Revista Maternidad

Cómo quitar los pañales

Por Mónica Soldevila @mosolvi

¿No será que esta vida moderna tiene más de moderna que de vida?

Mafalda (por Quino)Niños con pañales

- Mónica Soldevila -

La edad en la que se debe encontrar un niño para poder retirarle los pañales, basándonos en las opiniones de los expertos, está muy dividida. Esto hace que los padres duden si su hijo está preparado para empezar el entrenamiento del uso del orinal (potty training). Hay culturas en las que no se utilizan pañales, los padres llegan a aprender los ritmos de sus hijos y actúan rápidamente para evitar desastres. Algunos expertos creen que debe ser el niño quien lo decida; otros, afirman que se debe sentar al niño en el orinal a intervalos regulares desde los nueve meses. Pero, la verdadera cuestión que tenemos que plantearnos es ¿estamos los padres y el resto de la familia preparados? Incluso cuando el niño muestra cierta madurez y habilidades para poder conseguirlo, si la familia no está mentalizada, el resultado puede ser desastroso; una vez empiezas no debes echarte atrás, tienes que tenerlo muy claro antes de lanzarte. El momento para empezar debemos buscarlo en los meses de más calor ya que el niño deberá ir por la casa con el culito al aire. La edad ideal se encuentra entre los 15 y los 28 meses ya que después de este periodo el niño puede sentir demasiado apego por el pañal y negarse a colaborar dificultando el entrenamiento. Según el método que voy a explicar a continuación (basándome en estudios realizados por expertos como Gina Ford y el Dr. Baruch Kushnir, mi propia experiencia y la de otros padres) la parte más dura del proceso te llevará un fin de semana (3 días), en una semana notarás la evolución del niño, en quince días podrás salir de casa normalmente, en un mes casi no te vas a creer lo que está haciendo tu hijo, y en dos meses pensarás, ojala lo hubiera hecho antes. Esta temporalización es orientativa ya que cada niño tiene su ritmo y circunstancias, pues cualquier acontecimiento o cambio de rutina en la vida del pequeño (como visitas inesperadas, alguna enfermedad leve, nacimiento de un hermano o primo, ausencia temporal de la madre, volver a la guardería…) puede producir una regresión en los logros alcanzados.

Es importante que el proceso se desarrolle en una atmósfera positiva que aplauda los progresos y evite castigos o expresiones de desaprobación. El confort de los padres debe ser secundario con respecto al del niño y debemos intentar que el proceso no se convierta en una lucha entre el padre y el hijo. Nuestra aliada será la paciencia, pues el niño tendrá que pasar de evacuar donde y cuando lo necesite, a tener que mantener el control de sus necesidades fisiológicas y, además, llevarlas a cabo en el momento y lugar apropiados. Esto supone reconocer la sensación física que precede a la eliminación y controlarla.

Seguir éste método u otro para retirar los pañales no significa que el niño vaya a hacer un uso perfecto del orinal en pocos días, sino que, simplemente no llevará pañales; tanto los accidentes como las regresiones son inevitables. Conseguir que el niño use el orinal sin ayuda, se baje sólo los pantalones y se los suba, se limpie el culito, se lave las manos… seguramente llevará meses de esfuerzo y no será posible en niños muy pequeños.

PREPARACIÓN:

Unas semanas antes deberemos mentalizar al niño de lo importante que es utilizar el baño. Es muy positivo que el niño vea a sus padres o a sus hermanos utilizando el baño. Podéis ver series en las que algún personaje aprende a utilizar el orinal, leer cuentos sobre el tema e incluso cantar canciones inventadas que hablen de ir al baño.

En youtube puedes encontrar fragmentos muy buenos de Barrio Sésamo en los que Elmo aprende a usar el orinal:

Enseñad al niño un montón de pañales y explicadle que pronto ya no los necesitará y que podrá ir desnudo y sin pañales. Hay que presentárselo como algo muy divertido y emocionante.

Planificad un fin de semana y mentalizaos de que pasaréis los tres días sin apenas salir de casa, dedicándoos única y exclusivamente a enseñar al niño a ir al baño.

