Revista Cine

Crítica de cine: Origen (Inception)

Publicado el 09 agosto 2010 por Lapalomitamecanica
  
La fase profunda del sueño.
Crítica de cine: Origen (Inception)
Nota: 8,5
Ficha: Imdb.

Lo mejor: la constante sensación de estar ante algo inmenso.

Lo peor: alguna trampa de guión demasiado pedante (como la escena inicial o la de los espejos)
Como las ideas de las que habla DiCaprio en la película, toda Inception se implanta en la cabeza del espectador irreparablemente. Ya sea para encontrar un significado global que ayude a entender la cantidad de información que hay en ella o simplemente para recordar con admiración el impecable trabajo de todos y cada uno de los implicados. Porque nadie puede negar que Christopher Nolan ha contado la historia que ha querido y como le ha dado la gana. Y su intención no era dar una clase de filosofía de primero de ESO.
Origen ha caído entre la prensa especializada como una bomba de relojería. Muchas de las críticas se centran en compararla con otra cinta que se sirve de la acción para contarnos un relato fantasioso sobre diferentes realidades como es Matrix. Pero las similitudes no van más allá de esa escueta sinopsis y el juego con la velocidad de la cámara. En realidad la cinta de los Wachowski si arrojó una premisa nunca antes vista en el mundo del cine. Inception no. Pero lo que ha logrado Nolan es hacer evolucionar esa idea dotándole de unas capas no alcanzadas en toda la trilogía protagonizada por Neo.
Crítica de cine: Origen (Inception)
Pero tanta profundidad al servicio de una idea más o menos simple (la cinta al fin y al cabo va de gente que se introduce en los sueños) es a su vez un arma de doble filo. Por un lado ayuda a disfrazar lo escasamente novedoso de la propuesta inicial -Freddy Kruegger lleva casi 30 años haciéndolo- ampliando el universo que nos presenta Nolan. Pero por contra puede suponer un esfuerzo demasiado exigente para el espectador menos acostumbrado a pensar en la sala de cine.  
El guión en ningún momento da tregua y se va desarrollando a un ritmo vertiginoso sin preguntarse en qué punto se a podido quedar la audiencia. Como ya sucedía en Memento es necesario ver la película más de una vez para que no te quepan dudas sobre una historia que intenta despistar hasta el final. Y no me entendáis mal. Uno de los mayores logros a los que puede aspirar una obra de arte es a permanecer en la cabeza de aquellos que la han visto. Pero si en la cinta protagonizada por Guy Pearce el segundo visionado era obligatorio por la propia esencia de la película, con Inception es un efecto colateral de una falta de empatía con la audiencia. Y es por eso que Origen no es una obra maestra contundente.
Crítica de cine: Origen (Inception)
Eso no quiere decir que ni todo el reparto esté espléndido o que su factura técnica no sea deslumbrante. DiCaprio es el absoluto protagonista en un elenco lleno de "personajes recurso" que funcionan a la perfección, y se confirma como el intéprete con mejor olfato de la historia. De todas formas -y aunque no sea completamente culpa del actor- su personaje recuerda al de la reciente Shutter Island. Otro hombre de acción marcado por un trauma relacionado con su esposa e hijos que se embarca en una misión muy concreta para pasarse todo el metraje alternando la cara de velocidad con la de pensar.
Los que más sorprenden es un Cillian Murphy que día a día demuestra que es un completo todo-terreno y Joseph Gordon Lewitt, para el que esta Origen ha sido el salto definitivo a las ligas mayores que estaba planeado. Quizás esa función de engranaje de los personajes sólo rechine un poco con el de la encantadora Ellen Page, ya que su presencia es simplemente la de termómetro del de DiCaprio. Pero esa falta de complejidad en los roles no es un problema cuando tienes una historia tan grande que sería capaz de sepultar hasta al mismísimo Lawrence de Arabia. 
Crítica de cine: Origen (Inception)
Además los efectos especiales están utilizados al servicio de propuestas originales que encajan perfectamente en el conjunto. Las tan sobadas ralentizaciones de cámara encuentran aquí su excusa más brillante al servicio del ángulo más espectacular y natural para el argumento. Por si fuera poco Hans Zimmer nos regala la mejor partitura de su carrera.  Todo parece perfecto. Todo menos esa sensación de que la película te ha sobrepasado.
Nos encontramos ante uno de esos momentos en los que el cine traspasa la pantalla para convertirse en un fenómeno cultural. Lo que Perdidos intentó durante 6 años sin lograrlo Nolan lo ha conseguido en 2 horas y cuarto. Tras atravesar el laberinto que nos propone el director de El Caballero Oscuro -a la que Inception no supera- nadie saldrá vacío de la sala de cine.

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