Revista Ebusiness

Consejos del día a día para el universitario independizado

Por Omayramontes

Casi dos décadas de tu vida al abrigo de tus padres. Ni un solo día faltándote comida caliente encima de una mesa bien dispuesta y una habitación en la que poder tumbarte tranquilamente en cualquier rincón sin riesgo de encontrarte "objetos indeseados". Ante este panorama idílico que todos hemos vivido, es más que normal que al momento de alejarnos de la protección paternal nos encontremos quien más y quien menos algo desorientados. Por ello, para el universitario independizado primerizo, ofrecemos una serie de consejos que servirán de guía a la hora de mantener nuestro lugar de residencia plenamente habitable.

A menos que nos hayamos ido preparando para el momento participando en las tareas del hogar (algo recomendable al menos como agradecimiento a todo lo que nuestros padres nos ofrecen), es normal que sintamos cierta desorientación a la hora de colada en mano, dar con el programa adecuado que no nos deje la ropa como un cuadro de Jackson Pollock.

A estos momentos o cuando no sepas cuanto tiempo debe estar las legumbres metidas en remojo, no dudes en tomar el teléfono y llamar a casa para consultar. Tus padres seguramente agradecidos de que les tomes como referentes te guiarán en la odisea de mantenerte limpio y alimentado.

Y si ves que es un imposible, que las etiquetas de las prendas te suenan a chino y que no ves el momento de pasar la fregona porque un montón de apuntes absorben tu tiempo, cuenta con una residencia universitaria con servicios de limpieza o cualquier otro tipo de ayuda externa, ya que siempre que sea para aprovechar tu formación no deja de ser una gran idea e inversión.

No caigas en los tópicos

Hay vida más allá del arroz, de la pasta y de la sección de congelados de tu supermercado de confianza. Aunque sea como reto de superación, plantéate de vez en cuando (los fines de semana por ejemplo que tienes más tiempo) introducirte en las maravillas de la cocina mediterránea e ir practicando para sumar más recetas a tu dieta, que insistimos, puede ir más allá de las ensaladas, los espaguetis y el arroz a la cubana.

Lo mismo con otras tareas del hogar: sal del programa de lavado ni muy caliente ni muy frío para no arriesgar y prueba a separar prendas, cada una con su programa de lavado correspondiente, que para eso están: te durarán más y mantendrán el color que les toca por más tiempo.

Dedícale su tiempo a las tareas del hogar

Un ambiente cómodo comienza por un ambiente limpio, y al igual que debemos dedicar tiempo al estudio, debemos dedicarlo a alimentarnos adecuadamente, a no acumular polvo en los rincones y a crear un espacio propio, agradable.

Esto requiere que no sólo le dediquemos un rato el domingo a la tarde a pasar la fregona tímidamente por el suelo, sino que vayamos creando el hábito de diariamente encargarnos de estas tareas. Además, mucho mejor y práctico limpiar sobre limpio que no retirar pelusas a mansalva y partículas de polvo a granel.

Tómatelo como un entrenamiento

¿Por qué crear el hábito diario de mantenerlo todo limpio y cocinar poco a poco? Porque al igual que hace unos años nos encontrábamos bajo la protección de nuestros padres y ahora nos podemos excusar en que necesitamos tiempo para los estudios, llegará el momento en el que creemos nuestro propio hogar.

Hogar en el que tras una jornada de trabajo volveremos a casa y querremos encontrarla limpia, sin necesidad de tener que retirar montañas de ropa apilada para poder dormir, y un tiempo después seremos nosotros los padres que ofrezcamos todos estos "servicios de pensión completa" a nuestros hijos.

Tómate por tanto este tiempo como un tiempo de transición en el que practicar este modo de vida.

Y por último... piensa en tus padres

Un truco para mantener el lugar donde residimos lo más impecable posible es pensar en que cualquier momento pueden visitarnos nuestros padres. Hecho que probablemente hagan, pero que en vez de hacerlo con preaviso (y con la típica jornada previa donde te pegas la paliza limpiando como si no hubiera mañana), lo hacen de improviso. Una genial forma de impedir paisajes como un salón lleno de cajas de pizzas. ¡Hazlo por ellos!

Un abrazo,

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