Revista Cine

Crítica de cine: Intruders

Publicado el 08 octubre 2011 por Lapalomitamecanica

El monstruo en el armario de Fresnadillo
Crítica de cine: Intruders

Nota: 4,5
Lo mejor: el juego visual de Fresnadillo con las sombras y el fuego.
Lo peor: que el guión se hace la picha un lío él solito.
Coges la idea inicial de El Laberinto del Fauno, la aliñas con algo de Los Ojos de Julia y un poco -muy poco- de El Bosque, pasas el guión por la batidora y ya tienes Intruders, que supone la tercera película de Juan Carlos Fresnadillo en una de las carreras más ascendentes de nuestro panorama cinéfilo. Pero ay, que en esta ocasión parece que se trata de un paso atrás en toda regla, ya que Intruders navega entre decenas de referencias sin encontrar una identidad propia y termina por desdibujar la visión del director de Intacto hasta hacerla casi inapreciable. Y lo peor es que se notan precisamente las ganas de desmarcarse con una historia algo más potente de lo habitual, pero que se va por el desagüe cuando intentas buscarle algo de sentido. 

Intruders nos presenta a dos niños separados por cientos de kilómetros pero que viven experiencias similares. Ambos tienen cierta afición por la escritura de relatos de terror además de la extraña obsesión de que un monstruo con un look entre los dementores de Harry Potter y las "criaturas" de El Bosque se cuela en sus habitaciones por las noches. Clive Owen (igual de soso que en su visita al Hormiguero) da vida al padre de uno de ellos, Mia (apelliadada Farrow, como la protagonista de La Semilla del Diablo), mientras que una esforzada Pilar López de Ayala hace lo propio con el otro, Juan. Ambos progenitores se empiezan a preocupar cuando el asunto coge matices peligrosos, y empiezan a dudar sobre si la imaginación de sus retoños puede que no sea tan fértil al fin y al cabo.

Crítica de cine: Intruders

Desde el principio, la cinta juega con todas las posibilidades del relato descartando que se trate de un psicópata aficionado a las capuchas dada la distancia a la que se encuentran ambas familias. También nos quitamos rápido la perspectiva de una posesión demoníaca con las fugaces apariciones de Daniel Bruhl y Héctor Alterio dando vida a dos sacerdotes que apelan a un problema psiquiátrico. Pero es que los dos niños se refieren al intruso como Carahueca, un ser deforme que busca su propia identidad robándole la cara a los niños, y resultaría una coincidencia demasiado inverosimil que a los dos chavales se les ocurriera el mismo nombre para bautizar a sus terrores. Con lo que algo hay, y descubrir el qué es el principal aliciente de un desarrollo en el que los sustos están ausentes, pero que si mantiene la tensión lo justo y necesario.

Como decimos, el suspense del relato está bien medido y realmente el espectador llega a picarse con tantas incongruencias hasta la revelación final. Pero por desgracia, esa última respuesta, lejos de esclarecer los hechos a los que llevas asistiendo dos horas, los complica aún más. Sin destripar los dos giros finales, diremos que la culpa del fracaso es del propio Fresnadillo, más centrado en planificar al milímetro las apariciones del monstruo (genial la carrera final) o incluso las referencias al mismo (la escena "fallera") mientras deja de lado las verdaderas necesidades de la historia, que hubiera ganado mucho más con un acercamiento  más profundo a las relaciones paternofiliales y a las crisis de identidad que al "terror con monstruo y niño" de toda la vida. 

Crítica de cine: Intruders

Estamos pues ante la despersonalización de la carrera de uno de nuestros realizadores más prometedores, que aunque aún está lejos de adquirir el estatus de mercenario de su coetáneo Jaume Collet-Serra (La Casa de Cera, La huérfana o Sin Identidad), nos ha demostrado que es muy complicado escalar puestos en la industria a nivel internacional sin realizar concesiones al género que aseguren los esperados buenos resultados de taquilla. Menos mal que Intruders solo ha costado 13 millones de dólares, una cantidad que esperemos recupere con los ojos cerrados permitiendo a Fresnadillo olvidarse de este monstruo en su armario y ponerse rápido con los remakes de El Cuervo y Los Inmortales.


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