Revista Ciencia

#conCIENCIAdos XIII: tomándole el pulso a La Tierra

Publicado el 02 marzo 2015 por Angela Monasor @AngelaMonasor

Hace casi quince años que conocí a Daniel, en un viaje a México parte de un programa de la Junta de Castilla y León, y ya entonces él sabía que se quería dedicar a la Geología. Unos cuantos años después, trabaja como investigador postdoctoral en la Universidad de Ultrecht y está buscando su próximo destino.

Si queréis entender el amor por las rocas, ésta es la entrevista que buscábais.

  1. ¿Cuál es tu título de trabajo?

Pues no lo sé. Me llaman (y yo a mí mismo) “postdoc”. Pero no sé si oficialmente se llama así o de cualquier otra manera. Digamos “Postdoctoral Fellow” que suena molón para los profanos (pero precario para todos los demás). :)

  1. ¿Dónde trabajas?

En un laboratorio de paleomagnetismo en la Universidad de Utrecht, Países Bajos. Aunque el nombre palomagnetismo suena esotérico, nada de eso. En el laboratorio se estudian las propiedades magnéticas de la Tierra y de las rocas que la componen. Es una técnica bastante útil, por ejemplo sirvió para confirmar la teoría de la tectónica de placas, sirve para datar rocas, para datar yacimientos arqueológicos, o para entender la capa de protección que La Tierra tiene contra el viento solar. Eso sí, yo en el laboratorio soy el raro, porque yo uso el paleomagnetismo como un complemento a otras técnicas como la geología de campo o la geoquímica. Lo más sorprendente del laboratorio es que ¡está en una fortificación del siglo XIX que está dentro de un jardín botánico!

#conCIENCIAdos XIII: tomándole el pulso a La Tierra

Imagen de: http://www.vollenhouw.nl El laboratorio donde trabaja Daniel

  1. ¿Es tu primer trabajo? ¿Has trabajado en otros sitios antes? ¿Eran parecidos?

No, aunque siempre he trabajo en la investigación. Hice la tesis en la Universidad de Salamanca. El trabajo era de alguna manera parecido. No hacía análisis paleomagnéticos, pero la finalidad de mi investigación era bastante similar, entender la formación de cadenas montañosas. Eso sí, trabajaba en una facultad normal en lugar de en un sitio tan peculiar como el Fort Hoofddijk. Por otro lado echo de menos tener cafetería con pinchos, y también las conversaciones con Vicente, el camarero. La facultad de geología de la Universidad de Utrecht es muy buena, pero mejoraría con una cafetería.

  1. Cuéntanos cómo es un día “normal” en tu trabajo.

En general los días normales consisten en llegar a las 8:30 al laboratorio e irme a las 17:30 a casa. Paso casi todo el día al ordenador, especialmente interpretando resultados, escribiendo artículos y nuevas propuestas de investigación. También dedico todos los días un rato a ver el progreso de los estudiantes a los que superviso, si tienen dudas o cosas importantes que enseñar. No paso demasiado tiempo en el laboratorio, muchos de nuestros aparatos son robóticos, y los que no suelen estar ocupados por los estudiantes de máster y doctorandos. Pero mis días favoritos son los que paso en el campo. Estudiando La Tierra directamente de las rocas, tanto si lo hago solo como acompañado de colegas. Es lo que verdaderamente me gusta y por lo que decidí estudiar una carrera como Geología.

  1. ¿Cuál es tu parte favorita del día? ¿Y la que menos te gusta?

Trabajo en lo que más me gustaría trabajar, así que solo puedo hablar de lo que menos me gusta. Las partes del día que menos me gustan son las que tengo que dedicar a la burocracia: rellenar formularios, hojas de gastos o incluso gestionar las notas de los estudiantes. ¡Y eso que aún no he tenido ningún puesto de responsabilidad! No quiero ni imaginarme el infierno que tiene que es ser jefe de departamento o decano. Por lo demás mis días en el trabajo son estupendos.

  1. ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?

Sin duda, ir al campo. Ya lo he comentado antes, estudié geología porque me gustaba la idea de las ciencias naturales en la naturaleza. Y sigue siendo la parte que más me gusta. Sí, ya sé que ver rocas no suena como algo muy entretenido, pero para mí lo es. Y cuantas más ves, más dicertido se hace.

#conCIENCIAdos XIII: tomándole el pulso a La Tierra

En los jardines botánicos de la Universidad de Ultrecht

  1. ¿Y lo que menos?

La precariedad. No me gusta vivir constantemente pensando que los contratos se acaban en un plazo determinado (2 o 3 años) y que para cualquier nuevo contrato van a evaluar tus resultados anteriores. Al final, trabajas contrarreloj al principio, y al final estás más pendiente de encontrar un nuevo trabajo que de tu propia investigación. Supono que en unos años, cuando logre un trabajo más seguro será distinto mucho menos estresante, al menos en este sentido.

  1. Si tuvieras un trabajo diferente, ¿cuál sería?

Sería geólogo en alguna empresa. Mis favoritas son las que se dedican a temas medio-ambientales, aunque con la crisis, el medio ambiente se ha hecho menos importante para los gobiernos y muchos trabajos en el ámbito del medio-ambiente y la conservación de la naturaleza se han paralizado. Supongo que de no trabajar en medio-ambiente trabajaría en exploración minera. Lo que sí puedo decir es que no trabajaría para una empresa petrolera. No comparto sus valores en absoluto.

  1. Rebobinemos hasta cuando tenías 16 años, ¿te imaginabas trabajando en algo así?

Con dieciséis años tenía bastante claro que sería científico y me veía trabajando en una unviersidad o centro de investigación, de hecho ya sabía que estudiaría una carrera de ciencias naturales. Lo mío con la ciencia es muy vocacional. De hecho, siempre me he visto en la investigación, nunca he pensado que trabajaría en ninguna empresa.

  1. ¿Cuál era el trabajo de tus sueños cuando eras un niño? ¿Por qué?

Yo con ocho años le dije a mi abuelo que quería ser paleontólogo, la cara era un poema, él esperaba algo más bien del tipo bombero, claro. La realidad es que la culpa es de una colección de fascículos que me compraba mi padre. Compró el primero, que tenía el gancho de llevar dos fascículos, un cráneo de Tiranosauio Rex que brillaba en la oscuridad y un póster y quedé fascinado, tanto que le obligué a comprar fascículo a fascículo durante varios años. Cuando empecé la carrerá me di cuenta que, aunque la paleontología estaba bien lo que de verdad me interesaba era la tectónica de placas y las cadenas de montañas. Pero sí, siempre he creído que me dedicaría a la investigación en geología.

  1. ¿Qué crees que estarás haciendo dentro de 10 años?

Espero seguir trabajando como investigador. Me gusta mucho y creo que lo hago bien, así que ¿por qué cambiar? Eso sí, para entonces espero tener mucha más estabilidad laboral, una plaza fija o casi fija que me permita tener una vida más normal, no tener que estar pensando en cuál será el próximo destino y qué cosas debo o no llevar en la mudanza.

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