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Crítica doctor strange (2016), por albert graells

Publicado el 01 noviembre 2016 por Matias Olmedo @DragsterWav3
CRÍTICA DOCTOR STRANGE (2016), POR ALBERT GRAELLS
Sinopsis: La vida del Dr. Stephen Strange cambia para siempre luego de un accidente automovilístico que lo deja sin poder mover sus manos. Cuando la medicina tradicional falla, se ve obligado a buscar una cura y esperanzas en un lugar impensado: una comunidad aislada llamada Kamar-Taj. Rápidamente descubre que éste no es sólo un centro de recuperación, sino también la primera línea de una batalla en contra de fuerzas oscuras y ocultas empeñadas en destruir nuestra realidad. En poco tiempo, Strange, armado con sus poderes mágicos recientemente adquiridos, se ve obligado a elegir entre volver a su antigua vida de riqueza y estatus o dejarlo todo, para defender el mundo como el mago más poderoso del planeta.
CON SPOILERS
“Doctor Strange” resulta una de las mejores películas de Marvel, una de sus mejores adaptaciones y mejor conseguidos, y tiene mucho mérito, por “Doctor Strange” era un personaje y un cómic muy difícil de adaptar a una película puesto que, al igual que pasa con “Dragon Ball” hay aspectos del manga/cómic que funcionan muy bien en el manga/cómic pero es muy complicado trasladar a una película en imagen real sin que parezca inverosímil o ridículo o absurdo. Aquí lo han conseguido, han hecho una adaptación fiel al personaje y que recoge aspecto del cómic que, trasladados a la película, no desentonan. Uno ve la película y compra lo que ve, lo acepta.
El director de “Doctor Strange”, Scott Derrickson, que dirigió hace unos años el remake de “Ultimátuma a la Tierra”, se permite coger aspectos de otras películas para hacer esta adaptación. En “Doctor Strange” podemos ver claramente aspectos de “Inception”, “Batman Begins” e incluso “Iron Man”. Y lo hace bien, no lo esconde y no es una simple copia, sólo coge esos elementos y los utiliza para su propia historia. Y la historia que construye Derrickson está muy bien, está bien desarrollada, está bien estructurada, mantiene el interés continuamente sin decaer en ningún momento.
Al centrarse la historia sólo en un personaje, el protagonista, en vez de en un grupo cada uno de los cuales es protagonista, como sucede en “Capitán América: Civil War” o “Los Vengadores: La era de Ultrón”, en esta adaptación de “Doctor Strange” hay un arco principal de transformación del protagonista y no tanto un arco de desarrollo de los acontecimientos, que también lo hay, pero no se come ni estorba el arco principal.
CRÍTICA DOCTOR STRANGE (2016), POR ALBERT GRAELLS
La película empieza a lo “Iron Man”, con el protagonista en su mundo: arrogante y egocéntrico, un máquina y un exitoso en su trabajo, presumidamente rico. Entonces le ocurre lo que le ocurre que le afecta a su cuerpo. El accidente de tráfico que sufre Steven Strange es en plan “me lo estoy currando todo lo que puedo para tener un accidente”, y además el accidente es muy bestia, choca con otro coche, cae por un barranco, da vueltas de campana que es un no parar, y Strange sólo se rompe las manos y poco más. En los anuncios de la DGT de hace unos años el coche recibía un sólo golpe y salía un niña atravesando la luna y espachurrando su cráneo por el calzado.
Después la película sigue en plan “Batman Begins”, con Strange yendo al Nepal para entrenarse en el dominio de la hechicería con el fin de poder recuperar la movilidad completa de sus manos y poder volver a trabajar como neurocirujano, pero que luego van surgiendo problemas que le llevan a convertirse en un superhéroe. El proceso de aprendizaje de Strange está bien mostrado, pero se hace demasiado corto. Steven Strange aprende más en veinte minutos de película que Harry Potter en ocho películas. A “Doctor Strange” le hubiera venido bien diez minutos más de aprendizaje del protagonista, y no se hubiese hecho larga la película ni se hubiese hecho más lenta, de hecho la película dura poco menos de dos horas, la película se pasa volando, es entretenidísima, hasta te deja con ganas de más, por eso ese poquito más hubiese venido muy bien.
