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Crítica del 2x02 "Not in Scotland Anymore" de Outlander: Un dulce tarro de miel

Publicado el 18 abril 2016 por Dro @Drolope
Crítica 2x02
La semana pasada, Outlander regresaba de su largo parón con ese fantástico e impactante episodio que fue el 2x01 "Through a Glass, Darkly". Y, como si quisieran compensarnos por todo ese dramón que tuvo el estreno de la temporada, en esta ocasión nos hemos encontrado con un episodio mucho más cómico y distendido (pero no por ello menos interesante), que nos descubre a nuevos personajes muy jugosos y nos introduce en el mundo de Versalles; todo ello al mismo tiempo que nos hace reír con bromas de lo más memorables. ¿Volveremos a pensar en un tarro de miel de la misma manera?
Crítica 2x02 Spoilers!] "Not in Scotland Anymore" se siente como un premio para los Fraser después de todo el sufrimiento tan brutal que padecieron -y que nos hicieron padecer- en el tramo final de la primera temporada, cuando los guionistas hablaron tan valientemente de una historia de violación a otro hombre -un tema aún tabú en la televisión, y que recientemente exploró también la fascinante American Crime-. Esa pesadilla aún atormenta a Jamie durante sus noches, tanto que ni siquiera puede volver a disfrutar con Claire de uno de esos polvazos a los que nos tienen acostumbrados. ¡Y eso que ella se depiló su tarro de miel por él, jolines! Pero, por lo demás, la fortuna ha sido generosa con ellos: el primo de Jamie se ha ido convenientemente, de forma que le ha dejado al cargo de su negocio de vinos, con todas las comodidades que ello conlleva.
Claire ahora tiene una sirvienta que no sabemos qué fuma, pero su mayor ilusión en la vida es hacerle la cama (donde se ponga nuestra Mrs. Fitzgibbons escocesa...) y un armario que es la envidia de toda Francia. Dedica su tiempo a pasearse por las calles de París mientras piensa en todos esos spoilers que están por venir, como la Revolución Francesa y la Torre Eiffel. Entre tanto, yendo a comprar somníferos para Jamie, conoce a un boticario y a su ayudante negra; por casualidad, descubre que es rival del nuevo enemigo que hizo a los cinco minutos de desembarcar en Francia en el episodio anterior. Ello le ha convertido ipso facto en su aliado y, tal y como ha sido su presentación, es de esperar que vaya a jugar un papel importante en el futuro.

Descubriendo las excentricidades de Versalles

Crítica 2x02 ¿Puede este estilo ponerse de moda otra vez en el Siglo XXI, por favor?
Jamie y Murtagh han conocido al famoso Bonnie Prince Charlie, o Carlos Eduardo Estuardo, ese ambicioso (y mierder, si somos honestos) aspirante al trono inglés que sabemos que será un mal estratega, avocando a los escoceses jacobitas a la catastrófica batalla de Culloden en el 1746. Y, tras echar un vistazo a su wikipedia, debemos felicitar al equipo que contrata al elenco: han hecho un magnífico trabajo. La intención de Claire y Jamie es la de evitar ese desastre, y por ello deben prevenir que el pequeño Estuardo consiga ayuda del ministro de finanzas francés. Un ministro que quedará cautivado por las tetas de Claire en la fiesta (como todos), y que terminará sus andanzas de borracho en el lago de Versalles... pero esa ni siquiera es la parte más loca de la fiesta en el palacio.
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Los lectores de las novelas estabais prevenidos de esta escena, pero yo no vi venir que Jamie Fraser acabaría viendo a Luix XV cagando en su real trono. O, al menos, intentando cagar. ¿Qué demonios fue esa escena? He leído opiniones de todo tipo entre los fans: desde quienes creen que ha sido genial e hilarante, de impoluto rigor histórico, hasta quienes la consideran de mal gusto, gratuita y bastante innecesaria. Yo, francamente, ni siquiera sé qué pensar: me quedé cautivado por el impresionante trabajo del equipo de vestuario con los trajes de la fiesta de Versalles; cautivado por todas esas luces y colores, por esas miradas asesinas y bromas pedantes, y por todos esos escotes que no dejaban nada a la imaginación... literalmente.
Este estilo de festejar, la propia idiosincrasia, es antagónica a todo lo que vimos en Escocia, y ese es precisamente el gran triunfo de "Not in Scotland Anymore": transportarnos de manera definitiva ("Through a Glass, Darkly" fue solo un tanteo) a un mundo completamente diferente, lleno de francesas pomposas, de glamour y de nuevos desafíos. Un mundo que Outlander, sin olvidar la nostalgia por Escocia, está haciendo suyo, evitando quedarse encasillada y extendiendo su universo creativo hasta límites que nunca imaginé en la primera temporada. Me lo he pasado tan bien que (aún siendo algo precipitado) tengo que decir que compro totalmente la nueva trama en Francia.
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Pero Outlander, como no podía ser de otra manera, termina un episodio hilarante de la manera más sombría posible: Claire, tras sacar sus garras (cómo la adoro) contra el duque escocés que les traicionó, al que encuentra por sorpresa en la fiesta, descubre a través del hermano de Randall que su mayor enemigo sigue vivo. Esa escena final, con fuegos artificiales, viene a decirnos de manera simbólica que los auténticos fuegos artificiales aún están por llegar... y, siendo la seriaza que es Outlander, me espero cualquier cosa de ella.
PD: ¿Y esa amante imprevista del pasado de Jamie? ¿Y esas miradas asesinas? WTF!
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Isidro López (@Drolope)

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