Lo ideal es empezar en vacaciones ya que este método requiere compromiso y dedicación por parte de los padres y puede alargarse más de un fin de semana. No se debe empezar el proceso cuando los padres están muy ocupados o estresados. Colocaremos un orinal en un lugar céntrico (o varios distribuidos por toda la casa) y le explicaremos al niño que tiene que sentarse en él. Durante un mes el niño deberá ir desnudo, al menos de cintura para abajo, siempre que esté en casa. Llevará pantalones anchos (sin ropa interior) cuando tenga que salir a la calle y para dormir la siesta. Esto no va a suponer ningún problema ya que a los niños les encanta ir desnudos. Si tiene que ir a casa de los abuelos o los tíos deberá tener un orinal e ir desnudo al igual que en su propia casa. Usaremos los pañales sólo para dormir por la noche e incluso, si es necesario, a la hora de la siesta, pero no los usaremos en ninguna otra ocasión ya que de lo contrario confundiremos al niño y retrasaremos el proceso.

PRIMER DÍA:

Por la mañana, nada más se levante, haz que vaya desnudo de cintura para abajo. Pasaréis el día vigilando al niño para saber cuándo tiene que hacer sus necesidades y, en cuanto comience a hacerlas, llévalo al orinal.

Intentaremos que el niño beba con frecuencia agua o zumos para que tenga ganas de orinar, y llevaremos pantalones de reserva siempre que tengamos que salir. El calzado playero: cangrejeras, chanclas, zapatos de goma… es ideal para poder limpiarlo rápidamente.

Si tienes que viajar en coche pon un empapador en el asiento y cúbrelo con una toalla o algo absorbente.

Celebrad los éxitos del niño cada vez que acierte, incluso si sólo unas gotas de pipí han caído dentro del orinal en lugar de en el suelo. Podéis decirle lo bien que lo ha hecho, hacerle aplausos, cantar…

Si tiene un accidente no le digáis que no pasa nada. Simplemente dile, sin reñirle: “El pipí no va ahí” o “La caca no va ahí” y ayúdale a limpiarlo, es decir, límpialo tú pero que crea que lo está limpiando él mientras que tú solamente le ayudas. No le gritéis ni le hagáis sentirse avergonzado cuando tenga accidentes, estos son inevitables y los tendrá seguro.

Antes de la siesta y antes de acostarse por la noche, llévalo a hacer pipí. Hay que enseñarle que siempre, siempre, siempre hay que hacer pipí antes de dormir o antes de salir de casa. No le preguntes si tiene ganas de hacer pipí o caca porque dirá que no. De hecho hacerles ir al orinal es complicado pues muchas veces se niegan. Explícale que si no hace pipí no pasa nada pero que debe intentarlo.

SEGUNDO DÍA:

Tenéis que hacer lo mismo que el primer día pero con la diferencia de que en el segundo día podréis salir una hora a la calle. Esperad a que haga pipí en el orinal y salid enseguida. Si consigues que relacione el uso del orinal con el hecho de salir de casa conseguirás que haga pipí voluntariamente cuando vayáis a salir.

Para salir deberás ponerle pantalones sueltos sin ropa interior debajo. Lleva ropa de recambio por si no sale bien. El objetivo es salir a dar una vuelta sin tener que utilizar el orinal mientras estáis fuera. Es recomendable quedarse cerca de casa y no coger el coche.

TERCER DÍA:

Sigue los pasos del primer y segundo día con la diferencia de que, el tercer día, podéis salir una hora por la mañana y otra hora por la tarde.

DURANTE LOS PRÓXIMOS MESES:

Haz que el niño vaya desnudo de cintura para abajo por la casa el tiempo que creas conveniente. Al pasar un mes podrás ponerle braguitas o calzoncillos debajo de su ropa para salir. Si tiene accidentes no lo cambies enseguida, déjale unos minutos para que note la incomodidad de llevar los pantalones mojados.

Incluso cuando hay contratiempos, que los habrá, el método funciona con éxito en la mayoría de los niños. Pasaréis por periodos en los que el niño volverá a hacerse pis encima, después lo volverá a pedir sin encontrar una explicación pues, cualquier cosa, por mínima que sea y por insignificante que parezca para los adultos puede ser muy importante para un niño. No intentéis buscar explicación a las regresiones, son normales y las sufren todos los niños. Hay niños que después de haberlo conseguido con creces vuelven a hacerse pipí durante unos días hasta que vuelven a conseguirlo.

Si pasada una semana ves que el niño todavía no es capaz de conseguirlo y no distingue cuando tiene ganas de hacer sus necesidades, vale la pena dejarlo y volverlo a intentar en quince días.

BIBLIOGRAFÍA:

Ford, Gina. Potty training in one week. 2003

Kushnir, Baruch. Potty training made easy: A parent’s guide. 2011

Sonna, Linda. The everything potty training book. 2003

www.educamania.es


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