Revista Cine

Contracrónica Berlinale (Parte I)

Publicado el 17 febrero 2012 por Fimin

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En un edificio neoclásico tatuado por pósters de películas que probablemente nunca verás se celebra el European Film Market, acto paralelo al Festival de Berlín,complemento profesional, lugar de encuentro entre tacones que desafían las calles heladas de la ciudad y corbatas que año tras año ahogan cuellos cuyo diámetro no deja de aumentar. Unos y otros negocian entre copas aguadas y bocadillos de plástico contratos millonarios por películas de las que se espera den millones. Es la otra gran fiesta del cine, la que firma acuerdos en servilletas de bar o en reposavasos de discoteca. Este año aquí se han podido ver más de quinientas películas, lo han hecho más de dos mil personas, se han negociado acuerdos por cientos de millones y ahora que del mercado sólo quedan los envases vacíos es momento del inventario. No, enfilmin tenemos poco de vecina inglesa de mediana edad, lo nuestro es la discreción así que ni hablaremos de números ni de quienes los firmaron, nos limitaremos a hablar de lo que más nos gusta: el cine.

A continuación analizamos las 30 películas que hemos podido ver en el Mercado de la Berlinale, obviando -por razones que escapan a este artículo- cuatro de los títulos más comentados cuyos pases privados se saldaron con sonoras ovaciones: el nuevo film deWes Anderson (lo de siempre pero mejor), el remake de "Pusher" (más dinero, más violencia, mejor música), la polémica obra de John Hillcoat (con Shia Labeouf y Tom Hardy enemigos en la película y en el rodaje) y la última triunfadora del Festival de Sundance, "Beast of Southern Wild" que se podrá ver en filmin de la mano de Golem Distribución.

"Keep the lights on" (Ira Sachs)

Para el día de San Valentín nada mejor que el ramo de flores en el que no queda ni un pétalo pero sí todas las espinas. La historia de una pareja (de hombres, sí) en guerra durante diez años contra el incansable Desamor. Sin artificios, sin subrayados melódicos, sin grandes momentos de esplendor, la película es un ejercicio naturalista, doloroso y magistral del tercer acto de dos treintañeros que bien podría ser vista como el reverso natural de "Weekend". Una habla de la fugacidad, otra de la resistencia. Dos crónicas del naufragio de nuestro tiempo, dos películas necesarias que devuelven al cine su condición de guía.

Contracrónica Berlinale (Parte I)

"César debe morir" (Paolo y Vittorio Taviani)

La otra gran obra de la Berlinale. Sin más. Nadie apostaba por ella, sus directores tienen más años que Leonard Cohen y sus últimas películas añadían razones para la desconfianza. A uno y otro les basta con hora y cuarto de metraje para plantarse con una recreación carcelaria del "Julio César" de Shakespeare que deja a cualquier otra película vista en el festival en ejercicio amateur. Un grupo de presos (asesinos, estafadores, violadores) representan/reviven una obra de teatro. A ratos thriller, a ratos comedia, a ratos documental, al final una tragedia inolvidable.

Contracrónica Berlinale (Parte I)

"Bárbara" (Christian Petzold)

En el mercado los distribuidores a veces se comportan como pollos descabezados que van y vienen de las salas en busca de esa pequeña joya que nadie más ha visto. Cinco minutos, un par de escenas y a por la siguiente. Y así hasta que el cuerpo aguante o el talonario no dé para más. Pues bien, para minimizar este desconcierto todos utilizan las revistas cinematográficas como hoja de ruta. Si una película recibe una buena crítica en Screen o Variety, su proyección del día siguiente verá multiplicada por dos la asistencia de posibles compradores. Ese fue el caso de "Barbara", drama de espías ambientado en la Alemania del Este. Escrito así parece que estamos ante la continuación de "La vida de los otros" y eso es lo que todos esperaban. Nada más lejos de la realidad. "Barbara" es un película hierática, nada maniquea, de difícil acceso, más cercana aHaneke que a Von Donnersmarck. Cine complejo centrado en una enfermera que deberá decidir si se mantiene en el Este ayudando a los enfermos o cruza la frontera para reunirse con su pareja.

Contracrónica Berlinale (Parte I)

"Detachment" (Tony Kaye)

Empieza la película y tras una cita de Albert Camus aparecen los créditos y uno lee: Adrien Brody, James Caan, Lucy Liu y el protagonista de "C.S.I." y también el de "Breaking Bad" y la pelirroja de "Mad Men" y el político bocazas de "The Wire" y uno piensa en el póster y ve allí más cabezas que en "Doce del patíbulo". Y los créditos acaban con un nombre que muchos creyeron que jamás volverían a leer: el del director de "American History X", oficiando aquí su regreso de entre los muertos. Y tras los créditos, hora y media de drama existencial de un profesor de instituto que, como tantos otros profesores de instituto, asiste derrotado al hundimiento de otra nueva generación cuyo único futuro se llama Cajero y apellida De Fast Food. Y uno piensa que lo que les hace falta a esos profesores de suburbio americano es una reforma educativa como la que se llevará a cabo en nuestro país, Wert mediante, que nos convertirá por arte de birlibirloque en punta de lanza de las juventudes mundiales. Sin ciudadanía generaremos ciudadanos, sin optimismo Kaye vuelve a la vida con una pequeña película donde ambiciones y resultados no acaban, como muchos alumnos, a guantazos.

