Revista Infancia

¿cómo puedo saber el sexo de mi bebé?

Por Celia Garabaya @britishbubbles

conocer el sexo del bebéEl sexo del bebé, ha sido siempre una gran curiosidad que saciar durante el embarazo. De hecho, siempre se quiere saber cuanto antes. Las nuevas tecnologías nos han ayudado a mejorar la calidad de los resultados y el momento en el que podemos saberlo. Aunque incluso antes de la ciencia, ya las embarazadas querían conocer cuanto antes cual era el sexo del bebé. Por ello, se crearon un gran número de mitos y métodos para conocer el sexo del bebé lo antes posible. Hoy vamos a ver un poco en que consisten y cuales son los métodos actuales más fiables para saberlo.

El sexo del bebé.

Para empezar, vamos a ver los métodos científicos que tienen una lógica a la hora de decirnos de que sexo va a ser el bebé. Y después, haremos un repaso por algunos de los métodos clásicos o de sabiduría popular. Los cuales se han estado utilizando durante siglos, antes de que existieran los análisis de sangre o las ecografías. Estos métodos aunque no son muy certeros, en muchos casos se siguen utilizando como sabiduría popular. Y seguro que por lo menos el 50% de los casos aciertan (aunque solo sea por estadística pura.)

¿Cuándo se crea el sexo del bebé?

Es importante saber en que momento se decide el sexo del bebé. Ya que es evidente que hasta que esa decisión está tomada, será imposible conocerlo. Es diferente saber cuales son las causas y los motivos por los que un bebé es niño o niña. Pero, eso lo veremos en otro artículo más adelante.

Todo depende de los cromosomas. La mamá aportan 23 cromosomas al igual que el padre. Aunque no todos ellos tienen que ver con el sexo del futuro bebé. Pero hay uno que es el responsable. De hecho, la madre siempre aporta el X y será el padre el que pueda aportar el X o el Y. En función de cual de los dos aporte, el resultado del embarazo será niño o niña.

Esto en verdad ocurre desde el primero momento del embarazo. Con lo que en teoría está asignado el sexo desde el la fecundación. Aunque obviamente para nosotros es imposible conocerlo hasta que tenemos más información. Como veremos en el siguiente punto.

Métodos científicos y momento en que podemos saberlo.

Como decíamos el sexo del bebé está asignado desde el primer momento. Aunque nosotros tendremos que esperar un poco para poder conocerlo. Veamos cuales son los métodos científicos más fiables y como funcionan. Así como el momento en que podemos llegar a conocer el sexo del bebé con cierta exactitud.

La ecografía. Es el sistema más utilizado durante el embarazo. Se basa en un método de ultrasonidos, que nos da la figura del bebé dentro de la barriguita de la embarazada. El sistema es muy sencillo, ya que al dibujar la figura del bebé, podemos comprobar sus genitales. De esta forma nos aseguramos cual es el sexo del bebé. Con el tiempo y con las mejoras de los aparatos, conseguimos tener mejores imágenes, de hecho hoy en día podemos ver hasta imágenes 3d en vídeo. Donde reconoceremos hasta las expresiones de la cara del bebé.

El problema de este método, es que hasta que el bebé no desarrolla los genitales, no podemos hacer nada. Además, es diferente cuando hablamos de niños y niñas. Ya que si no vemos el pene, pensamos que es una niña. Y ha habido muchos casos en los que estaba “escondido” y no lo dejaba ver. Con lo que se han equivocado. Algo que con las innovaciones tecnológicas ha cambiado y cada vez es más fiable. Si no en las primeras semanas en las que se desarrollan los genitales, se aseguran en las siguientes ecografías que nos realizarán. Además en este sistema tiene mucho que ver la destreza que tenga el médico que nos hace la ecografía y su experiencia.

En teoría, desde la semana 13 podríamos conocerlo. Aunque no es lo habitual. Si es niño, siempre podrá ser antes. Ya que si vemos el pene, es algo claro, si no vemos nada, podemos tener dudas. Con lo que lo normal, es que nos lo digan en la ecografía de la semana 20.

Hace un par de años, hablábamos de un sistema revolucionario que conseguía decirnos el sexo del bebé desde la semana 7 del embarazo. Es un sistema relativamente muy sencillo. Aunque poco utilizado de momento. Tan solo si lo solicitas y en algunas clínicas privadas lo hacen. Por lo menos en España. Se basa en un análisis de sangre a la madre para saber el sexo. En el cual analizan el ADN fetal. Donde encontraran las secuencias de los cromosomas. Pudiendo afirmar así el sexo del bebé antes de acabar el segundo mes de embarazo.

