Revista Comunicación

Competencia editorial

Publicado el 17 noviembre 2015 por Jamesnava123

Seamos sinceros: la competencia es la esencia del sistema capitalista y uno de los acicates más importantes para mejorar en todo, ya sea por una competencia feroz o una competencia elegante y respetuosa.
En el mundo editorial, que tantas transformaciones está experimentando en los últimos años, la competencia ha surgido de donde menos se esperaba: de la autopublicación y la edición independiente. Los grandes grupos editoriales, que dominaban el mercado con mano férrea y muchas veces con malos modos, han visto cómo los autores autopublicados y las pequeñas editoriales independientes les arrebatan lectores y compradores. El nuevo entorno ha propiciado una mayor competencia editorial entre todos, de la que salen beneficiados los lectores, que encuentran más autores y libros entre los que elegir sus lecturas.
El fenómeno sigue creciendo en todo el mundo y esta competencia está forzando a las grandes editoriales a mover ficha y mejorar su oferta de libros. Existe un debate en el sector acerca de si los libros de editoriales independientes y autopublicados han creado un mercado nuevo de lectores. La realidad es que ese mercado existe, aunque se nutre de lectores de todo tipo: lectores habituales de libros, lectores que sólo leen ebooks gratis o muy baratos, nuevos lectores jóvenes, y lectores que combinan libros de grandes editoriales, de autopublicados y de editoriales independientes. Se trata, pues, de un mercado ampliado, en el que los lectores cada vez buscan mejores libros y autores para leer y miran menos el sello editorial que los publica.
Las encuestas que se están haciendo en Estados Unidos, Reino Unido o España, reflejan que a los lectores les da igual que un libro sea autopublicado, de una gran editorial o de una editorial independiente, siempre y cuando tenga calidad y les proporcione una buena lectura.
Esto es un claro indicador de la democratización y liberalización de la competencia editorial, que ha surgido de forma espontánea y ha revolucionado el sector. De modo que hoy la autopublicación y la edición independiente son nuevos competidores de los editores tradicionales, que se ven forzados así a mejorar y a luchar por la visibilidad y por una mejor gestión porque el público lector es el mismo para unos y otros.
La venta online y las librerías independientes también se han unido a esta revolución del mercado desde abajo, ampliando los canales de venta y las posibilidades de acceso a nuevos libros por parte de los lectores.

La prueba definitiva de que esa competencia editorial ya existe y está transformando el mercado, es un hecho fácilmente reconocible: cada vez más autores prefieren tomar las riendas de su carrera literaria y autopublicarse o publicar en editoriales pequeñas, que nos ofrecen más ventajas, que publicar con los grandes grupos editoriales. Y esto alcanza a nuevos autores, pero también a escritores consagrados que ya han publicado o que publicaban habitualmente con grandes editoriales. La competencia editorial ha puesto a los escritores una nueva y eficaz herramienta para mejorar sus condiciones de publicación. El escritor ya no tiene por qué conformarse con lo que le quieran ofrecer unos supuestos entendidos de una gran editorial. Tiene a su alcance lo necesario para conseguir que brille todo su potencial. La competencia, el alma del capitalismo, ha hecho ese milagro.
En la práctica los autores independientes somos el actor principal de una liberalización del mercado editorial como jamás se había visto, abriendo el mismo a una competencia sana y enriquecedora, que lo es cada vez más porque la edición independiente cuida y mima sus obras incluso más que las grandes editoriales. Por ejemplo, con argumentos más originales, mejores portadas, con una corrección más profesional y rigurosa, una maquetación impecable y acciones promocionales más innovadoras.
Muchos escritores, entre los que me encuentro, queremos publicar desde la independencia de editoriales que cuidan más nuestras obras que algunas de las grandes editoriales o directamente apostando por la autopublicación, que se ha convertido no en el último recurso, sino en el primero para acceder al mercado por sus innegables ventajas.
La competencia editorial real viene hoy de los autores independientes, fuera del establishment literario, anquilosado y anclado en un pasado que no volverá.
El presente y el futuro se escribe con una palabra básica del capitalismo de toda la vida: competencia.


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