En 1929, con la Ley Seca latente, Joe y Jerry, dos músicos en apuros económicos, tienen que salir huyendo del señor Botines, un integrante de la mafia de Chicago, ya que ambos han presenciado como éste y sus secuaces han cometido un crimen. Es una época de recesión en la que incluso tienen que empeñar sus abrigos para poder sobrevivir.
¿Y dónde pueden ir si los mafiosos los buscan por todo Chicago? A los chicos les aparece una oportunidad muy suculenta y es que una orquesta femenina se ha quedado sin saxofonista ni contrabajo y buscan desesperadamente unas bellas chicas rubias que puedan hacer el trabajo. Al principio piensan que es una locura ya que si quieren el trabajo se tendrán que "convertir" en mujeres, pero parece no haber otra alternativa. Prefieren vestirse de mujer y aguantar a los sobones de turno (como ellos eran) que morir a manos de esos bestias.
Aquí es cuando la comedia comienza realmente y cuando nos reímos a gusto con Jack Lemmon y Toni Curtis que, la verdad, hacen el papel de mujer muy bien, con mucha comicidad. Las "chicas" se van a Florida durante unas semanas a vivir la vida. Es allí donde coinciden con Sugar Kane (Marilyn Monroe) que está preciosa y les traerá por el camino de la amargura, ya que es tan guapa... y ellos son "mujeres"; no puede notarse su engaño.
El final no está mal, pero diría que no es lo que más me ha gustado de la película. Más que decir que me he reído, he sonreído y me lo he pasado bien vienda este clásico del humor. No sé si habréis visto Dos rubias de pelo en pecho, una peli-chorrada de los hermanos Wayans, pero estoy segura que se han basado mucho en Con faldas y a lo loco.
Nota: 7
Lo mejor: Las interpretaciones de Lemmon y Curtis y algunos gags.
Lo peor: Nada destacable, solo que no es que tronches (al menos, yo no).
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