Ayer sábado en México se vivieron -leímos en la prensa- cruentos ataques a las fuerzas del orden perpetrados por bandoleros, estos lejos de comportarse y mucho más lejos de parecerse a los sujetos que mencionan los narco corridos, a esos pistoleros que desafiaban a la ley para el trasiego de droga.
La banda del carro rojo (Tigres del Norte, años 70´s), Camelia la Texana (ibid) o Lamberto Quintero (Antonio Aguilar, años 80´s) eran canciones que ensalzaban la valentía, el respeto para con el ciudadano común y corriente empezando por mujeres y niños, se asemejaban más a los super héroes de los cómics que a maleantes que hoy extorsionan, secuestran, matan, violan a mujeres, queman a niños, los narcos de hoy ya no son “derechos”, si antes merecían que les compusieran canciones por su habilidad para burlar la ley, hoy merecen morir a base de desprecio y plomo.
¿Que cambió en México en estos últimos 10 años que desató la violencia de esta forma?
Lo primero fue la negociación transparente de territorios como lo hacía el PRI con los cárteles el siglo pasado. Al parecer el PAN quiso beneficiar a unos y dejar de lado a otros, y los grupos de narcotraficantes se empezaron a pelear entre si.
Segundo, los narcos se toparon con ejércitos de jóvenes desempleados, sin valores, sin educación para señalarlo todo, que son rechazados de la economía formal. Los reclutaron para defenderse y les permiten que asalten y extorsionen para evitar pagarles un sueldo completo.
Tercero, la corrupción de los funcionarios públicos de todos los niveles afianzó una economía informal que es hermana de la piratería y esta de la delincuencia; es falso que sea el camino valido para quien no tiene un empleo, aún recuerdo al pendejo de Vicente Fox tratando de impulsar el auto empleo cuando debió de establecer las condiciones -incentivos fiscales y seguridad- para que vinieran empresas nuevas y las que ya había crecieran, ofreciendo una oportunidad de desarrollo para quienes no tenían trabajo.
Cuarto, convencieron a Felipe Calderón de que emprendiera una batalla que resulta absurda al no contar con funcionarios sanos, nunca pensó en realidad que el narco estaba infiltrado hasta la médula, y hoy sigue sin poder distinguir quienes son sus aliados y quien el enemigo.
Por último, el presidente Calderón no tuvo la capacidad de dar un golpe certero a la corrupción al inicio de su mandato, se le olvidó leer a Maquiavelo; era costeable el precio de mandar a la cárcel a los líderes del sindicato de Pemex, a la líder de los maestros y al menos a un par de gobernadores corruptos; que ingenuo nos parece hoy Felipe, pactando en aquellos años con alacranes y dando por sentado que la naturaleza de estos bichos no saldría a flote.
¿Que nos queda hoy cuando el agua la tenemos hasta el cuello? ¿Pactar con asesinos, extorsionadores, secuestradores? Perro que come huevo aunque le quemen el hocico dice el viejo refrán.
Ya no se puede señores, ora si, hasta el tope el acelerador Felipe, ¡a vencerlos! o que nos cargue la chingada a todos, ¿ya que?