Revista En Femenino

¿Corderos en la cocina y tigresas en la cama?

Publicado el 07 octubre 2012 por Bebloggera @bebloggera
Por Marwa desde Chile 
Esto viene de la dualidad machista de antaño -que sinceramente pienso no se ha extinguido: el hombre no podía conciliar a la mujer de las fantasías sexuales con la que le daba el beso de buenas noches a sus hijos-.
La esposa y la prostituta ¡eran mujeres DISTINTAS!
Hoy no… Es decir… Socialmente, ya no está aceptado que un hombre visite regularmente los burdeles. Antes las esposas lo sabían, todo el mundo lo sabía y nadie hacía ni decía nada. ¡Hoy no, pues! ¡Qué se atreva a ir el desgraciado! ¿Corderos en la cocina y tigresas en la cama?
Entonces, ¿cómo es eso de ser esas dos mujeres? ¿La dama y la puta? Porque seamos sinceras, la dualidad continúa. Empezó en el mundo masculino y se nos traspasó a las mujeres, como parte de una enseñanza implícita, casi secreta.
Sinceramente creo que esta DUALIDAD es ridícula. La energía sexual es una sola y tiene diferentes aristas y expresiones, pero sigue siendo UNA. Entonces, para que a ellos les agrade, una tiene que andar usando "arito de perla" y después andar haciendo cosas extraordinarias. Es decir, que no se nos note, en público, la energía sexual que tenemos. Nadie debe enterarse que en realidad el sexo nos encanta, ni lo sensual que somos, lo extravagantes que podemos llegar a ser. No, por favor. Sé una dama... y después cambia el chip.
¡¡Ay, por Dios!! ¡¡Qué estupidez!! El machismo exacerbado.  
Nuestra energía sexual está ahí para expresarse, muchas veces quiere canalizarse de maneras distintas al acto sexual: un tipo de ropa, un tipo de aroma, un tipo de textura, un tipo de danza, un tipo de movimiento, un tipo de música, un tipo de comida, una manera de hablar… Y si eso no se ve como dama… ¡MALA SUERTE!
Yo tuve alguna vez novios que tenían esta dualidad. No podía decir garabatos (muy agresivo). No podía usar ropa apretada, escotada o corta (¡por favor!). No podía usar accesorios muy llamativos (¡qué hueca!). No podía reírme fuerte (yo me río fuerte, fuerte, fuerte). Y bueno… Obviamente,  a estos novios, no les gustaba que bailara mi amada Danza Oriental en público -imagínense, movimientos pélvicos, movimientos ultra femeninos y suaves con el vientre destapado-. Puedo añadir mil cosas a la lista. ¿Y por qué? Porque no quieren que nadie más te mire. No quieren que se imaginen de lo que eres capaz. Porque son ¡INSEGUROS y CELOSOS!
No estoy diciendo que tengamos que ser todo el tiempo las tigresas. NOOOO, no me malentiendan. Lo que estoy diciendo es que no tenemos POR QUÉ vivir en una constante DUALIDAD.
¿Corderos en la cocina y tigresas en la cama?
Lo que realmente me molesta, es que cuando se nota la presencia de nuestra energía sexual, una energía asumida, saludable y plena, nos tratan de putas. Bueno, a ver, no entiendo… ¿Acaso no querías que fuera puta? Y algunas mujeres también lo hacen. Eso sí que es terrible… Se ven TAN, pero TAN intimidadas frente a la confianza y seguridad de otra mujer, que deciden insultarla. Entregarle ese "insulto", que debe ser el más antiguo de la historia…
Chicas… En serio... Despojémonos de esta dualidad que tiene su origen en la concepción de mundo masculino que, quieran o no, se está desmoronando. Además, podemos hacerlo de manera suave, femenina, cálida, acogedora. No necesariamente agresiva: somos tan multifacéticas y versátiles que podemos ser todo lo que queramos =)
¿Corderos en la cocina y tigresas en la cama?

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