Revista Cine

Crítica de Cine: Sólo una Noche

Publicado el 30 junio 2011 por Lapalomitamecanica
Cuando el aburrimiento se hizo película
Crítica de Cine: Sólo una Noche
Nota: 3

Lo Mejor: Keira Knightley. Lo Peor: Es más aburrida que una Happy Hour en el Congreso de los Diputados.
Un nombre más que añadir en mi lista de seres y objetos prescindibles del mundo después de Intereconomía, los bichos y Jorge Javier Vázquez. Muerta del asco he acabado tras tragarme el debut de la iraní Massy Tadjedin. La misma que un día tuvo una revelación divina y escribió el estupendo guión de The Jacket, no ha sido visitada por la misma virgen esta vez y en lugar de una bendición lo que le ha caído del cielo es un truñaco maldito expulsado por los mismos traseros que le otorgaron el talento a Uwe Boll. Sólo una Noche resulta más lenta que una Vespa con John Goodman montado. De hecho, yo diría que es la 'nada' encarnada en una película. Y, sin embargo, bajo toda esta basura aburrida, he podido vislumbrar en esta directora cierta valía gracias a una técnica de rodaje algo decente y la elección de una banda sonora clásica que me recuerda al Claro de Luna de Beethoven, lo que me ha llegado un poquito. Lástima que el resto sea pura bazofia y no me dé la piedad para perdonarle tras haberme hecho pasar una tortuosa velada. 
Ya de primeras, no soy muy fan del género, pero me habían comentado que se trataba de una comedia romántica –ésta se la guardo al culpable- y, aunque tampoco son de mi gusto, puedo soportar aún algunas gilipolleces bobaliconas. Para mi desgracia, con lo que me he topado en Sólo una Noche, es con un dramón romántico, pero no de los de llorar y caérsete el moquillo tipo lamento por la muerte de Mufasa, sino de los que terminan de hundirte tras una nefasta jornada laboral y disminuyen tus constantes vitales a un estado vegetal. La cinta no cuenta gran cosa. Se centra en un matrimonio formado por un ejecutivo de cierto éxito profesional (Sam Worthington) y una escritora fracasada (Keira Knightley) que comienza a sospechar que su marido y una compañera de trabajo (Eva Mendes) de él coquetean. Casualmente, cuando él se larga por viaje de negocios, al que también acude “la otra”, su esposa se encuentra con un antiguo amante (Guillaume Canet) –follamigo, diríamos en casa-. Ambos polos de la pareja comienzan a replantearse su relación cuando se ven tentados por sus respectivos rolletes.
 Crítica de Cine: Sólo una Noche
El film trata de ser un análisis reflexivo y profundo sobre la relación matrimonial y el amor. Tadjedin se cuestiona temas tan mundanos como la infidelidad, la moralidad, la hegemonía o sumisión de los sentimientos sobre el sexo, el poder de la atracción, la caducidad del amor, el toma pan y moja y aquí no ha pasado nada, y el resto de pajas mentales a los que todos nos tendremos que enfrentar -si no lo hemos hecho ya- alguna vez. Sin embargo, la directora se queda nadando en la superficie y sus reflexiones tienen de profundas lo que Adrien Brody de chato. Mucho diálogo con pretensiones para lograr lo contrario, no contar absolutamente nada. 
Por si ver una historia menos entretenida que una barbacoa con el presentador de Saber y Ganar no fuera suficiente tortura, para más inri, la tuve que ver dos veces. La primera me dormí, lo peor del caso es que me desperté al final y no me había perdido nada, seguía en el mismo punto. Si acaso hay alguna motivación que pueda mantener cierto interés –aparte de tener que escribir esta crítica-, es si finalmente va a haber cuernos o no. Vamos, que para eso ya tengo las escenitas de los sábados en la disco y Mujeres y Hombres y Viceversa.
Crítica de Cine: Sólo una Noche
Desde luego, no es la sexual la tensión que más se respira, de hecho, el pusilánime Sam Worthington y Eva Mendes tienen menos feeling que Magneto y una cubertería de plata. La única que destaca en todo este tinglado es la guapísima Keira Knighley, que realiza un trabajo notable, aunque es fácil brillar en medio de un reparto que parece peña muerta sacada de La Casa de Cera. Tampoco Guillaume Canet lo hace mal, pero su papel de secundario no da para mucho. Lo cierto es que los cuatro acaban convirtiéndose en productos con efecto lubricante en el público y oye, visto el muermazo que se gasta Tadjedin, yo no desprecio algo de babeo sexual.
Realmente, me fastidia todo esto, porque la película está hasta bien rodada, con unos planos que al comienzo se entremezclan unos con otros entre el antes y el después y una música clásica de piano que crea cierto ambiente melodramático, pero ya está, una pena que el argumento dé auténtico asco y el potencial de la realizadora caiga más en picado que el índice de simpatía hacia Aída Nízar tras Supervivientes.
Cuasi-parafraseando a un buen amigo del que podría haber aprendido a introducir aunque sea algo de humor Tadjedin, prefiero que me incineren a que me sepulten y ambas cosas a volver a ver esta película. Sólo una Noche -en la que ni un jodido Orfidal te duerma- es una cinta que es preferible evitar. En serio, seréis un poco más felices y os ahorraréis una posible ruptura sentimental por evadir cacaos mentales. Por cierto, no apta para recién casados o quienes tengan planes de boda, puede provocar el típico caso del "voy a por tabaco" y nunca regresó.

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