Contracrónica Berlinale (Parte I)

"The imposter" (d. Bart Layton)

El documental de la Berlinale. La historia de un chaval que se hace pasar por el hijo desaparecido de una familia del Medio Oeste Americano. El problema es que el hijo es rubio y él es moreno, además de francés y diez años mayor que el chico desaparecido. Bueno, en realidad el problema (y la película) nacen en el momento en que la familia lo acepta y dice que sí, que ese es el hijo desaparecido. Thriller fascinante que lleva a la pantalla el artículo firmado por David Grann y publicado en The New Yorker del que escribimos en su momento. Obra de culto desde ya.

El impostor

"My sister's sister" (d. Lynn Shelton)

Dos hermanas, una lesbiana y la otra que no, las dos compuestas y sin novio pasan unos días en una casa rural con un amigo, cuyo hermano falleció hace un año. Hete aquí el peculiar triángulo amoroso protagonizado por Emily BluntRosemarie DeWitt yMark Duplass en la nueva película de la directora de "Humpday". Triángulo es pues sólo son ellos los actores de esta comedia dramática, desfile de inseguridades de una generación que pudo tenerlo todo y acabará sin nada. Ejemplo de cine indie con aspiraciones comerciales. De factura tosca e interpretaciones impecables, "My sister's sister" lo tiene todo para suceder en taquilla a películas como "Buscando un beso a medianoche" o "Happythankyoumoreplease". Sin maquillaje, sin cartón piedra, sin trucos de guión se consigue buen cine. Una comedia romántica que debería ser modelo no excepción.

My sister's sister

"Celeste and Jesse Forever" (d. Lee Toland Krieger)

El reverso de "My sister's sister". Presentanda en Sundance como la gran esperanza del indie del 2012, esta fiesta del azúcar, carnaval del cliché, es la historia del divorcio más increíble jamás contado, el que protagonizan dos pijos que dicen no serlo, Andy Samberg y Rashida Jones, premiados como la pareja más insoportable de la Berlinale. Otro premio podría llevarse Elijah Wood, el amigo gay de la pareja, cuya interpretación carga de razón a quienes creen que el síndrome Mark Hamill también acabará con él. Si lo tuyo son las películas llenas de canciones indie, las puestas de Sol, las secuencias donde todo el mundo ríe y tú no sabes muy bien de qué, esta es la película que llevas semanas esperando. La mala noticia es que, a juzgar por la reacción del mercado, nadie está por la labor de traértela.

Contracrónica Berlinale (Parte I)

"Liberal Arts" (d. Josh Radnor)

Entre la candidez de "Celeste" y la crudeza de "My sister's sister" encontramos al bueno de Josh que recupera todos los elementos que le dieron el éxito en "Happythankyoumoreplease" para una segunda obra que tiene mucho de continuista en el mejor sentido de la expresión. "Liberal Arts" es un desfile de gente inteligente (o que dice serlo) luciendo carencias emocionales de primer nivel. La historia de una relación fortalecida por la distancia es el centro sobre el que gira esta comedia romántica llena de luz, referencias pop, conflictos generacionales y de una honestidad brutal. Las preocupaciones de su director son las mismas que las de su personaje: pareja, pareja, pareja. Trabajo ya tengo, amigos no quiero y salud me sobra.

Contracrónica Berlinale (Parte I)

"Kin" (d. Stefan Ruzowitzky)

¿Qué hace un director europeo cuando gana un  Oscar a la Mejor Película Extranjera? Se queda en Los Angeles y aprovecha para rodar una película en inglés. También conocido como: El Gran Error. Ruzowitzky venía de triunfar con "Los falsificadores" y en ese estado de euforia convenció a Eric Banna, Sissy Spacek, Charlie Hunnam, Kris Kristoferson y Olivia Wilde para que rodaran un thriller con él. ¿Cuál fue el problema? Que nadie atendió a que para rodar un thriller hacía falta un guión. En "Kin" hay asesinatos, tiroteos, persecuciones y escenas de sexo dignas de la hora picante del Disney Channel pero lo que nunca se llega a encontrar son las motivaciones de sus personajes ni el nexo que une una y otra secuencia. En "Kin" el pollo descabezado es el argumento, el que acaba bostezando es el espectador y el que probablemente acabe regresando a Europa será su director.

Kin

"The door" (d. Istvan Szabó)

Por un lado: un director húngaro con prestigio, un puñado de nominaciones al Oscar en su haber y el buen recuerdo de su última película ("Cita con Venus" con Glen Close). Por otro:  Helen Mirren, actriz inglesa de prestigio, un Oscar en su currículum y algún otro que llegará y el buen recuerdo de su última película ("La deuda"). En medio: la naftalina. "The door" es cine antiguo, celuloide apolillado, vino rancio, desfile de planos sin profundidad fotografiados con los recursos del cine europeo de los 60. Un drama centrado en una criada cascarrabias (Mirren) que tiene un pasado que ocultar y un presente olviable. Pretende divertir y causa sonrojo, pretende emocionar y causa indiferencia.

The door


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