Revista Opinión

Comunismo, el resultado de un error educativo esencial.

Publicado el 07 junio 2016 por Alberto Alberto Rodriguez Garcia @albertoalmundo

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Ahora tengo 45 años, pero cuando era niño, incluso adolescente y adulto joven, y aún era muy inexperto en política; no comprendía el odio absoluto que los norteamericanos mostraban contra el comunismo, particularmente el comunismo de la antigua Unión Soviética, el estandarte del comunismo por aquel entonces. Yo pensaba que era una opción política más, que en democracia debería estar permitida y aceptada, como cualquier otra opción.

Pues bien: Ya entiendo ese odio casi visceral hacia la extrema izquierda o comunismo, de ahora en adelante.

Actualmente, tengo muy claro que el comunismo es nefasto para las sociedades modernas y avanzadas. Está demostrado con hechos históricos que decenas de países en los que imperó esta forma de hacer política fracasaron, no sólo económicamente, sino socialmente también. De hecho, los pocos países que siguen teniendo esta política están en la ruina absoluta, aunque la enmascaran a sus sociedades, tremendamente manipuladas.

Esa manipulación, deja al individuo a merced de la voluntad del dirigente comunista, sin posibilidad de rectificar. Es una “drogaadicción” que, al individuo “infectado” con el “virus” del comunismo, le impide pensar con racionalidad. La gente que cae en las garras de la ideología comunista, no sale de ella jamás, si sigue sumida en ella; al menos en gran parte, como se ve al preguntar al ciudadano medio cubano o norcoreano.

El hecho de que yo no tengo ni fuerza para “rescatar” a una persona muy cercana a mí, me ha convencido finalmente de que el comunismo es muy nocivo para el individuo y para la sociedad en su conjunto.

El comunismo es nefasto por una idea central: Elimina completamente la prioridad del individuo y lo supedita a la sociedad en la que vive. Eso hace que, las actitudes más instintivas de supervivencia, competividad, inquietud por mejorar, queden anuladas. Como la sociedad, no es un organismo vivo por sí misma, sino que es una representación abstracta de los individuos que la componen; finalmente la sociedad no puede suplir todas esas fuerzas naturales, representas por los instintos naturales del Ser Humano. Y el fin de esas sociedades comunistas es, por lo tanto, un hecho muy predecible.

Pero por otro lado, no podemos caer en el mismo error de los totalitarios comunistas, al negar cualquier otra forma de gobierno. No podemos prohibir el comunismo. Por lo tanto, el único camino es de la eduación.

Es necesario definir unas BASES EDUCATIVAS, consensuadas por todos y reflejadas en una Constitución Universal, que PROHIBAN totalmente supeditar el indiviuo a la sociedad y, al mismo tiempo, hacerle entender que es un ser social, por lo que, además de mirar por si mismo de forma prioritaria, también debe hacerlo por su prójimo, como medida esencial para su propia subsistencia, y básicamente, porque todos formamos parte del mismo ENTE VITAL, en que, por supuesto entran todos los otros seres vivos y la interacción con nuestro entorno.

Expertos en antropología, biología, psicología, sociología, economía, filosofía y política internacional deberían organizar un CONGRESO INTERNACIONAL, a partir del cual, partidos políticos como Podemos en España, Sýriza en Grecia, el “chavismo” en Venezuela o el comunismo más rancio en Cuba o Corea del Norte, serían totalmente imposibles por absurdos y contrarios al resultado del anterior congreso.

Quizás entonces, sólo entonces, comenzaría una NUEVA ERA en el Mundo y las Civilizaciones podrían, por fin, empezar a caminar en la senda de la Paz y el Progreso reales.


Comunismo, el resultado de un error educativo esencial.

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