Sin duda los niños son los que más manías tienen a la hora de comer: si hay un alimento odiado, es misión imposible para los padres convencerles a que los prueben. Sin embargo, presionarles para comerlo no suele ser una buena solución. Esto bien lo sabe la graduada de la Royal College of Art, Florencia Sepúlveda, que ha lanzado un interesante proyecto basado en la experiencia directa de los niños con los alimentos.
En torno a un personaje ficticio llamado Nico, esta diseñadora ha creado una serie de utensilios y recetas que "les anima a acercarse a la comida con una actitud lúdica, curiosa e inquisitiva". La idea es que los más peques mantengan contacto con diferentes ingredientes y sean ellos mismos los que decidan probarlos y experimentar.
Con un diseño colorido y suave, los utensilios van desde agitadores para mezclar los ingredientes y trituradores de hojas, hasta recipientes y moldes de diferentes formas. Además, creó otras herramientas "de laboratorio" dedicadas a ejercitar los sentidos de los niños en el mundo de la comida como un embudo para adivinar los alimentos por su aroma o un estetoscopio para escuchar los sonidos de la digestión, etc.
Se trata de un método creativo que, mediante el diseño, incentiva y educa a las nuevas generaciones a ver al mundo alimenticio de una manera diferente desde los primeros años. Es por esto que Sepúlveda se encuentra preparando más recetas y contenido para incorporar en guarderías y escuelas.
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