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Crítica de TV: 'Doctor Who: El Día del Doctor'

Publicado el 04 diciembre 2013 por Lapalomitamecanica
Un análisis de nuestra colaboradora Clara Luja Azpiri.
El espíritu del DoctorCrítica de TV: 'Doctor Who: El Día del Doctor'Nota: 8

Lo mejor:  el finalLo peor: los zygons, sin duda.Había grandes expectativas para el especial de Doctor Who correspondiente al 50 aniversario. Poco más de una hora en la que había que condensar cinco décadas de historia, rendir tributo al trabajo de incontables actores y guionistas, creando al mismo tiempo una historia nueva y avanzando en la aventura vital del Doctor, que tanto ha cambiado desde su creación, no precisamente sólo de rostro. Pues bien, señores, por imposible que pareciera ante la ausencia de un precedente de este calibre, El Día del Doctor ha sido un triunfo. Un triunfo de crítica, un triunfo de público y sobre todo un triunfo para el doctor y sus seguidores.

Ha sido un triunfo  cuantitativo, desde luego, con setenta y siete millones  de audiencia global y una nada desdeñable recaudación en cines de diez millones (además de un record Guinness y la supremacía total en la redes sociales el sábado por la noche). Pero también ha sido un triunfo argumental, gracias a una historia que mantiene intacto, practicamente inmortal, el espíritu del Doctor, dedicado en cuerpo y alma a salvar gente sin importar el espacio y el tiempo. Es, de hecho, una de sus características distintivas. Allí donde otras series se dedican a matar enemigos de distinto pelaje semana a semana, el Doctor básicamente habla con ellos.
Crítica de TV: 'Doctor Who: El Día del Doctor'
El Día del Doctor empieza con humor, con Matt Smith como la habitual jirafa que es, colgado de la TARDIS y con un millar de referencias al pasado de la serie: la bufanda, la escuela del primer capítulo…. Se nos muestran tres Doctores: el actual, en Londres con Clara; el de la guerra del tiempo (John Hurt), poco después de dicha batalla; y el estupendo Décimo Doctor de David Tennant, en los tiempos de Isabel I. La interacción entre los tres está manejada perfectamente, con Tennant comodísimo en el personaje, como si nunca hubiera dejado la serie, y Smith generando un torrente de bromas, mientras John Hurt brinda algo de la necesaria seriedad y madurez al asunto, pero sin dejar de contribuir a la comedia cuando le toca. Porque Doctor Who es un icono británico y el humor inglés es algo que no podía faltar en este capítulo.Crítica de TV: 'Doctor Who: El Día del Doctor'La historia se desarrolla con rapidez y cuenta con mil y un homenajes al pasado, pero es el final lo que hace que este especial deje tan buen sabor de boca. Porque el Doctor -¡todos los doctores!- se quita la espinita de Gallifrey y la guerra del tiempo al lograr salvar miles de vidas con su TARDIS para, de nuevo, volver a sonreír.  No es uno de ellos, son todos. Es él. Y es genial que sea así después de todas las cosas terribles que han vivido.
Por supuesto, este especial no es perfecto, ni mucho menos. Donde más falla es probablemente en el uso de zygons, cuya apariencia no da tanto miedo ni tiene tanta presencia como muchos otros enemigos del Who (los Ángeles, el Vashta Nerada, la cosa de Medianoche…) y quita un poco de fuerza a la muy seria historia que se está contando con una caracterización más cercana al cosplay que a la de un alienígena de verdad. También es un poco decepcionante que después de publicitar tanto la vuelta de Billie Piper, su personaje, Rose Tyler, no volviese  realmente y les obligara a utilizr una especie de trampa para justificar su presencia. El Lobo malo está bien, pero no es Rose.  De hecho, si hay algo que reprochar a este especial es lo poco importante que parecen los companions, cuando son uno de los ejes de la serie. Por supuesto, tenemos a Clara, que cumple su función de recordar al Doctor que puede hacer el bien, que es bueno y que debe parar antes de matar, no dejándose llevar por la violencia (como hizo Donna Noble en La novia fugitiva), pero sabe a poco. 
Crítica de TV: 'Doctor Who: El Día del Doctor'
En general, El Día del Doctor es un especial muy completo, comenzando por una introducción nostálgica llena de pequeños tributos, sus grandes dosis de 'humor whovian' y su final feliz, por una vez. Con sus más y sus menos, pero de una manera muy entretenida, Moffat cambia gran parte de la historia del Doctor y le trae esperanza, a él, que la ha llevado a tanta gente durante tanto tiempo. Una pena que en menos de un mes se marche Matt Smith y que el cartel promocional del especial de navidad no depare nada animado más allá de la presentación de Peter Capaldi.

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