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Crítica de Matar al mensajero, un film de Michael Cuesta

Publicado el 08 noviembre 2014 por Bebina @Games4u_es
Kill the messenger

Con la inminente llegada del invierno y la proximidad de los Oscars las salas de cine dejan atrás los blockbusters veraniegos y el “cine palomitero” para dar cobijo a un cine algo más comprometido, más intimista y reflexivo. Eso explica porque dos de los Vengadores de Marvel han decidido dejar a un lado sus conocidos papeles como super héroes para protagonizar films algo menos heroicos y de paso demostrarnos que bajo la armadura y la máscara hay grandes actores; hace pocas semanas lo hizo Robert Downey Jr con El Juez, y ahora le toca a Jeremy Renner con Matar al mensajero, película en la que además de protagonista es productor.

El film cuenta la historia real del periodista norteamericano ganador de dos premios Pulitzer, Gary Webb, al que da vida Renner, en la época en la que trabajaba para el San José Mercury News, periódico en el que dio a luz la serie de reportajes “Dark Alliance” en los que denunciaba que la CIA había actuado en la sombra haciendo negocios con los más poderosos narcotraficantes de Nicaragua, permitiendo que entrasen ingentes cantidades de cocaína en los Estados Unidos. Sin embargo, el revelador artículo pronto levanta ampollas y se vuelve en contra del propio Webb, que tan solo buscaba sacar a la luz la verdad, y le acaba convirtiendo a él mismo en el objetivo de la opinión pública, la prensa y los propios poderes del estado a lo que ha dejado peligrosamente en evidencia. Así, el mismo acabará convirtiéndose en noticia; su propia vida, sus errores pasados, su forma de trabajar…serán observados con lupa, llevándole al límite, todo ello para que el foco de atención se aleje de la oscura operación del gobierno que ha destapado.

Michael Cuesta (más conocido por la serie Homeland) teje la red de la trama de forma que cada descubrimiento del complot que hace Gary nosotros lo experimentamos con él, los dos primeros tercios del film son un magistral ejercicio de tensión creciente, puro thriller orquestado con inteligencia, que recuerda por momentos a esa joya de los años 70 llamada Todos los hombres del presidente, curiosamente, otro film que se centra en la labor de los periodistas norteamericanos destapando los escándalos del gobierno. Sin embargo, el director no pretende darnos su visión personal en el desenlace de la historia, sino que busca acercarse lo más posible a la historia real, por lo que toda la tensión y el pulso cada vez más acelerado del film se ven obligados a detenerse en seco en una escena final que trata de resumirnos en pocos minutos la progresiva decadencia y frustración que llevaron a Webb a la muerte, aparentemente quitándose la vida, algo que la propia película pone en duda.

Matar al mensajero Crítica de Matar al mensajero, un film de Michael Cuesta

Sin embargo, pese a que la escena final pueda pecar de ser algo forzada, consigue arropar a nuestro hundido pero noble héroe con un aura de dignidad, a Michael Cuesta no le interesa lo que podamos pensar del protagonista de la historia, su único objetivo es que experimentemos sus sensaciones y ahí es donde entra en juego el imponente elenco de actores que sacan brillo a cada minuto que tienen en pantalla. La intensidad de Jeremy Renner es la que lleva el ritmo de la película sin que decaiga, sentimos cada decepción, cada revés, cada calumnia que él sufre, pero no está solo, porque se ha rodeado de un buen puñado de sólidas interpretaciones. Andy Garcia y Ray Liotta aportan matices soberbios a la investigación, el primero luce toda la opulencia del narcotraficante nicaragüense que vive como amo y señor en una prisión, el segundo por el contrario muestra los matices discretos y sombríos que le convierten en el “Garganta profunda” de la conspiración. Paz Vega impregna de sensualidad la pantalla y trae de vuelta un antiguo problema de Webb que supuso un punto de inflexión en su vida, y aquí es donde entra en escena Rosemarie DeWitt que otorga tridimensionalidad a la vida familiar del protagonista, donde también destaca Lucas Hedges, que comparte junto a Renner una escena padre-hijo en la que brilla con luz propia, defraudado al descubrir que su padre no es el hombre que él creía.

Matar al mensajero es arriesgada, provocadora y te atrapa en su evocadora mezcla de tensión dramática e inteligente thriller detectivesco. El desenlace deja un sabor agridulce pero dignifica la figura de Gary Webb incluso cuando es abocado a la más profunda decadencia, Jeremy Renner ha producido un film que tiene mucho de su pulso acelerado y su apasionada interpretación. Un ejercicio de inteligencia y calculado y enérgico pulso que debería hacer pensar sobre la forma en que el poder y los medios colaboran en situar el foco de la opinión pública en el punto que más les conviene, y la verdad se queda ciega bajo la venda que los mismos que dicen defender nuestros intereses han tejido para salir impunes. Una digna sucesora espiritual de obras de culto como JFK o Todos los hombres del presidente.


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