Revista Psicología

Contra la discapacidad en el trastorno bipolar, formación y apoyo

Por Mundotlp @MundoTLP

¿Existe discapacidad cuando hablamos de trastorno bipolar?¿A qué nos referimos exactamente con este concepto?
Contra la discapacidad en el trastorno bipolar, formación y apoyo
Al hablar de discapacidad social en el trastorno bipolar, siempre debemos tener en cuenta dos datos: uno, que la mitad de las personas que sufren trastorno bipolar también tienen algún tipo de discapacidad laboral, social o familiar, y dos, que el 20% de estas personas presentan discapacidad en estos tres niveles, que no parece poca cosa.Pero, ¿de qué hablamos exactamente cuando hablamos de discapacidad en una enfermedad mental como es en este caso el trastorno bipolar?A nivel laboral, por ejemplo, estamos hablando simple y llanamente de la dificultad para poder trabajar y desempeñar un trabajo normalizado. Según algunos estudios, esta discapacidad está relacionada con un mayor número de episodios maníacos, con el hecho de sufrir varias hospitalizaciones psiquiátricas de gran intensidad, y con una sintomatología depresiva y un bajo nivel educacional.Por su parte, la discapacidad a nivel social implica dificultad para establecer relaciones fuera de la familia e integrarse socialmente. Por eso, a la inversa, tener un gran apoyo social se asocia a una menor discapacidad social.En cuanto a la discapacidad familiar, esta se traduce en la dificultad para tener buenas relaciones con otros miembros de la familia, algo que suele darse, lamentablemente, con bastante frecuencia. ¿Qué podemos hacer para ponerle freno? Evitar la discapacidad en las personas con trastorno bipolar implica trabajar para prevenir los episodios depresivos y maníacos y actuar con prontitud cuando estos no pueden prevenirse, cuando nos sorprenden. Es necesario tratarlos desde el primer momento, poniendo todos los medios para que no desemboquen en una hospitalización. Y, por supuesto, también hay que tratar cuestiones como la dependencia al alcohol o a otras drogas.Resulta evidente que el apoyo social debe mejorarse, incrementarse en aquellas personas que no lo tienen. ¿Cómo? Por ejemplo, ofreciendo ayuda a domicilio y aconsejando a la persona que acuda a grupos de terapias con otras personas en la misma situación.Sin duda, esta es la clave: formación, información y apoyo, tres básicos para prestar un buen apoyo social a las personas con trastorno bipolar.En este proceso de formación y ayuda es fundamental el papel de la administración, que debe poner los recursos y organizarlos para que puedan servir de ayuda no solo a quienes sufren la enfermedad, sino también a sus familiares, que necesitan conocer los recursos existentes. Es fundamental que la administración aborde la problemática de forma directa y que facilite el contacto entre personas, para que juntos puedan avanzar en su recuperación personal y social.Tal como dice la OMS, en el pasado y tímidamente en la actualidad, las personas con problemas de salud mental no han tenido voz. Ni ellas ni sus familias participaban en la toma de decisiones cuando acudían a los servicios de salud mental. Por eso, a día de hoy, continúan estando en riesgo de exclusión social y discriminación en todas las facetas de la vida.La clave del empoderamiento de estas personas es la eliminación de los impedimentos formales e informales, así como la transformación de las relaciones de poder entre personas, comunidades, servicios y gobiernos.Medidas como asegurar el respeto, la protección y el cumplimiento de todos los derechos humanos de las personas que utilizan los servicios de salud mental; proporcionar recursos que impulsen la creación de servicios dirigidos por usuarios; construir redes locales de usuarios y cuidadores; proporcionar herramientas independientes de promoción y defensa en todos los ámbitos de la vida, y facilitar la relación entre los usuarios, pueden ser estrategias de gran utilidad a la hora de empoderar a las personas que tienen trastorno bipolar, a los cuidadores, a sus  familiares e, incluso, a la sociedad en conjunto.Trabajar para mejorar la calidad de la atención a las personas con trastorno bipolar significa, en gran medida, centrar la atención en conocer y proteger sus derechos humanos. La Convención de Derechos de las Personas con Discapacidad representa la más alta aspiración en el logro de los derechos humanos de las personas con discapacidad, incluidas, claro está, las personas con trastorno bipolar. http://elmundotlp.blogspot.com/es

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