La película también tiene aspectos de “Inception”, que no muestra tanto en el arco de transformación del protagonista sino en el arco de acontecimientos en los que el protagonista se verá inmerso y que harán que se convierta en un superhéroe. Tal cual empieza la película esta ya nos muestra cómo surgen los problemas (posteriormente en la película se explicará porqué surgen estos problemas), y es un comienzo que recuerda mucho al comienzo de la primera película de Star Wars, cuando las tropas imperiales abordan la nave de la princesa Leia para conseguir los planos de la estrella de la muerte. Uno de los dos malos (el otro no interviene hasta el clímax de la película) entra con sus secuaces en la biblioteca del Kamar-Taj, que es algo así como Hogwarts pero en Nepal, y se llevan unas páginas de un libro con unos conjuros después de decapitar ritualmente al bibliotecario, que tampoco se entiende que necesidad había de matar al bibliotecario así con tanto esmero parafernálico, como si se trata de un bautizo o de la primera comunión, un tiro en la frente y déjate de hostias. La directora de la Escuela de Magia y Hechicería del Nepal para fulanos de Nueva York, La Anciana, interpretada por Tilda Swinton, los descubre e intenta detenerlos, y aquí ya empieza la psicodelia inceptinoide dónde los efectos visuales lucen impresionantes. Y no es sólo al principio, después hay tres o cuatro momentos más en plan “Inception” que son impresionantes, y que son buenas escenas de acción dónde, a pesar de lo acelerado que es el tempo, todo se ve bien.
CRÍTICA DOCTOR STRANGE (2016), POR ALBERT GRAELLS
Las película no sólo se enriquece de dosis de acción, sino también de agudos toques de humor que no son gratuitos y que funcionan muy bien, son muy divertidos y se integran perfectamente en el conjunto de la historia. Hay momentos de humor que son grandiosos y en el que es imposible que no te rías, como la escena Beyoncé, impagable. También hay una trama amistad/romance del protagonista con el personaje Rachel McAdams que esta bien narrado, y no resulta moñas como el romance de Thor con el personaje de Natalie Portman en las películas de Thor.
El tono dramático del film lo aporta el trauma del protagonista con sus manos, y que se parece mucho a lo que le ocurre al personaje protagonista de la serie “House” con su pierna coja. Aquí está muy bien aprovechado el trauma de las manos, es creíble el padecimiento del protagonista por su incapacidad de mover las manos como quiere y necesita que se muevan, como espectador te crees ese sufrimiento.
En la película también funciona muy acertadamente la épica, en la película hay varios momentos épicos, en especial el clímax. Recuerda un poco al final de la película “Alatriste”, cuando Diego Alatriste, junto con un puñado de compañeros de armas, se ve con un parlamento del ejército que les asedia, el que habla en nombre del ejército enemigo le dice que el duque tal les admira porque han luchado bien y con valentía y que les ofrece una rendición honrosa y conservar sus banderas y tal cual, y Alatriste responde decidle al duque tal que agradecemos sus palabras pero éste es tercio español. Pues en “Doctor Strange” es lo mismo. Cuando todo parece perdido, cuando el enemigo es invencible y sólo quedan tres para hacerle frente, se le pone delante el Doctor Strange y le dice tú de aquí no pasas. Eso tiene mucho mérito porque, mientras en otras películas se necesita de grandes ejércitos para hacer épica, en “Doctor Strange” basta con uno. Un clímax memorable, grandioso, buenísimo.
CRÍTICA DOCTOR STRANGE (2016), POR ALBERT GRAELLS
La película está bien enlazada con el resto del universo Marvel, los easter-egg están bien, sobretodo el edificio Stark en Nueva York y la gema del infinito. Hubiera estado muy bien un cameo de Spiderman o Peter Parker, que se viera a Tom Holland haciendo algo en las escenas que suceden en Nueva York, echando una mano a Strange en su enfrentamiento contra el personaje de Kaecelius. Un poquito de aparición, na siquiera, hubiese sido una buena guinda.
Ninguna queja del trabajo de los actores. Benedict Cumberbathc está grandioso, está soberbio. Tilda Swinton no se queda atrás, es una grandísima actriz, una de las mejores actualmente, y en “Doctor Strange” se marca una actuación fenomenal. Chiwetel Eijofor (paso de pronunciar su nombre) lo hace bastante bien, al igual que Rachel McAdams que está magnífica. Y Mads Mikkelsen, que haga lo que haga lo hace muy bien, en esta película aguanta el tipo ante Cumberbatch y Swinton.
Lo mejor: Todo está tan bien que resulta infructuoso determinar qué es lo mejor.
Lo peor: Que la película no dure un poco más, que no hay un poco más de película.
Mi calificación es: CRÍTICA DOCTOR STRANGE (2016), POR ALBERT GRAELLS

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