pero no queremos subrayarlo directamente con el rotulador podemos utilizar esta técnica. Consiste en aplicar una cinta adhesiva que tape las zonas de papel que no queremos manchar. Es muy útil para evitar acumulaciones de tinta al principio del trazo (ya que se quedarán sobre la cinta y no sobre el dibujo) y es una opción imprescindible si trabajamos con rotuladores grandes.
Trazado de líneas
Consiste en hacer un único movimiento prolongado, sin pintar ‘a saltos’. Con una misma línea vamos definiendo contornos y coloreando espacios.
Efectos de fusión
Por otra parte los rotuladores profesionales ofrecen interesantes efectos de fusión, tanto si se mezclan unos con otros como si se aplica sobre el trazo una pincelada de alcohol o agua (como si estuviéramos usando acuarelas). Una vez que se pinta con el rotulador sobre el papel, y dependiendo del grado de absorción de su superficie, podemos volver a humedecer la tinta y provocar diferentes efectos de disolución. Los efectos de fusión de rotuladores son muy interesantes y ofrecen un amplio abanico de posibilidades.
La cantidad de agua o alcohol que utilicemos para diluir la tinta determinará la intensidad del color. Si añadimos demasiada agua o cometemos un error podemos disimularlo con un poco de papel de cocina, ¡pero debemos recordar que las manchas de rotulador nunca se pueden borrar del todo!
Un artista que utiliza rotuladores para crear sus obras de arte es Minjae Lee (también conocido como ‘Greno89‘ en internet). Las ilustraciones que acompañan esta entrada son suyas, y demuestran un talento increíble. Podéis descubrir más de él en su página web o su perfil de Deviantart.
Y a vosotros, ¿no os entran ganas de empezar a pintar con rotuladores? ¿Os atrevéis a experimentar?