Revista Cine

Crítica de TV: 'Luther' (temporada 3)

Publicado el 10 septiembre 2013 por Lapalomitamecanica
Decepcionante temporada en el más que posible adiós de Luther de la TV
Crítica de TV: 'Luther' (temporada 3)
Nota : 5,5
Que la televisión británica es un nuevo reguero de imaginación y sorpresas ya no es ninguna noticia. Sin ir más lejos, este año hemos podido disfrutar de dos nuevas apuestas que se han saldado con el favor de crítica y público. Hablamos de Orphan Black - a pesar de un piloto falto de chicha- y, por supuesto, de Utopía, cuya calidad y originalidad nadie pone en duda. No obstante, hoy por hoy son dos series venidas del país del té y Mary Poppins las que mas llaman nuestra atención; la esperada Sherlock, cuya continuidad tememos por culpa de la ocupadísima agenda de su actor protagonista; y la que hoy nos compete, Luther, que llega con el mismo problema y todas las papeletas de no regresar más allá de la anunciada película. Sin duda, es de agradecer la flexibilidad que ofrece la televisión británica a sus estrellas para adaptar el calendario, sin embargo, semejantes pausas deberían recompensarse con el mimo y el cuidado que se espera de un producto que lleva tantos meses en el horno. Es por ello que este año la decepción con Luther ha sido mayúscula.
El primer año de la serie británica corresponde sin duda a su temporada más redonda, compuesta por seis capítulos donde la faceta procedimental se entrelazaba perfectamente con un argumento unificado, respaldado todo por ese potentísimo secundario Alice Morgan. Tras rumores de cancelación dados los numerosos compromisos que el actor Idris Elba iba adquiriendo a medida que su rostro se volvía más conocido entre el público americano, finalmente Luther fue renovada por un segundo año pero cambiando el formato, ahora con dos capítulos de larga duración divididos en otros dos respectivamente con la idea de agilizar el rodaje. El resultado fue una temporada totalmente de transición donde la serie mantuvo sus cotas de calidad sin llegar a la excelencia de su predecesora, pero en este 2013 no hay excusa que valga.
Crítica de TV: 'Luther' (temporada 3) El pasado julio y tras casi dos años de ausencia volvía Luther, volvía el detective de andares cabizbajos, de mirada melancólica que camina renqueante al filo de la ley. Los dos primeros capítulos incluso parecían que iban a mantener la temporada por los mismos senderos de calidad a los que nos tiene acostumbrados. Además de servirnos el psicópata del turno, en esta ocasión y como línea argumental alternativa también nos presentaron al nuevo azote de Luther: un asuntos internos capitaneado por un implacable Detective Stark (David O´Hara). Lamentablemente, este ha sido uno de los puntos más flojos del año al servirse de una premisa atractiva que se ha ido desinflando gradualmente hasta tener un final que no se puede calificar sino de bochornoso.  Y aunque O´Hara intenta meternos de lleno en una batalla de colosos que nos pueda recordar a la vivida entre Vic Mackey y el meticuloso Kavanaugh en The Shield, las constantes inconsistencias y el poco tacto a la hora de relatar el desarrollo de la trama acaban por dilapidar cualquier interés.
Sin embargo, donde realmente Luther ha demostrado siempre lucirse a sido a la hora regalarnos psicópatas de lo más variopintos  -los gemelos del rol del año pasado me parecieron sensacionales-. A ese respecto, la primera tanda de capítulos seguramente se muestren como los más solventes gracias al nuevo reto que supuso el macabro asaltador de viviendas. En esta ocasión, con este nuevo personaje la serie consigue jugar con el clásico miedo del espectador ante el desapacible silencio que en ocasiones encontramos en nuestros hogares y ese miedo a no estar realmente solos (también explotado este año en Hannibal). A lo largo de los dos últimos capítulos, en cambio, los guionistas de la serie británica intentan tirar por la clásica figura del justiciero anónimo, representado en esta ocasión por la figura de un ciudadano común hastiado por la incompetencia de la justicia. Desde luego, el intento fue loable pero el resultado por desagracia totalmente desafortunado, desdibujando al personaje en la última entrega hasta límites dantescos y no consiguiendo crear en el espectador ningún atisbo de reflexión a pesar del potencial de la premisa. Y es no ya solo termina el justiciero paradójicamente convirtiéndose en aquello que juró destruir sino que va más allá, retratándose como un personaje sin lógica y con una conclusión totalmente inverosímil.
Crítica de TV: 'Luther' (temporada 3)Y si ya la muerte de Justin Ripley supuso un giro de tuerca bastante forzado, la repentina aparición de Alice Morgan resulta de lo más aparatosa. La relación Luther-Morgan supuso en la primera temporada uno de los alicientes más poderosos de la serie de la BBC.  Como ya expuse en el análisis de la segunda tanda, su no sobreexplotación fue una gran noticia para dejar descansar al personaje en favor de futuras aventuras y un esperado clímax. Desafortunadamente, este año se han servido del rol como de un recurso facilón en un banal intento de causar sorpresa, acabando por terminar desarraigando el carisma que poseía el personaje femenino hasta la fecha.
El mal uso del que sin duda es el mejor personaje de la serie, con permiso de su protagonista, es el mejor ejemplo de la falta de tono que ha predominado en la tercera temporada de Luther, con más guiños a lo absurdo y rocambolesco de los que esperábamos para la que se presupone como la despedida extraoficial del detective a la espera de la ya anunciada película. Dicho telefilme tendrá una forma de precuela que unirá su final directamente con el capítulo piloto de la serie, con lo que lo único que podrá enmendar su creador Neil Cross será la sensación general que transmita el personaje en su acto de despedida, crucial para decidir definitivamente si seguimos reservándole al grandullón un lugar de honor en nuestro recuerdo o se pierde inevitablemente entre la niebla y las lluviosas calles de Londres. 

Volver a la Portada de Logo Paperblog