Revista Medio Ambiente

Compromiso al 100% o 0 compromiso

Por Valedeoro @valedeoro

Compromiso al 100% o 0 compromisoCada día tomamos cientos de decisiones; que si voy a la cena del club deportivo, que si voy a esa fiesta, que si participo en una de las mil-y-una charlas que me llegan a través de las redes sociales, que si me inscribo en esa conferencia… De cada una de estas actividades pueden salir nuevas ideas, conversaciones inspiradoras, contactos interesantes… O pueden ser una rotunda pérdida de tiempo.

¿Cómo saber si un compromiso vale la pena no?

El minimalismo se basa en reducirlo todo a su esencia, a lo más importante. Al quitar lo superfluo podemos disfrutar más de lo que realmente tiene valor, porque no queda escondido bajo un montón de paja. Y si algo realmente me importa, mi propia reacción me lo indica.

Hay eventos y actividades a los que me apunto sin pensarlo siquiera . El “por supuesto” me llena de ilusión, no hay ninguna duda de que lo podré incluir en mi calendario, y ya estoy contando los días a que llegue el evento.
Pero también hay reuniones y eventos que, aunque no me disgusten, tampoco me apasionan, y es aquí donde hace falta una estrategia para mantener mi calendario lo más despejado posible.

Si te vas a esta reunión, no podrás terminar tu proyecto

Cada vez que aceptas un compromiso o una tarea, decides dejar de hacer otra cosa. Si voy al evento de networking, no podré escribir. Si vas a la conferencia, no podrás terminar el dossier para los inversores. Así que en realidad la pregunta no es ¿Irás?, sino ¿Este evento es más importante de lo que podrías estar haciendo si no fueras? Y con importante me refiero a algo que te acerque a tu objetivo, a algo que está en tu lista de tareas (o en mi caja de la productiviad), porque es un paso más hacia tu meta.

Para determinar si una actividad merece la pena, suelo utilizar las preguntas siguientes:

  1. ¿Es un sí rotundo y sin pensar?
    En caso de que esté aceptando la invitación porque “se supone que es lo que se hace”, entonces es un no. Cualquier sí, que no sea con total convicción, no vale. En este caso el trabajo que podría estar haciendo si no fuera a esta reunión, es más importante.
  2. ¿Voy, porque me acerca a mi objetivo, o porque estoy huyendo de algo?
    No te voy a engañar, yo también tengo tareas en mi lista que no me agradan demasiado, pero que son necesarias. La presencia de estas tareas hace que una reunión, que en realidad es más que opcional, me parezca la cosa más importante e interesante del mundo. En realidad, estoy buscando cualquier excusa para aplazar esa tarea.

La segunda pregunta es la más difícil y requiere mirarse en el espejo y reconocer: si, esta tarea la odio, y por eso la voy a hacer ahora mismo para acabar con el tema. Si después todavía tengo ganas de ir a la reunión, ya iré. De lo contrario, me quedaré con la tranquilidad de que la reunión me mostró una vez más, cuál es el próximo paso.

Pero ¿no deberías ir a más networkings?

Hace tiempo que decidí que las palabras “tengo que” y “debería de” no son dignos de estar en mi vocabulario. O quiero hacer una cosa, o no la quiero hacer. Sí que hay cosas que no me gustan, pero que quiero resolver porque me acercan a mi meta. Así que, aunque me dirán que “debería” participar en más sesiones de networking, yo decido que solo quiero participar en aquellas dónde veo que hay afinidad entre mi y las otras personas. Las reuniones porque sí ya no ocupan lugar en mi vida.

¿Cómo decides si participar o no en un evento/reunión…?


Volver a la Portada de Logo Paperblog