Revista Cultura y Ocio

Conciliar, o todos o ninguno

Publicado el 17 febrero 2017 por Molinos @molinos1282
Conciliar, o todos o ningunoBuscamos conciliar en el diccionario, que para eso está, y descartamos la primera acepción, "asistir a un concilio". Nos vamos a la segunda y nos encontramos con esto. 
«1. tr. Poner de acuerdo a dos o más personas o cosas.2. tr. Hacer compatibles dos o más cosas. Conciliar la vida laboral y la vida familiar.3. tr. Granjear un ánimo o un sentimiento determinados»
«Hacer compatibles dos o más cosas. Conciliar la vida laboral y la vida familiar». 
En ninguna parte pone hijos, ni padres, ni madres ni nada de nada. Llevo días dándole vueltas a esto porque parece que la conciliación es un derecho en exclusiva para los que tienen (tenemos) hijos, como una especie de prerrogativa especial que hay que concedernos por habernos reproducido y no estoy de acuerdo. 
O la conciliación es para todos o no es. Todos tenemos derecho a un horario de trabajo que nos permita tener tiempo libre y disfrutar de nuestra vida de ocio. Me da igual que tu vida de ocio sea cuidar de tu hijo, tus gemelos, tus trillizos, tu tribu de los Brady o que consista en salir a correr, ver marathones de serie, ir a clases de pintura o tumbarte en el sofá a contar las grietas de la pintura del techo de tu salón. Lo que hagas con tu tiempo fuera del trabajo no te da más o menos derecho a unos horarios o a tener unas determinadas ventajas.  
Sé que esta posición llevará a algunas personas a comprar piedras y prepararse para apedrearme en cuanto diga Jehová pero es que es así. La conciliación debe ser para todos y eso supone ventajas pero también inconvenientes que hay que estar dispuesto a aceptar. Lo ideal sería que todos trabajáramos en horarios racionales, pongamos de 9 a 5, pero eso es imposible. Hay empresas, sectores, actividades que necesitan horarios más amplios. Eso supone que hay determinados trabajadores que entran terriblemente temprano a trabajar o salen terriblemente tarde o trabajan mientras todos dormimos. Son horarios especiales con complementos salariales especiales (o deberían tenerlos) pero ¿por qué determinada gente que grita mucho sobre la conciliación está en IKEA a las diez de la noche comprando cucharillas? ¿o le parece fenomenal ir de compras los domingos? ¿o ir de rebajas a las nueve de la noche? ¿Son las cucharillas una necesidad imperiosa un miércoles a las diez de la noche? ¿El trabajador del comercio no tiene derecho a salir de trabajar pongamos a las 20 horas para conciliar? ¿No puedes ir de compras un sábado? o ¿solo tiene ese derecho si tiene hijos? 
Conciliar debe ser para todos. Conciliar no consiste en que la gente que tiene hijos a la hora de elegir vacaciones diga "yo agosto", o el que tiene pareja diga "es que mi pareja solo puede en junio". Corrijo, puede decirlo, es más debe decirlo, pero no pretender que su vida familiar cuente como un positivo para elegir las vacaciones. Ya veo las piedras volando contra mi cabeza. 
A mí me gusta pasar las vacaciones con mis hijas, claro, pero no creo tener más derecho a tener vacaciones en agosto o en diciembre que mis compañeros sin hijos o sin pareja. Mi vida personal es una decisión mía que debo gestionar sin comprometer o, mejor dicho, sin contar con que otras personas modifiquen las suyas a mi conveniencia. Y esto me lleva al diccionario otra vez:
Conciliar: Poner de acuerdo a dos o más personas o cosas.
Esgrimir el hecho de tener hijos como un estandarte de yo tengo derecho a salir a una hora más temprana, a escoger vacaciones, al turno más ventajoso, a irme en Navidad o cualquier otra cosa no es tener el ánimo de llegar a un acuerdo. Es abusar, es absurdo, es injusto y, además, es contra producente porque predispone en contra. Y lo digo yo, que tengo hijas, a mí me predispone en contra. 
La conciliación debe ser para todos o no lo será y para conseguirla convendría que nos pusiéramos de acuerdo todos o por lo menos tuviéramos el ánimo y el propósito de intentarlo. En ese ánimo es primordial que muchos de los que tienen hijos dejen de pensar que es algo que sólo les atañe a ellos y que los horarios racionales de trabajo son una prerrogativa especial que ellos deben tener por encima de aquel que no tiene hijos y quiere salir pronto para ir a clase de esgrima. 
Jehová. Apedreadme.  

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