Revista Cultura y Ocio

Cosas absurdas que se hacen con libros

Publicado el 02 septiembre 2013 por Elena Rius @riusele
El libro -y me estoy refiriendo al libro en papel, que ahora es necesario aclararlo- tiene bastantes más usos aparte del obvio de ser leído. En este blog hemos visto algunos de ellos, por ejemplo las preciosas escenografías librescas de Su Blackwell o las esculturas de Guy Laramee. Aunque siempre da cierta pena ver cómo se ha inutilizado la verdadera función del libro -transmitir una historia- para emplearlo como un simple objeto hecho de papel, tinta y cartón, lo cierto es que la mayoría de los usos alternativos tienen en cuenta lo que significa el libro. Pero buscando por ahí se ven a veces empleos de los libros que me parecen del todo absurdos, por no decir claramente irreverentes (qué quieren, yo soy de los que sienten respeto por el papel impreso, nunca se sabe qué tesoros puede desvelar). Por ejemplo, para mi gusto, por muy vistosos que resulten, los libros no deberían ser vistos como piezas de construcción: COSAS ABSURDAS QUE SE HACEN CON LIBROS ¿Se imaginan la tortura que resultaría tomarse una copa en este bar? Y si resulta que el lomo del quinto libro empezando por la derecha y tercero desde arriba llama poderosamente mi atención, ¿qué hago? ¿Lo extraigo a riesgo de poner en peligro la estabilidad de la barra? Muy poco práctico, la verdad. Aunque hay usos aún más disparatados: COSAS ABSURDAS QUE SE HACEN CON LIBROS Hemos de suponer que los libros en cuestión han sido debidamente impermeabilizados. Aún así, creo que no me gustaría demasiado la sensación de darme un baño ahí. Y se nota a la legua que el autor de esta idea no es un lector. No porque haya empleado los libros de este modo (que también), sino porque cualquier lector preferiría poder ver los títulos de los lomos mientras se baña, en vez de conformarse con unos aburridos tacos de hojas. Claro que el listo que pensó en hacer con ellos un sofá también es de concurso. Como para recostarse a echar la siesta. ¡No debe de ser precisamente mullido! (Bien pensado, podría ser una manera de reciclar esos libros de los que uno siempre ha querido deshacerse y no se decide. Y, de paso, librarse de las visitas no queridas, por el simple expediente de invitarlas a sentarse en él.) COSAS ABSURDAS QUE SE HACEN CON LIBROS Otros usos, de puro absurdos, no merecen casi comentario: COSAS ABSURDAS QUE SE HACEN CON LIBROS ¿Tan complicado es hacerse con un tiesto normal?De todos los casos que ebookfriendly.com cita como ejemplos a no seguir, sólo he visto uno que, en mi modesta opinión, no sólo no cuenta como "uso inadecuado", sino que me gusta bastante: COSAS ABSURDAS QUE SE HACEN CON LIBROS  Y es que aquí los libros no se emplean por su práctica forma rectangular (que los asemeja a ladrillos) ni por el atractivo color de sus lomos, sino que recuperan en parte su función: las páginas abiertas invitan a leer, aunque sea fragmentariamente, el contenido. Desde luego, se corre el riesgo de pasarse la noche de rodillas o de pie sobre la cama, en vez de cómodamente echado, devorando lecturas. Pero hay una cierta sensación de confort en la idea de dormirse rodeado de libros abiertos. 

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