Revista Opinión

Confusión y contundencia

Publicado el 22 octubre 2015 por Franky
Confusión y contundencia Tengo amigos en algunos Think Tanks importantes de Washington y San Petersburgo. Los think tanks, en las raras ocasiones en que son libres y no están sometidos, son tanques o laboratorio de ideas donde se intenta descubrir la verdad, pero la mayoría de las veces buscan y promueven la verdad que interesa a los poderosos que los financian.

Algunos amigos pensadores profesionales de esos laboratorios de ideas me han demostrado que la confusión es hoy la principal arma del poder. Me dicen que al poder le interesa que existan versiones diferentes de la misma realidad y que por eso dejan que existan blogs de oposición y medios libres que difunden versiones distintas de los acontecimientos y asuntos de interés. Mi amiga rusa Natalia, lectora desde Moscú de mi blog Voto en Blanco, me dice que es uno de los típicos medios libres que interesan al poder porque difunde versiones creíbles, originales y distintas a las oficiales. Decepcionado, le he preguntado si sería mejor cerrarlo, ya que beneficia el engaño de los poderosos, en lugar de combatir la mentira, como pretende, pero la profesora me dice que no, que a pesar de todo hay que luchar como fieras por descubrir y divulgar, de manera atractiva y competitiva, verdades que liberen las mentes y reduzcan el efecto nocivo de la confusión.

Si eso es así, quiero transmitir hoy una verdad rotunda que me está golpeando el alma desde hace semanas:

El nacionalismo catalán es altamente peligroso, cien veces mas que el vasco, porque ha caído en manos de gente desalmada y sin frenos morales, capaces de conducir el buque hasta la colisión y el drama. El nacionalismo, que no tiene paradas intermedias en su trayecto hacia el poder y que, fanatizado, penetra en una vorágine empecinada y pendenciera que carece de frenos y de prudencia, ha sido, junto a la religión, el gran padre de las guerras, matanzas y exterminios de la Humanidad. Las dos últimas guerras mundiales son hijas del nacionalismo, un fenómeno siniestro que causó mas de cien millones de muertos en el siglo XX.

Creo que el periodo cobarde y suicida en el que los gobiernos de España colaboraron con el nacionalismo de manera cobarde y cómplice, haciendo creer a los españoles que existía un nacionalismo democrático, debe terminarse con urgencia. La aventura catalana pilotada por Mas, Junqueras y otros es demasiado peligrosa para que siga su curso, ignorando constituciones, leyes y sentencias.

También hay que afirmar, para comprender el drama en su totalidad, que si el secesionismo catalán estuviera liderado por personas decentes y demócratas y si en su base, en lugar de planteamientos mafiosos y corruptos, hubiera un justo deseo de crear una sociedad mejor, mas justa, decente y democrática, ese nacionalismo, incluso si fuera secesionista, merecería el apoyo de los demócratas españoles y de la gente decente del país. Pero no es el caso porque el secesionismo está tan infectado o mas que la política española, a la que, aunque parezca increíble, supera en corrupción, odio y vileza.

El asunto es tan grave que todos los políticos españoles que hayan sido permisivos y colaboracionistas con el nacionalismo catalán, esos que desde el PSOE y el PP han comprado los votos que necesitaban para gobernar a cambio de permitir la corrupción, la violación de las leyes y la siembra de odio a España en las escuelas y en la sociedad, no podrán tener sitio alguno en la España decente que muchos queremos construir en el futuro, menos sitio, incluso, del que podrán tener los sucios corruptos y ladrones que, desde el poder, han saqueado España al amparo de una falsa y degradada democracia.

Ya sé que frente al nacionalismo catalán no hay en España un gobierno decente y justo, ni un sistema democrático honrado, cargado de moral y digno de ser apoyado, pero ese terrible déficit en la política española no otorga razón alguna a un nacionalismo que tiene las bases corrompidas y que es portador de odio, división, mentiras y violencia latente. Aunque la clase política española y el sistema que han creado son pura lacra ajena a la ciudadanía y a la decencia, el nacionalismo secesionista es un peligro de muerte para Cataluña, España y la misma Europa.

Dicho queda.


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