Revista Comunicación

Crítica Del 1x04 "Henceforth Known As Property" De The Good Fight: Revenge Can Bite Your Ass

Publicado el 07 marzo 2017 por Dro @Drolope
Crítica 1x04 La semana pasada, The Good Fight nos dejó con algunas preguntas sin resolver que bien podrían dejarnos sin uñas rápidamente. Sin embargo, otros asuntos apremian a nuestras protagonistas y, algunos, tienen nombre de caballero. Si queréis saber lo que ha pasado, no dudéis en seguir leyendo.

Crítica 1x04

Esta conversación es ORO

El caso de esta semana ha sido muy actual y trata un tema que puede ser muy problemático en cuestiones legales – se ha podido comprobar en el episodio –. Laura Salano, una de las clientas veteranas de Roddick, Boseman & Kolstad, vendió sus óvulos a una pareja hace ya casi diez años dado que necesitaba el dinero, pero había una cláusula en el contrato que decía que, después de cinco años sin hacer nada con ellos, volverían a ser de la propiedad de Salano. Después de un cáncer de ovarios, los doce óvulos que quedan son su única esperanza de poder concebir un vástago. Lo que más me sorprende de este caso es la poca delicadeza y sensibilidad con algo que no es tuyo. La clínica de fertilidad tuvo los santos cojones de no decirle a Laura que iba a cerrar y los transfirió a la Politécnica de Chicago para que hiciesen con ellos lo que quisieran. ¡¿Pero esto os parece medio normal?! Será por la profesionalidad de Diane y Lucca, quienes llevan el caso, pero yo me hubiese liado a pegar gritos por todas partes. Estamos hablando de células humanas, pertenecientes a una persona, y se están saltando a esa persona porque les sale de ahí. Lo peor es que nadie se arrepiente, lo tratan como algo normal, como si fuese un pañuelo que no sirve para nada excepto para juguetear con él, cosa que me parece inadmisible. Un detalle que me ha gustado de este caso es que ha sido tratado por mujeres mayoritariamente – Lucca, Diane, Barbara, la abogada contrincante –, aunque el juez haya sido un hombre pero ha mostrado gran sensibilidad hacia el asunto, lo cual es de agradecer. Creo que, cuando un tema te toca tanto, uno se puede implicar mucho más en él y, en esa ocasión, ha aflorado una parte de Diane que no habíamos visto mucho antes. Su conversación con Barbara me parece de lo más interesante. Descubrimos que Diane quería tener hijos pero, realmente, su trabajo se interpuso en el camino y tampoco quería renunciar a él – es la lectura que saco –, y que a veces se pregunta cómo hubiesen sido sus hijos con Kurt – bueno, hablamos de si hubiese conocido a Kurt hace 30 o 25 años, ¿verdad? Que lo conoció hace ocho como mucho –. La posterior llamada de Lockhart a McVeigh me lleva a pensar que tiene dudas sobre si divorciarse o no. Recordemos que esta historia de amor ha sido, a pesar de discreta, fuerte y combatiendo al viento y a la marea. Volviendo a la conversación entre ellas, hay una cosa que me ha descolocado bastante es una de las respuestas de Barbara. Cuando le dice Diane que la diferencia entre los hijos y el trabajo es que los primeros sobreviven a ti, Barbara le responde que eso a veces no es bueno. Esto ha disparado todas mis alarmas. ¿Qué le habrá pasado a Barbara para que suelte eso? Me muero por saberlo. Ay, esta señora cada vez me gusta más. Finalmente, el caso termina con una  feliz resolución y bastante justa para Laura, ya que va a poder tener la posibilidad de convertirse en madre.

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Ugh, este señor

Como ya adelanté al principio, ha habido un nuevo asunto con nombre de caballero, si es que se le puede llamar así. La vuelta a nuestras pantallas y a la vida de Diane de Mike Kresteva (Matthew Perry) ha encendido las alarmas en el bufete. Kresteva es ahora asesor en cuanto a los casos de brutalidad policial, los mismos que Roddick, Boseman & Kolstad intenta pelear hasta el final. Sinceramente, Lockhart ha hecho muy bien de no fiarse de Mike desde el segundo uno porque no ha parado de intentar colarles un gol por la escuadra. Primero con una citación para Maia, Diane, Adrian y Lucca – hola, chico de las citaciones. ¡Has vuelto! – y después con el Gran Jurado intentado poner palabras en boca de Lockhart que jamás había dicho. Es un señor que dejamos allá por la cuarta temporada de The Good Wife y creo que estaba bien dejado porque no puedo con él. Este señor me da un asco tremendo. Durante la campaña para convertirse en gobernador de Illinois utilizó la enfermedad de su hijo y, ahora, para ablandar los corazones de los presentes – véase Diane –, lo quiere volver a hacer con su muerte. ¿Pero qué pasa contigo, hijoputa? Si es que no tienes otro nombre, Kresteva. Es un ser despreciable. No sé cuánto por culo dará este señor pero no nos vamos a deshacer tan fácilmente de él.

