Revista Cine

Crítica de cine: 'La Gran Revancha'

Publicado el 16 enero 2014 por Lapalomitamecanica
Jurassic Match
Crítica de cine: 'La Gran Revancha'
Nota: 4
Lo mejor: el cameo de Tyson-Holyfield y las referencias a la saga Rocky.
Lo peor: que Kim Basinger no le ha dado ningún consejo sobre cirugía estética a Stallone.
La última entrega de Rocky, estrenada con dignidad en 2006, adolecía principalmente de la falta de épica que pedía a gritos la despedida cinematográfica del boxeador más famoso del celuloide. Aunque claro, tras partirle la cara tanto al acojonante Ivan Drago como al mismísimo Mr. T, sólo resucitando al mítico Apollo Creed podría haberse alcanzado ese sabor nostálgico y referencial que la cinta prefirió conceder a la viudedad del protagonista. Como si su misión fuera enmendar dicha tibieza, La Gran Revancha (Grudge Match) se va a por el más difícil todavía y rescata figuradamente no ya al púgil más celebre de la historia del cine, sino al más prestigioso, "Toro Salvaje", como principal rival a batir por el primero. El problema es que en vez de colocarse la protección dental y el calzón, esta pareja protagonista está más cerca de retirarse la dentadura postiza y afianzase el pañal, anulando cualquier épica del relato y transformando a La Gran Revancha en una metáfora involuntaria del maltrecho estado en el que se encuentran sus carreras.
El personaje del doblemente ganador del Oscar en La Gran Revancha es el que mejor representa la idea de la que os hablaba en el primer párrafo. Su ex campeón, ya retirado del deporte y de cualquier tipo de esfuerzo en general, se dedica a alternar por el pub de su propiedad, paseándose de vez en cuando por el concesionario de coches de segunda mano que también regenta, mientras refunfuña cual Scrooge al recordar el gran combate del que le privaron hace 30 años. El culpable de todo ese rencor tiene el rostro y el labio torcido del personaje de Stallone, que tras conseguir vencer al primero después de sufrir una derrota a sus manos, decidió retirarse tempranamente del deporte para privar a su rival de la ansiada revancha y dejar un marcador en tablas para la historia. Pero como si la pareja de veteranos no tuviera pudor alguno en trasladar su incombustibilidad cinematográfica a sus personajes, ambos púgiles apenas dudan en aceptar una tentadora oferta revival para verse las caras por última vez y zanjar el asunto.
Crítica de cine: 'La Gran Revancha'
Aunque uno de los mayores problemas de La Gran Revancha salta a la vista, enfocado en una premisa que sitúa a dos hombres a las puertas de los 70 sobre un ring de boxeo, su verdadera cruz parte de un fallo criminal en su tono, que apela sin cortarse ni media a los clásicos pugilísticos en la filmografía de ambos actores (utilizando incluso imágenes de Rocky y Toro Salvaje), pero fabrica su ritmo con una audiencia juvenil como principal objetivo. Así, la comedia negra queda reducida a un par de buenos chistes sobre el mítico Balboa, desplazando el peso de los gags hacia el histrionismo y la escatología, encarnados respectivamente por un indigno Alan Arkin y por el afroamericano Kevin Hart (Un Funeral de Muerte, Let Go), este último con una sobredosis encima de películas de Chris Tucker que le convierte en el personaje más insoportable y pedorro que este analista se ha echado a la cara en mucho tiempo.
Dejando a un lado la vergüenza ajena que trasmite el protagonista de El Padrino II en cada una de sus escenas, en contraste además con lo cómodo que se encuentra un Stallone en mucha mejor forma y más habituado al tipo de personaje, la dignidad la tiene que aportar una recuperada Kim Basinger (¡de 60 años!), que encarna a la inocente Adrian de este Rocky de las rebajas, así como a la madre del entrenador al que da vida un cada día más completo Jon Bernthal (The Walking Dead, Mob City), a pesar de que parezca la hija y novia respectivamente de los anteriores. Su personaje es plano, artrítico y meramente funcional, pero no disfrutábamos de la rubia en las pantallas de nuestro país desde su papelito en la igualmente poco exigente Siempre a Mi Lado, en 2010, y cualquier excusa es buena para ser testigos de su talento y pacto con el diablo.
Crítica de cine: 'La Gran Revancha'
Sólo hace falta un asalto para que no nos quepa ninguna duda sobre quién es el auténtico ganador de este combate, por encima del "Potro Italiano" y el "Toro Salvaje": el sentido del ridículo. Porque estamos ante una comedia tan poco brillante como las que suele dirigir habitualmente el realizador Peter Seagal (Ejecutivo Agresivo, El Clan de los Rompehuesos), que sólo podría tener su gracia en un trabajado contraste con dos legados sin mácula. Por desgracia, sus protagonistas son el DeNiro y Stallone de 2014, a los que ya les cuesta horrores transmitir confianza incluso con la camiseta puesta, no digamos soportando sobre sus carnes chistes sobre carreras caídas en desgracia, amor al dinero fácil y pectorales flácidos.

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