Revista Comunicación

Crítica Del 7x11 "Time & Life" De Mad Men: "Everything's Gonna Be Fine"

Publicado el 29 abril 2015 por Dro @Drolope
Mad Men se ha propuesto que caigamos en la miseria emocional más absoluta hasta que se despida del panorama televisivo por la puerta grande, la única forma posible en la que nos va a decir adiós. Este episodio ha tenido un sabor amargo a despedida, de que pronto no volveremos a ver a los publicistas de Madison Avenue ni sus luces y sus sombras. Si quieres enterarte de lo que ha pasado, no dudes en seguir leyendo.
*SPOILERS*

Como para no querer a estos dos

La sombra de la absorción por parte de McCann es alargada y nos arropa a todos casi por igual, o por lo hemos eso es lo que han pensado los empleados de Sterling, Cooper & Associates, que están ya con el rosario en la mano rezándole a Dios por otro puesto de trabajo. Esta semana hemos pasado por las fases del duelo al ver cómo algo en lo que has trabajado tanto y tan duro se te va de las manos y no puedes hacer nada por recuperarlo. Don, Roger, Pete, Ted y nuestra diosa Joan han intentado hasta el último minuto mantener la independencia de la agencia con un movimiento a la desesperada: llevar ciertas cuentas que crean conflicto con la empresa madre para así seguir ganando dinero y, como ya he dicho, continuar como una identidad propia. McCann ha dicho que ya está todo hecho, que no hay forma de volver a atrás, Sterling, Cooper & Associates dejará de existir como tal dentro de un mes y será parte del buque insignia, ese que les ha dado la matrícula de honor ante un examen muy duro de pasar. Frente a un abanico de posibilidades que se presenta delante de sus ojos, con farmacéuticas y el monstruo llamado Coca Cola de por medio, nuestra pequeña familia de publicistas tiran la toalla y empiezan a aceptar su destino: se cambian de casa. Adiós a las majestuosas vistas, a la libertad y no sentir la correa del dueño que te controla. Ellos lo tienen más fácil ya que se han convertido en indispensable y en la imagen de la empresa pero, como se ha visto al final del episodio, los demás no comparten la misma opinión. Secretaria, ayudante, administrativo lo puede ser cualquiera, ¿qué hace que esa gente que ya está ahí sea insustituible? Nada, por lo que el pánico y la indignación se palpan en el ambiente, tanto que no le dejan acabar el speech al pobre Don. Se avecinan grandes cambios que no estoy segura de si veremos o no. ¿Terminará la serie justo cuando Draper cierre las puertas de la agencia, echando una última mirada llena de esperanza en un futuro que se presenta impredecible y sin planes ni objetivos en el horizonte? Me parecería un final poético ya que nuestra etapa en esas oficinas, en lo que siempre ha sido Sterling Cooper, nuestra casa, también habría concluido junto con ellos. Sinceramente, este episodio te hace caer en la miseria más absoluta, se nota que nos estamos despidiendo de verdad y todavía faltan tres episodios más. Imposible no emocionarse con ciertos gestos como el beso de un Sterling “contentillo” a un Don totalmente perplejo y con un gesto muy gracioso – las caras de Jon Hamm en este episodio me han encantado –, o ese momento tan solemne al despedirse Joan de todos al marcharse de la cena, lo que añade más tristeza al hecho de que la serie se despide de verdad.
En relación con la agencia, tengo que destacar la actitud de Ken Cosgrovede quien ya hablé en pasadas reviews. Siempre hemos visto a este personaje dejarse la piel por su empresa – incluyendo un ojo, que no es poco – y no recibir mucho a cambio excepto alguna palmadita en la espalda y un aumento de salario de vez en cuando. La agencia no le ha tratado demasiado bien teniendo en cuenta los últimos acontecimientos y la intención de despedirle, así que no me puede gustar más esta manera de tratar a Roger y Pete en la amena pero tensa reunión que tienen. Es la venganza de Cosgrove, el “tengo el control y voy a haceros sufrir hasta el final”. En mi humilde opinión, se lo merece por haber luchado tanto y recibir siempre un trato inferior. ¡Sigue así, Ken!
Un personaje que ha tenido más relevancia en este episodio ha sido Pete, quien estaba muy desaparecido aunque presente. Esta vez han traído a Trudy (mi amada Alison Brie) de vuelta para ver a este tándem en funcionamiento, el cual no se llevaban muy bien por la tendencia de Campbell a tirarse vecinas cachondas. Parece que ya han vuelto las aguas a la calma e intentan que la cordialidad reine la situación, una muestra de madurez destacable en dos personas que son muy pasionales y que se dejan llevar por sus emociones fácilmente. El defender a Trudy y ese puñetazo al director del colegio me han parecido geniales ya que ponen de manifiesto esto que comento, que intentan tener una buena relación por el bien de su hija, cuando podría haber actuado de otra forma como humillar más a su exmujer o no defenderla en absoluto. Pete está viendo cómo las cosas no se pueden controlar, que el destino es el que es y no se puede cambiar. “Las cosas pasan porque tienen que pasar”, le dice a Joan en el taxi, dándose un poco por vencido y cansado de tanto luchar. En este episodio se han palpado la desesperanza y la ingenuidad al pensar que al ser comprado por un pez gordo las cosas se iban a quedar como estaban. ¡Ay, pobrecillos mis niños! Quiero daros un besito en la frente a cada uno y acariciaros el pelo mientras os digo que todo va a ir bien.
Hablando de Joan, esta se ha vuelto a sentir menospreciada en el trabajo o, mejor dicho, ante los jefazos de McCann. Parece que el esfuerzo por conseguir la cuenta de Avon y mantenerla no es suficiente para que la valoren al igual que al resto, y es porque es mujer. Es algo que me repatea hasta más no poder ya que está intentado desmarcarse de su antiguo puesto como jefa de las secretarias para moverse hacia un círculo más de hombres y no la toman en serio y, lo peor, es que es algo que seguimos viviendo en el siglo XXI. ¿Cuándo se darán cuenta ciertas personas que somos tan capaces o más que los hombres en hacer el mismo trabajo? No somos inferiores y está probado científicamente. Queremos los mismos derechos y libertades, una igualdad que todavía no hemos conseguido. Uf, este es un aspecto que me da bastante asco de esta serie pero es porque la época era así y lo refleja tal cual. Tranquilos que ya se me pasa.

