¿VPS? ¿Servidor dedicado? Las necesidades de alojamiento han cambiado radicalmente en los últimos años, en los que hemos pasado de consumir simples páginas web con poco más que texto e imágenes, a complejas aplicaciones y servicios que requieren de una alta disponibilidad. Para afrontar estos nuevos retos, empresas y profesionales tienen la mejor solución en lo que conocemos como computación en la nube, posible gracias al avance de tecnologías como la virtualización.Para el usuario final, computación en la nube significa un espacio virtual, ubicuo, donde poder gestionar información; para el encargado de implementar una tecnología de tal calibre, bien para su propio negocio o como parte de un servicio, el panorama es bien distinto. ¿Por dónde empezar?En aras de facilitar el despliegue y minimizar la inversión, la opción más recomendable es optar por una nube pública a través de lo que entendemos como Plataforma como Servicio(PaaS) o Infraestructura como Servicio (IaaS). Las ventajas de ambos modelos -que no son incompatibles- son incuestionables frente a los tradicionales servidores virtuales o alojamientos dedicados, por flexibilidad y costes, principalmente (por esto último ni siquiera mencionamos el construir una infraestructura de hardware propia).El contratar una nube pública trae consigo beneficios relevantes:
- Rápida implementación: En minutos es posible tener la infraestructura lista para desplegar cualquier proyecto, y con menos riesgos.
- Mantenimiento automatizado: De los cimientos de tu nube se encargan otros. El proveedor es el responsable de mantenerlo todo en perfecto funcionamiento, aplicar las actualizaciones correspondientes, etc.
- Menor inversión: El alojamiento en la nube se distingue por ser escalable, por lo que no es necesario contratar -y pagar- “al alta” al principio de un proyecto, o quedar sin servicio y verse obligado a migrar de plan cuando se alcanza el techo contratado.
FUENTE: muylinux.com