Revista Cultura y Ocio

Crímenes

Publicado el 19 marzo 2010 por Hache

Ahora que acabo de conseguir uno de los libros que me faltaba de esta autora que nació en Cáceres en 1957, no dejo de repasar alguno de los libros suyos que poseo y guardo como oro en paño, y de empaparme de otros que me dejan amigos cuya biblioteca particular es casi como la nacional.
Dejo aquí dos poemas de uno de esos libros que deberían estar en cualquier biblioteca que se preciara de ser buena.
LOS SOLITARIOS
Sabemos de los corazones solitarios porque tienen la misma conducta de los asesinos.
Son corazones salvajes que no obedecen leyes. Tienen el pérfido don de la mirada y nos contemplan a través de su silencio.
Hay más revelación en sus manos que en su lengua.
Por su actitud inmóvil conocemos la desesperación, la soledad y el sobrecogimiento.
Han nacido callados y vigilantes como rocas, acurrucados en la existencia para reconocernos.
Suelen ser hermosos como la oscuridad y pálidos y dulces como los secretos de las niñas.
Es inútil penetrar en su reino: somos espectadores, nada más, de sus actos veloces.
Ellos poseen el corazón y la conciencia, al acecho, para caer sobre nosotros con un gesto en el aire.
TODOS NOSOTROS
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXTodos nosotros que debutamos
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXen la vida con una tara irremediable,
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXque deseábamos tanto y habíamos
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXobtenido tan poco, que con tan
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXbuenas intenciones, tan mal
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXacabamos...Todos nosotros.

XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXJim Thompson
Todos nosotros.
Los que nacimos rechazando la política y las leyes.
Los orgullosos.
Los que sabíamos que extraían de nuestra percepción la libertad.
Todos nosotros.
Que crecimos en pueblos y en ciudades aún azules.
Que fuimos incalculables niños instintivos y lunáticos.
Todos nosotros.
Viajeros.
Los que atravesamos la oscuridad del sexo y la habitamos.
Los buscadores de belleza.
Los que probamos las exóticas sustancias y vivimos en el cine y en la noche.
Todos nosotros.
Generación, tribu, conjunto de perdedores que imaginamos que la ruina era el más alto honor.
Todos nosotros.
Los desterrados ahora de aquel grupo.
Los olvidados, los oscuros, los ausentes.
Los abandonados y los destruidos.
Todos nosotros.
Los que ya no soñamos. Los que somos compradores de todo.
Los arrasados por el dinero y por las guerras.
Los que ahora somos Ximpenetrables asesinos blancos.
Los que contemplamos la luna desde el cielo.
Correyero, Isla. 1993. Crímenes. Madrid, Ediciones Libertarias.

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