Los análisis invasivos. Hay muchas otras formas que tenemos para conocer el sexo de nuestro bebé. Los dos anteriores podemos decir que son los más utilizados. Aunque el 95% de las mujeres españolas, lo hacen por los ultrasonidos (ecografías). Pero, cualquiera de las pruebas invasivas que se hacen a las embarazadas, podrán decirnos el sexo antes que los ultrasonidos. Estas pruebas solo se realizan a mujeres que lo necesiten, por cuestiones de salud. Con lo que no se recomienda que se haga para conocer el sexo del bebé. Un ejemplo podría ser la prueba de la amniocentesis.

¿Y si quiero elegir el sexo?

La ciencia avanza a marchas forzadas. Somos muy conscientes como funciona el sistema. Y sabemos cuales son las causas por las que tenemos niño o niña. Y seguro que siempre ha escuchado los casos de ciencia ficción en los que nos dicen que en un futuro próximo, podremos llegar a elegir el sexo de nuestro bebé.

Resulta, que ya es posible. Por lo menos, asegurarnos un alto porcentaje de acierto en conseguir el sexo que queremos. Aunque aun el 100% no es fiable. Parece que no dista mucho tiempo, hasta que podamos conseguirlo. Actualmente de hecho, hay muchas clínicas en el mundo que nos ofrece la elección del sexo. Aunque en España aun no tenemos ninguna. Y los precios que tiene este tratamiento son muy elevados. Seguro que en un futuro próximo será lo más normal, incluso elegir el color de ojos, de pelo…

Los mitos e historias.

Evidentemente la curiosidad por conocer el sexo del bebé no es algo nuevo. Desde el principio de los tiempos, las mujeres y los hombres estaban ansiosos por saber que iban a tener después de las 40 semanas de gestación. Para saciar ese ansia, se creaban historias y métodos que podían acertar el sexo del bebé (o eso decían) incluso mucho antes que lo que se hace hoy en día con los métodos más sofisticados.

De hecho, en verdad, mucha de esta sabiduría popular se ha ido trasmitiendo de año en año y de familia en familia, hasta nuestros tiempos. Y seguro que no hay ninguna embarazada, a la que alguna amiga o conocida, le haya dicho algo como: “vaya, parece que va a ser niña, por que la barriga está muy redondeada”. Aunque evidentemente es algo que tiene poca base científica (ninguna). En muchos de los casos acierta (la mitad por estadística). Veamos algunos de los métodos que han llegado a nuestros tiempos para descubrir el sexo del bebé.

Los mayas son una civilización que conserva documentación tallada de gran valor e información. De hecho, podemos encontrar las tablas mayas. Aunque por desgracia, no podemos afirmar con total certeza cual era el funcionamiento de las mismas. Se cree, que funcionaba según los días y las fechas. Teniendo en cuenta, el momento o edad en que la mujer se queda embarazada y haciendo una serie de cuentas sencillas de matemáticas, sabríamos además del sexo del futuro bebé. La fecha del nacimiento.

Al igual que los mayas, los chinos tenían sus propias tablas que les ayudarían a conocer más información sobre el embarazo. Y uno de esos datos sería el sexo del bebé. Se desconoce desde que momento se empezaron a utilizar las tablas chinas. Pero se sabe que hace 700 años se enterró a algún miembro de la familia real china con estas tablas. Las cuales al igual que las mayas, se basan en el momento de la madre, el momento de la fecundación e incluso con las fases de la luna. Evidentemente no es algo que podamos decir que es fiable. Pero, si nos demuestra como siempre ha habido un interés por conocer el sexo lo antes posible.

La posición de la barriga o la forma de la misma. Es la historia más utilizada por las mujeres españolas. Algo que se utilizaba mucho en los pueblos y que ha ido pasando de generación en generación durante años. Es muy sencillo, aunque en verdad, yo he oído diferentes versiones. Cuando yo estuve embarazada, hubo mujeres que me dijeron que como tenía la barriga muy redondita, iba a ser niña. Pero sin embargo también me dijeron otras que por tener la barriga así iba a ser niño. Con lo que alguna tenía que acertar. Al fin y al cabo son historias que pasan por el tiempo, y depende quien nos las cuente.


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