Crítica de El destino de Júpiter

Los hermanos Wachowski, Andy y Lana, vuelven a la carga con una película de ciencia ficción, llena de acción, de disparos, persecuciones y efectos especiales. Estoy hablando de El destino de Júpiter (Jupiter ascending), protagonizada por Mila Kunis y Chaning Tatum.

La premisa, el planteamiento es interesante. Júpiter (Mila Kunis) es una inmigrante rusa que ha nacido con la misma composición genética que una antigua Reina del universo ya fallecida, pero sus hijos actuales herederos, harán lo posible para usar esto en su beneficio, ya sea engañándola, aprovechándose de ella o intentando matarla antes de que descubra quien es y pueda reclamar su imperio.
  Sabemos que a los Wachowski no se les dan mal los efectos visuales en sus películas y es esta no va a ser menos, y en ese aspecto no les podemos poner muchas pegas. Ahora bien, es casi lo único en lo que no le vamos a poder poner pegas.

 Me permitiréis que suelte algunos pequeños spoilers pero os aviso que no os van a destripar nada, ya que no creo que haya nada que destripar. En la película no hay sorpresas ni giros de guión ni nada innovador. Pero si no queréis enteraros de spoiler alguno, no sigáis leyendo, y sabed que la película es bastante malilla en todos sus aspectos.


Mila Kunis admito que es bellísima y es un reclamo más que evidente. Chaning Tatum también se está poniendo de moda y todo apuntaba a que la pareja podría hacer buena conexión e la gran pantalla, pero la química entre ambos es nula. Chaning Tatum está ridículo con las pintas que me lleva, ya que los hermanos directores a mi parecer no han sabido acertar en la estética de algunas razas y atuendos alienígenas de esta película. Mila Kunis está inexpresiva en todo momento y no te la llegas a creer ni como damisela en apuros ni como heroína espacial. Ninguno de  los dos convence.


Me resulta original unas botas antigravitatorias que le permiten andar por el aire y surfear vacilando un poco, al igual que me gusta el escudo de fuerza que puede sacar y guardar, pero de ahí que rivalice en una persecución con otras naves en una persecución y que el escudo contenga los disparos de estas pues resulta chocante.

En cuanto al guión, como he dicho se inicia con un buen planteamiento pero es flojo, muy flojo. se limita a Chaning Tatum rescatando una y otra vez a Mila Kunis de las garras de alguien. Unos alienígenas la quieren matar, su héroe la rescata. de ahí cae en manos de alguien que la pretende convencer de que se posicione de su lado, Tatum la rescata. Otra persona consigue hacerse con ella y también la quiere usar en su beneficio, Tatum la rescata en el último momento con alguna heroicidad. Finalmente cae en manos del malo más maloso de todos y... ¿os imagináis que pasará?

Ya que hablamos del malo más maloso, está interpretado por Eddie Redmaine, el ganador del Oscar al mejor actor en este 2015 por si increíble interpretación en La teoría del todo. Pues bien tras el estupendo trabajo realizado en esa película se ve que no le quedaron fuerzas para hacer esta, o más bien el papel que le dieron es malísimo. Pretende ser sofisticado y maquiavélico pero realmente es patético en todo momento. Con cara de asco no consigue dar pie con bola y te preguntas que es lo que realmente ha hecho este príncipe para ser tan aterrados de cara a los demás.

Ahora bien, el que para mi  fue el peor momento de la película es el trozo en el que la protagonista tiene que demostrar ser la reencarnación de la Reina galáctica, y tiene que hacerlo con la ayuda de un droide que la guia a través de todos los absurdos pasos administrativos que parecen sacados de una de las 12 pruebas de Asterix y Obelix. Este trozo no encaja para nada con el resto de la película, parece un añadido, como si alguien les hubiese dicho a los directores "no hay huevos de meter eso en la peli" y estos "¿que no? ya verás, ya verás".

En fin. Película mala donde lo único que destaca es su aspecto visual y su colorido, nada más.
Sin más me despido hasta la próxima.
Gaspar Torrens.
  "Sigues usando esa palabra. Y no creo que signifique lo que tú crees que significa".
Mandy Patinkin (La princesa prometida)