Crítica de cine: 'Los Amos del Barrio'

Men In Black, división borderlimit

Nota: 2,5
Lo mejor: Jonah Hill... por decir algo.
Lo peor: Ben Stiller en su enésima encarnación del americano medio panoli.
Si empiezo a hablaros de un proyecto a caballo entre la comedia de colegas y la ciencia ficción, donde un grupo de humoristas forman un equipo totalmente irrisorio para hacer frente a una amenaza sobrenatural que expulsa moco verde, seguramente Los Cazafantasmas no tardarán en aparecer en vuestra mente. Si ese peligro adopta unas facciones alienígenas con la sombra de una invasión planetaria, entonces serán Los Hombres de Negro los que asalten vuestro subconsciente. Pero si son Ben Stiller y Vince Vaughn en su enésima encarnación de lo que Hollywood se empeña en vendernos como el americano medio -es decir, muy por debajo del promedio- los cabecillas de esta peculiar organización, todo el interés que podía tener la propuesta se cae por los suelos. Porque Los Amos del Barrio pedía oscuridad, pedía humor negro por todos lados y un alejamiento intencionado de los topicos, necesario para darles la vuelta, y así solo logra convertirse en un amasijo de referencias que también pasan por Super 8 o Attack The Block para terminar desembocando en uno de esos ejercicios que deambulan sin rumbo entre géneros sin saber bien cómo arañar una sonrisa.
Aquí no existen los flasheadores de memoria o un fantasma juguetón al que echarle la culpa. He visto Los Amos del Barrio entera y tendré que vivir con ello de por vida, con el resentimiento hacia ese actor, Stiller, que en un momento de su carrera supo orientar al personaje que interpreta siempre, el del tipo bienintencionado y un poco calzonazos, hacia derroteros mas extremos e ingeniosos. Ahí es donde realmente el protagonista de Zoolander saca lo mejor que lleva dentro y no cuando se empeña en interpretar al hombre de moral blanca y eterno rostro de castrati en el que parece haberse encasillado definitivamente, como si quince años después de haber tonificado la melena de Cameron Diaz aún se debiera al personaje que le abrió las puertas a la primera liga de la comedia. Repito, quince años después. Más de lo mismo para Vaughn pero cambiando el estereotipo, mucho más limitado si cabe, por el del bonachón verborréico con el que te tomarías dos cañas viendo un partido de hockey (porque el tipo siempre va vestido con camisas de hockey, ¿no?). Dos puntales desaprovechados de entrada. Y esto sólo acaba de empezar.

Argumentalmente, la cinta intenta ser un Attack the Block yanki, donde los suburbios ingleses han sido sustituidos por la idílica calle residencial americana y los chavales protagonistas son ahora un grupo heterogéneo y multigeneracional reflejo de la América misma, sólo que sin sobrepeso. Al más puro estilo Super 8, un alienígena empieza a hacer de las suyas en el barrio y nuestra pareja de héroes, secundados por dos jóvenes inadaptados (Jonah Hill y Richard Ayoade), deciden formar un equipo de patrulla vecinal para dar caza a la amenaza. Pero el personaje de Vaughn prefiere pasar la noche tomando unas birras con sus nuevos colegas, a lo que el rol de Stiller se opone. ¿Pero la cosa no iba de una amenaza interplanetaria?
El guión, obra de Jared Stern, Seth Rogen y Evan Goldberg, utiliza el inevitable conflicto entre los protagonistas como mero recurso para hacer avanzar la historia en vez de profundizar en las paranoias de los integrantes del grupo, en su miedo a que el vecino pueda ser un alien encubierto y, en general, a esa sensacion general de suspicacia y falsas apariencias que podria haber sido uno de esos puntales de humor negro de los que os hablaba al comienzo. Donde quizás se pueda rascar algo es en la vertiente exagerada de los protagonistas como superequipo contra el crímen, a pesar de que no dejan de ser tipos corrientes enfrentados con un entusiasmo desproporcionado a una tarea que les queda grande. El personaje de Jonah Hill, que curiosamente explotó ese recurso en la efectiva Infiltrados en Clase (el propio Ben Stiller lo hizo en Tropic Thunder), es el único que sabe encontrar el punto en solitario y provocar algunas carcajadas con su semblante sociópata y sus salidas de tono. También habrá quien encuentre en el peculiar estilo del cómico inglés Richard Ayoade (de la serie The It Crowd y director de Submarine) algo a lo que agarrarse en el filme, aunque mucho me temo que se trata del más perjudicado por el poco interés que parece tenerle el guión -intencionadamente- a su personaje. 

Por decir algo positivo, Los Amos del Barrio no es tan cutre visualmente como a nivel argumental Tampoco cuenta con un despliegue de efectos especiales merecedor de quedar grabado en la retina. No es imaginativa ni podersa, pero no pega al ojo. Además, se agradece la presencia de todo un especialista en movimiento corporal como es Doug Jones (El Laberinto del Fauno, Hellboy) encarnando al extraterrestre principal. Vamos, que la película contaba con medios al servicio de una unión de cómicos condenada al éxito y a pesar de ello sólo provoca sonrisas en un par de momentos puntuales (o ni eso si no has visto Encuentros en la Tercera Fase).Ni para entretener a la chavalería, oiga.