Revista Ciencia

Con los pies en el tejado

Por Ernesto Villodas
CON LOS PIES EN EL TEJADO  Lavandera blanca (Motacilla alba) La vida surge y prende en cualquier resquicio de nuestra Cantabria...
CON LOS PIES EN EL TEJADO  Lavandera blanca (Motacilla alba) En los tejados de nuestras casas también.
CON LOS PIES EN EL TEJADO   Lavandera blanca (Motacilla alba) El desvencijado macho acude a cebar a su pequeño.
CON LOS PIES EN EL TEJADO   Lavandera blanca (Motacilla alba) En esta ocasión una araña.
CON LOS PIES EN EL TEJADO   Lavandera blanca (Motacilla alba) Su plumaje da pena pero es que encima está tuerto, el pobre.
CON LOS PIES EN EL TEJADO  Lavandera blanca (Motacilla alba) Entre ceba y ceba el pequeño reposa... incluso se duerme.
CON LOS PIES EN EL TEJADO   Lavandera blanca (Motacilla alba) Llega la hembra.
CON LOS PIES EN EL TEJADO   Lavandera blanca (Motacilla alba) Pues habrá que recibirla como se merece.
CON LOS PIES EN EL TEJADO   Lavandera blanca (Motacilla alba) Con las fauces bien abiertas.
CON LOS PIES EN EL TEJADO   Lavandera blanca (Motacilla alba) La vida sobre nuestras cabezas es así.
CON LOS PIES EN EL TEJADO   Lavandera blanca (Motacilla alba) De postre un suculento moscardón.
CON LOS PIES EN EL TEJADO  Lavandera blanca (Motacilla alba) ¡¡Rico, rico!! No es oro todo lo que reluce en nuestros tejados para las simpáticas lavanderas. Gavilanes, cernícalos y gaviotas los sobrevuelan a diario buscando convertir al novato comensal en ágape para sus propios polluelos.

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