Revista Maternidad

¿Competencia? No:Comadreo

Por Latetaymas @LaTetayMas

La semana pasada me encontré con mi gran Esmeralda Solís, de Siriñadas. Ella vive en Alcorcón, pero tiene ascendencia leonesa, así que desde hace como año y medio hemos adquirido la sana costumbre de compartir comida, café y abrazos cada vez que viene a León. Un gusto.

Mi querida Esmeralda, demostrando que a ella no, no le duele la espalda

De repente formamos un Círculo de Mujeres, un Círculo de sólo dos, pero igualmente sanador y energizante como si fuera uno integrado por mil mujeres. Porque Esmeralda expele energía de la buena por cada uno de sus poros, una energía que se te mete y la sientes durante días después.

El caso es que hay mucha gente a la que le sorprende que comparta cosas de otras tiendas on-line relacionadas con mi sector. Somos “competencia”, y entonces, si somos competencia, ¿por qué comparto esas cosas en mi muro de Facebook, llevando a mis potenciales clientes a otras tiendas donde se venden las mismas cosas?

Pues mira, en primer lugar, porque todas nos diferenciamos en algo, porque este tipo de negocios se basan fundamentalmente en las experiencias de maternidad que cada una tenemos, y no hay dos experiencias iguales.

Y luego porque todas aprendemos de todas. Todas leemos las cosas de las demás en busca de nuevas respuestas. Todas somos comadres.

A lo mejor no somos comadres en sentido estricto (según la RAE, en las dos primeras acepciones: f. Madrina de bautizo de un niño respecto del padre, la madre o el padrino./Madre de una criatura respecto de sus padrinos.) Ya ni digo en el sentido en el que se hablaba de comadres a mediados del siglo pasado (Mujeres que viven su maternidad juntas, que incluso amamantan indistintamente a sus hijos). Me voy a quedar con la tercera acepción de la RAE: vecina y amiga con quien se tiene más trato y confianza.

Somos vecinas, porque en esto de internet, en realidad, estamos cerquita. Tenemos trato, porque nos preguntamos y nos buscamos cuando tenemos dudas. Y confianza, porque hay dudas que no le planteo a nadie más que a ellas.

Y además, en esto de la Crianza con Apego, me refiero a las que la hemos “profesionalizado”, somos pocas y dispersas. Cuando viene Esmeralda es de las primeras cosas que le digo: yo me siento muy sola en León, donde no hay Asesoras de Lactancia, donde no entiende todavía muy bien la figura de las Doulas, donde el hecho de que te pasees con tu hijo en un fular es visto y mirado por el rabillo del ojo. Me cuesta mantenerme al día de las cosas y echo de menos conversaciones frikis como la que tuvimos la semana pasada sobre fulares ante la atenta y desorbitada mirada de una pareja de muchachos que creían que escuchaban con cierta discreción desde la mesa de al lado.

Cuando Nohemí Hervada sacó su formación de Asesoras Continuum yo creo que no le sorprendió a nadie que entre las que acogimos la noticia con entusiasmo estuviésemos “las de siempre”, que casi todas nos conociésemos al menos virtualmente. Desgraciadamente yo no he podido hacer la formación, pero no me canso de compartir las noticias que desde su página Nohemí publica, porque son cosas que también me definen, y por lo tanto, me enriquecen y me hacen mejor profesional.

¿Competencia? No:Comadreo

Cada vez que leo y comparto un artículo de cualquiera de las maravillosas expertas en este mundo nuestro tan desconocido crezco como persona y mejoro en mi oficio. Y si pudiera, no sólo leería y compartiría, sino que me dedicaría a poner piel a cada una de ellas.

Se lo comenté a Esmeralda:

Si me tocara la lotería, me marcaría un tour por toda España para repartir abrazos, comidas y energía con todas ellas.  Empezaría por las de mi comunidad autónoma, y abrazaría a Patricia Suárez, que tanto me ayudó en mis comienzos, mientras ella luchaba desde su ya desaparecida (desgraciadamente) Bebesiños. Y luego me iría a Salamanca, a darle un abrazo a Patricia y visitar su Centro Mímame. Viajaría hasta Palencia, para abrazar a Marta y aprender mucho de su proyecto Mis Canguritos.

Seguiría viajando por España. Y cerquita a todos los niveles está Asturias, donde está Jessica Gómez, cabeza de Háblame Bajito.

Bajaría hasta Madrid y después de volver a abrazar a Esmeralda (en cuya casa me quedaría antes que en un hotel de 5 estrellas), cruzaría la calle para visitar Oh! La Luna, y aprender un montón de cosas de Elena López.

Me iría a Andalucía, y me quedaría una semana como Trini, de Canguritos. La recuerdo al teléfono más de hora y media conmigo cuando estaba pidiendo información para abrir la tienda física; toda la paciencia y el cariño. Y a su marido Alberto, que me facilitó y me sigue facilitando tanto las cosas cuando éstas no vienen bien dadas. Todo es cariño y gratitud hacia esa hermosísima familia.

Y dejaría lo mejor para el final. Cogería un avión y me iría a las islas para abrazar a mi querida Nohemí, de la que llevo aprendiendo desde hace años, desde la primera vez que me planteé coger a mi hija pequeña en un fular, a través de sus vídeos y de sus colaboraciones en Red Canguro, asociación de la que ha sido presidenta. A la que acudo cada vez que tengo una duda sobre un uso específico de algún portabebé y a la que admiro por saber hacer tan bien las cosas. Hasta el punto de que, cuando cambié la tienda on-line de servidor, contacté con ella para preguntarle por el servidor de su tienda Mimos y Teta.

Pues eso: que no hay competencia. Que lo que hay es mucho comadreo. Y que me encanta. Y que lo que la gente debería saber que cuando hacemos o dejamos de hacer cosas por miedo a la competencia, en realidad nos empobrecemos, y empobrecemos aquello que ofrecemos a nuestros clientes. Y que yo tengo muchos defectos, y me queda mucho por aprender. Pero hay una cosa que tengo clara: si quieres ser alguien de verdad en tu sector, no puedes permitirte el lujo de hacer nada que te empobrezca, sino que tienes que buscar relaciones, información y formación que te enriquezca.

Y eso sólo lo vas a encontrar entre aquellos que buscan lo mismo que tú, entre los que tienen tus mismos intereses.

Gracias a todas por hacerme mejor.


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