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Sólo en España, cerca del 30% de la población no tolera beberse un vaso de leche. Esto puede empezar a aparecer desde la infancia, desde los 4-5 años.
La ingesta de la lactosa no afecta a todos por igual. Algunas personas notan sus efectos al momento, mientras otras los notan a largo plazo porque su umbral de sensibilidad es mucho más elevado. Es más, algunas personas con intolerancia pueden estar toda su vida sin saberlo porque su consumo de lactosa diario es muy bajo, y no sobrepasan el umbral de sensibilidad.
Los síntomas de esta patología son los siguientes:
- Hinchazón abdominal- Diarrea- Gases abdominales- Flatulencia- Dolor abdominal- Nauseas
En el mercado existen leches sin lactosa que tienen el mismo contenido en calcio y, por tanto, la primera opción sería que, todas aquellas personas intolerantes a la lactosa, tomen leche sin lactosa, o que tome yogur, queso, etc.
Además, hay otros alimentos en la dieta que también contienen calcio, aunque en menor proporción. Algunas verduras lo contienen (verduras de hoja verde), el pescado (sobre todo el que tiene espinas), y también algunos frutos secos son una fuente rica de calcio.
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