Revista Cocina

¿Conocemos de cerca a los aditivos alimentarios?

Por Mamucer @MarinaMunozC

¿Conocemos de cerca a los aditivos alimentarios?

– Marina Muñoz Cervera –

Los alimentos industriales de consumo habitual están llenos de aditivos, entre otras sustancias.

Los aditivos no son alimentos por si mismos. En ocasiones, son nutrientes aislados, cuyas propiedades interesan para conseguir los objetivos de la industria alimentaria: estabilidad, sabor, conservación, textura, etc. En otras, son sustancias sintéticas elaboradas con un fin concreto.

El origen de estas sustancias se debe a la necesidad industrial de ofrecer alimentos de alta disponibilidad en el espacio y tiempo, garantizando una calidad y un precio adecuados. Sin embargo, actualmente es un tema muy polémico por las consecuencias que tiene para la salud el consumo tan elevado que existe de productos cargados de aditivos alimentarios.

Los alimentos naturales que cocinamos nosotros, están procesados con el fin de mejorar su sabor, digestibilidad, apariencia, etc. En el caso de los alimentos cargados de aditivos, han sido ultraprocesados por la industria para conseguir objetivos parecidos por diferentes caminos y una mayor estabilidad en el tiempo.

La problemática de los aditivos.

Lo que en un principio supuso una revolución industrial alimentaria, está pasando una cara factura a las personas que, indiscriminadamente, los compran y consumen de forma habitual.

El progreso de la industria va ligado al del ser humano, ya que a lo largo de los tiempos, hemos pretendido adecuar los alimentos a nuestras necesidades. Esta noble intención, ha llegado a un punto evolutivo, partir del cual, nos vemos en la necesidad de establecer más mecanismos de control que los que establecen los gobiernos, al aprobar los aditivos y sus cantidades admitidas. Es decir, ha llegado el momento de discriminar entre aquellos productos que dañan nuestra salud y los que no, así como de establecer, qué tipos de productos debemos comer a lo largo de un día y los que no, independientemente de la simplicidad de su adquisición y centrándonos en los que nuestro organismo necesita y le sienta bien y lo que no.

Estamos en una sociedad en la que gana la rapidez y la simplicidad de adquisición. ¿Para qué vamos a cocinar si lo venden hecho?

Pero el problema no solo está en los platos precocinados que «aparentemente» nos facilitan la vida y «parece» que suponen un gran ahorro en tiempo y dinero. Hay muchos productos de consumo habitual, como galletas, magdalenas, bollos diversos, pastas para untar, etc., que realmente son difíciles de preparar y los compramos a diario. Además, otros productos, como yogures con sabor, zumos naturales, etc. se venden como dietéticos y saludables y contienen una largo listado de aditivos alimentarios. Y, por supuesto, infinidad de bebidas, descritas como vitamínicas, o simplemente como refrescantes que los contienen en abundancia.

Si nuestro organismo necesita los nutrientes básicos que contienen los alimentos naturales, y lo cargamos de químicos destinados a prolongar la estabilidad del producto, nuestro metabolismo invertirá mucha energía en defenderse de los tóxicos que estamos comiendo y, a pesar de que la mayor parte de los aditivos utilizados actualmente, se consideran «inocuos» para la salud humana, nuestro intestino sufre severamente las consecuencias y su afectación repercute en nuestra salud global.

Hay autores que dicen que «cada aditivo que se consume se resta tiempo de vida». Vamos a intentar no llegar a los extremos, porque en muchas circunstancias nos vemos obligados a recurrir a este tipo de comida y tampoco es necesario, comer con miedo.

Para nuestro organismo, todo exceso es problemático. Si esto sucede con los nutrientes que necesitamos de forma indispensable, como las vitaminas, minerales, hidratos de carbono, grasas, proteínas y fibra, mucho más ocurre con sustancias, que aunque no se consideren tóxicas, en la cantidad que van incluidas en un producto concreto, si pueden serlo, si comemos más de un alimento que las contenga a diario.

¿Qué son los aditivos alimentarios?

Los aditivos son sustancias que se añaden intencionadamente a los alimentos y bebidas con el fin de modificar o estabilizar sus características organolépticas, para facilitar o mejorar su proceso de elaboración, conservación y adaptación.

