Revista Comunicación

Control Z quiere criticar el acoso escolar, pero le sale regular

Publicado el 29 mayo 2020 por Dro @Drolope
Gerry, acosador en 'Control Z'
Netflix lleva una racha de estrenos bastante potente. Tras Unorthodox, Hollywood, Into the night y la hiper "cuqui" Never Have I Ever, su nueva apuesta para "consumo rápido" nos llega desde México y se llama Control Z. Siguiendo la estela del éxito de Élite, Control Z ahonda en la vida de niñatos pijos y frívolos con dinero y muchos secretos, aunque su faceta más crítica y reivindicativa quizá la acerca bastante más a 13 Reasons Why. Y, al igual que en la serie de Hannah Baker, algunas cosas les han salido muy bien... y otras no tanto.
Un acoso escolar ¿del que todos son cómplices?
Gerry, acosador en 'Control Z'
La trama más dura de Control Z, la que la distingue de otras series y la eleva -pero, al mismo tiempo, la que deja bastante que desear por su desarrollo- ha sido una especialmente brutal: la del acoso escolar, o "bullying", de un alumno a su compañero de clase. Los primeros episodios son muy duros a ese respeto, pues se muestran con crudeza altercados violentos y un desenlace explosivo en el tercer episodio. Lo que me hubiera gustado, y he echado mucho en falta, es que incidiesen más y mejor en la pasividad de los demás compañeros.
Ese acoso lo perpetra Gerry, desde luego, pero sus acciones son posibles porque los demás las permiten; las alientan con sus risas y mirando a otro lado. A excepción de la protagonista, que planta cara al acosador, nadie más actúa. Y Control Z, desde luego, critica a esos alumnos por su hipocresía y falta de empatía, pero al final parece que todo recaiga sobre el acosador. Cuando las cosas se desmadran, sus amigos reniegan de él, y la narrativa se centra en los sentimientos de culpabilidad de Gerry. Pero creo que hubiera sido más interesante que Control Z fuese más incisiva a este respecto, ahondase en la auténtica raíz del problema y criticase abiertamente la complicidad de esos compañeros, pues al final pareciera que toda la culpa fuera del acosador. La serie no hace cuestionarse a sus compañeros su papel en ese acoso.
"El acoso escolar es posible porque todos lo permiten con sus risas e indiferencia, pero la crítica de Control Z recae sobre un individuo concreto en lugar de sobre el grupo"
Esta trama tuvo un comienzo especialmente prometedor pero, como decía, al final se diluye y transcurre por los derroteros de siempre: en lugar de criticar las dinámicas de grupo que la hicieron posible, se centra en los remordimientos que consumen al acosador, lo convierten en el enésimo "fuckboy" redimido (algo que ya criticaba en este artículo) y, por si fuera poco, al final lanzan el mensaje de que "era porque se gustaban". Y no: no todos los acosadores lo son porque sean LGTB que no se aceptan a sí mismos ni sus víctimas les aman en secreto (más bien lo contrario); basta ya romantizar así el acoso.
Transfobia y "whitexicans"
Póster promocional de 'Control Z'
Desde la propia México también se ha criticado mucho a Control Z por el elenco elegido: no deja de resultar extraño que casi todos los protagonistas sean de piel y ojos claros. La única persona de rasgos indígenas es, de hecho, la víctima del acoso (¿lo que quizá influyera en él?), pero el trío amoroso protagonista es bastante blanco. Parece, en efecto, que Roma (2016) de Alfonso Cuarón no ha cambiado nada y las series y películas siguen negándole papeles protagonistas a actores y actrices de rasgos indígenas. ¿Los blanquitos venden más? ¿Se consideran más guapos, más comerciales? Podríamos darle, no obstante, otro enfoque: quizá la serie lo que pretende es, precisamente, criticar a esta minoría de chicos blancos y adinerados.
Dejando al margen todas esas polémicas, también es de justicia hablar de lo que la serie sí ha hecho muy bien: para mi gusto, la trama más redonda en Control Z ha sido la protagonizada por la chica transexual. Se ha hecho crítica de los desprecios que aún tienen que soportar las mujeres transgénero por parte de las cis -las TERFs de mierda de siempre- con sus comentarios despectivos e hirientes. Los hombres cisgénero, desde luego, también forman parte de ese acoso y transfobia generalizada: su novio reniega de ella cuando se "destapa" su condición por el qué dirán a pesar de seguir queriéndola y deseándola. Al final, la trama conduce al empoderamiento de la chica en cuestión, lo que resulta bastante satisfactorio. 
Control Z quiere criticar el acoso escolar, pero le sale regularZión Moreno es la actriz también transgénero (punto a favor de 'Control Z') que interpreta a Isabela.
En general, Control Z es una serie bastante entretenida y adictiva. Ideal para devorar en unas pocas noches. Está a años luz de Élite; los mexicanos han sabido hacer un producto bastante más inteligente y jugoso. Me queda, sin embargo, la sensación de que las tramas podrían haberse ejecutado mucho mejor: los grandes giros del guion se ven venir de lejos, entre el trío protagonista falta química, y la trama de acoso escolar -el corazón de la serie- tiene una ejecución que deja mucho que desear. Por lo demás, Control Z es una serie con bastantes méritos que, de pulirse un poco, podría funcionar muy bien. Siempre es interesante -y vende- que se saquen los trapos sucios de los pijos con dinero. Ahí me tendrán si hay segunda temporada... ¿y a vosotros?
PD: Me hubiera gustado ver mucho más de Lidia San José y su romance con la alumna, me ha sabido tan a poco. Espero que Paquita Salas le consiga más protagonismo en la próxima temporada.

Isidro López (@Drolope)

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