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♥-♥

De otro que no vamos a deshacernos fácilmente – y no quiero que pase para nada – es de Colin Morello, el ayudante del fiscal que conocimos en el anterior episodio. Esta vez no hemos visto a Colin en el juzgado, pero sí echando una mano a Lucca cuando se lo ha pedido y siendo supercuqui. Como ya dije, aquí noto una tensión no resuelta que va a dar para largo. Poco a poco, estos dos van a ir rozando más piel y es posible que haya unicornios vomitando arcoíris a su alrededor porque va a ser muy bonito todo. Me gusta la química que tienen y este tira y afloja tan de amigos pero, al mismo tiempo, de “aquí va a pasar algo y lo sabemos”. Por ahora tiene una cita para tomarse unos batidos – la anécdota de Morello ha sido too much –. Según la fecha, 14 de marzo, me da a mí que, si vemos la cita – sí, por favor –, será en el próximo capítulo.

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Ay, mi niña

Por último, Maia no lo ha pasado muy bien en este episodio. Primero de todo, esperaba que volviésemos a verla en el juzgado, pero parece que eso tendrá que esperar. Entiendo que su trama personal sea lo que arranque el spin-off, pero quiero ver cómo va cogiendo tablas. Dejando este punto de lado, Maia ha tenido que lidiar con los bots, cuentas falsas en Twitter y el click-bait, una técnica muy de actualidad dado que el click y el número de visitas es lo que les importa ahora a los medios de comunicación online – lo de la rigurosidad de la información y la objetividad ha quedado atrás. Un profesor mío os lo relacionaría con la crisis del periodismo en un santiamén –. Esta vez se ha tratado de un exnovio que quería venganza por haberle dejado años atrás, pero ella no se ha quedado con los brazos cruzados. No sólo se ha enfrentado al tipo – le ha dado una bofetada con la que yo he aplaudido de la emoción –, sino que también le ha pagado con la misma moneda. Go, girl!Rindell está aprendido a pasos agigantados pero me encanta que se defienda con uñas y dientes, aunque a veces es un poco paradita, sobre todo al principio. Su tándem con Marissa está siendo una delicia. Gold no sólo es la compañera ocasional del nuevo investigador – según IMDb, se llama Jay Dipersiay – y la secretaria de Diane, también el apoyo fundamental de Maia en el bufete. Me encanta que se lo pasen tan bien y que hagan tan buenas migas. Al final de esta disputa, Adrian ha sido testigo de cómo el exnovio hostigaba a Maia y no ha dudado en defender a su empleada. Sin embargo, la frase “En este bufete, nos apoyamos los unos a los otros” me hace sospechar que va con segundas. A lo mejor no, pero lo ha dicho de una forma que creo que puede tener intenciones ocultas. ¿Maia tendrá que apoyar a su jefe en algún momento dado, como si estuviese cobrándose este instante en el que él la defiende? Me ha parecido muy tierna la escena en la que Rindell va a preguntarle a Boseman si la va a despedir debido a la noticia falsa que se publica sobre ella. Rose Leslie me va a matar con su cuquicidad dentro de poco. Tras llegar a un acuerdo con su exnovio, las noticias falsas siguen saliendo, pero no sabe de dónde. Nosotros sí: Mike Kresteva. Ugh, en serio, no puedo con este señor. Se me hizo bola en The Good Wife y no creo que eso cambie.
En general, el episodio me ha gustado, no más que el anterior, pero sí que ha tenido ciertas escenas interesantes y el caso es actual a la par que polémico. El problema que le veo al capítulo en sí es que tampoco me ha parecido gran cosa. En el anterior vimos a Maia haciéndole un gran favor a su padre, cosa que no ha avanzado en este y es uno de los aspectos más interesantes que nos presentan, y la introducción de Kresteva, como podéis observar, me toca un poco la moral porque es un señor que me da bastante asco. Espero que en el quinto capítulo sigan con la misteriosa lista y que a Maia le den un caso para que vaya cogiendo experiencia. Por otro lado, poco a poco, The Good Fight va creando su propio universo, añadiendo personajes nuevos y veteranos – por favor, quitadme a Kresteva de mi vista –, y lo va haciendo con paso firme y decidido. Seguimos teniendo el espíritu de Alicia Florrick vagando por la serie – cuando la ha nombrado Diane por casi me da un patatús – pero mucho menos que en los dosprimeros capítulos.

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Van a acabar siendo BFF y yo lo celebraré

Por mi parte nada más excepto animaros a que dejéis vuestros pensamientos, sentimientos o cualquier cosa que se os haya pasado por la cabeza al ver el episodio. ¿Qué lectura sacáis de la conversación entre Barbara y Diane? ¿La vuelta de Kresteva os ha gustado?
¡Hasta la próxima semana!
P.D: Corre la teoría de que los títulos de los episodios van a seguir un juego parecido a los de The Good Fight. En este caso sería una palabra por el primer capítulo, dos por el segundo, y así hasta el décimo, o que a partir del quinto vaya disminuyendo el número de palabras. A ver si se cumple o no.

Irene (@MissSkarsgard)

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