Por favor, que pase algo entre
estos dos

Pero quien se lleva mi ovación esta semana es mi querida y adorada Peggy, a quien no puedo querer más. Olson tiene una herida todavía sin cicatrizar y que se reabre sólo con ver niños o parques llenos de ellos. Hace ya mucho tiempo que renunció a su hijo y lo dio en adopción, fruto de una relación con Pete en la que ella estaba loca por él pero este acababa de pasar por el altar. Un niño no deseado, por sorpresa, una mancha en el pasado que hay que tapar. En ese momento en el que Pete le pide hablar con ella me esperaba una conversación que llevo tiempo deseando, que hablasen de ese niño, de un dolor profundo que no se va y que viene de vez en cuando. No ha sido posible esta vez pero creo que esta serie no debería terminar sin que esto ocurriese, sin que estos dos hablasen de lo que pasó entre ellos allá por la primera temporada – ¡madre mía, cuánto tiempo y qué bebés todos! –. Sin embargo, Peggy se ha abierto en este aspecto con Stan, con quien pienso que debería terminar ya que love is in the air y se ha notado, y se nota, muchísimo entre ellos. Él, de alguna forma, ha conocido un aspecto de su vida que sólo Don y Pete conocen, un momento oscuro del que se avergüenza y que le sigue doliendo con el paso de los años. Es lacrimógeno, duro, humano y real; me es imposible no querer a Peggy y no desearle un pedazo de Emmy a Elisabeth Moss, quien se lo lleva mereciendo años por el gran papel que hace.
En general, como ya he dicho, ha sido un episodio que alberga un gran pesar, una tristeza por decirle adiós a una etapa, igual que nosotros que le tenemos que despedirnos de una grande de la historia de la televisión. Resaltar especialmente la actitud de Meredith, quien ha sacado un coraje nunca visto ahora, una persona muy modosita, inocente y hasta un poco mema. Esta última temporada está teniendo detalles muy significativos como lo del niño de Peggy, ese brindis a Cooper, el cual es difícil no emocionarse con ese recuerdo a uno de los fundadores de la agencia, o la referencia a California y lo especial que es para Don por el recuerdo de Anna, la esposa del verdadero Don Draper. Estos detalles hacen que la serie brille mucho más y que nos inviten a hacer una retrospección por la historia de la serie, lo que nunca viene mal y hace que nuestros recuerdos con la propia ficción florezcan. Ay, Matthew Weiner, tú sí que sabes, cabronazo, y lo que te queremos.
Por mi parte nada más excepto recordaros que podéis compartir vuestros pensamientos, sentimientos o lo que se os haya pasado por la cabeza viendo el capítulo a través de los comentarios, los cuales son siempre bienvenidos y muy agradecidos. Conocer vuestro punto de vista siempre es muy interesante, y poder intercambiar unas palabras con vosotros, un placer.
¡Hasta la semana que viene!
P.D: Para que veáis qué bien se lo pasaban Elisabeth Moss y Vincent Kartheiser en el set de rodaje.
We are wondering what happened to our baby... #MadMen #AMC #endofanera #VincentKartheiser #theonethatgotawayUna foto publicada por Elisabeth Moss (@elisabethmossofficial) el 26 de Abr de 2015 a la(s) 6:49 PDT

Irene (@MissSkarsgard)

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