Todos los aditivos deben someterse a una rigurosa y completa comprobación científica, para garantizar su seguridad, antes de que se autorice su uso.

Tipos de aditivos:

En cualquier etiqueta información nutricional de un producto industrial, podemos encontrar, entre los ingredientes, alguno o varios de los siguientes grupos de aditivos, atendiendo a su función:

– Antioxidantes.
– Edulcorantes.
– Blanqueantes y agentes antipardeamiento.
– Conservantes.
– Agentes de curado.
– Agentes desecantes.
– Emulsionantes.
– Enzimas.
– Agentes reafirmantes.
– Aromatizantes.
– Modificadores del sabor.
– Agentes dispersantes.
– Humectantes.
– Lubricantes.
– Acidulantes.
– Clarificantes.
– Floculantes.
– Gases y agentes propelentes.

Y, un largo etcétera de compuestos con funciones diversas en la tecnología alimentaria.

Después de leer esta larga lista de sustancias añadidas, que en su mayor parte no sabemos ni que son, quizás deberíamos preguntarnos ¿esto es comida?

La respuesta es rotundamente «no». Son productos superfluos que nuestro cuerpo no necesita para nada, pero si permiten que la comida dure mucho más tiempo y que presente una textura y un sabor que no tiene por si misma.

Tanto es así, que llegamos a perder el gusto por los productos naturales en favor de elaboraciones mucho más dulces, más saladas, mucho más suaves, mucho más ligeras y mucho más fáciles de comer.

Los aditivos según su origen:

Estas sustancias, que se consideran como coayuvantes o auxiliares de los alimentos, se clasifican, desde un punto de vista práctico, en «naturales» y «artificiales».

Las «naturales» se obtienen de materias primas alimenticias o derivan de algún otro producto natural.

Las «artificiales» son compuestos químicos sintetizados en los laboratorios, que en muchos casos son idénticas a las naturales, desde el punto de vista de su estructura química. y no tienen nada que ver con los productos naturales.

¿Suponen los aditivos un riesgo para la salud?

Hoy en día, si suponen un riesgo para nuestra salud, por su uso indiscriminado y abusivo, tanto por parte de la industria, como por nuestra parte, debido al desconocimiento de los riesgos del abuso de sustancias, no tóxicas a bajas dosis, pero que pueden presentar los siguientes efectos en nuestro organismo:

– Acumulación, algunos aditivos no se eliminan y se acumulan, como tóxicos, en nuestro tejidos y órganos.
– Suma de efectos, importante en el caso de sustancias con actividad cancerígena.
– Mecanismos indirectos, ya que algunos aditivos tienen estructuras químicas reactivas.

Sin embargo, tampoco podemos decir que todos los aditivos son peligrosos, en las cantidades incluidas en los productos. No obstante, toda sustancia sea natural o artificial, sea un tóxico o un alimento saludable, puede ser dañino para el organismo si lo consumimos sin mesura.

En general, y partiendo de la idea de que mientras menos aditivos consumamos mucho mejor, si incluimos un producto con aditivos en nuestra alimentación diaria, lo más normal es que no suceda nada. Pero si consumimos más de uno o dos diarios, y mucho más si basamos nuestra alimentación en productos elaborados industrialmente, podremos tener la seguridad de que nuestra salud se verá afectada, de forma inminente o con el tiempo.

Y, para terminar esta entrada, comentaros que iremos viendo con más profundidad este tema, para comprender porqué nuestro organismo necesita una alimentación lo más natural y equilibrada posible.

Fuentes:

– Mª Soledad Fernández Pachón, Mª del Carmen García, Mª Lourdes Morales y Ana María Troncoso. “Toxicología de los aditivos alimentarios”. Ed. Díaz de Santos. Madrid, 2012. ISBN: 978-84-9969-208-1.
– José Bello Gutiérrez. “Ciencia bromatológica: principios generales de los alimentos”. Ed. Díaz de Santos. Madrid, 2000. ISBN: 84-7978-447-4.
– M. Hernández Rodríguez, A. Sastre Gallego. “Tratado de nutrición”. Ed. Díaz de Santos. Madrid, 1999. ISBN: 84-7978-387-7.

Imagen:

http://www.eufic.org/upl/1/default/img/FT92_Additives_reevaluation(1).jpg


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