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[Crítica] El Hobbit: Espectácular regreso a la Tierra Media

Publicado el 15 diciembre 2012 por Despiram @FrikArteWeb

[Crítica] El Hobbit: Espectácular regreso a la Tierra Media

Tras 8 años y 362 días desde el estreno de El Retorno del Rey, de acomodarnos en nuestros particulares agujeros Hobbits, y de disfrutar de las delicias de la Comarca,  volveríamos a partir hacía la tierra media a emprender un nuevo viaje, una nueva aventura.

La expectación no podía ser más alta, ya que el bueno de Peter Jackson se ha encargado personalmente de aumentarlas desde el primer día de rodaje con numerosos videoblogs, imágenes, tráilers, y concluyendo haciendo pública su banda sonora. Larga espera y altas expectativas, mucho corría en contra del film, pero todo se desvaneció en el instante en que se apagaron las luces y empezábamos a ver el logo de New Line Cinema y la subida al carro ahora si de Warner Bros.

En un agujero en el suelo, vivía un hobbit. No un agujero húmedo, sucio, repugnante con restos de gusanos y olor a fango… era un agujero hobbit, y eso significa comodidad.

La película no podía empezar de otro modo que con la célebre frase. Aunque en esta ocasión, hilando con la trilogía original, vemos a Bilbo Bolsón (Ian Holm) en el día de su centésimo vigésimo primer cumpleaños, empezando a escribir su novela dirigida a su sobrino, contándole la aventura que vivió  60 años atrás. Y de cómo una tertulia inesperada, le cambió la vida para siempre.

Todo comienza en una plácida mañana, dónde el joven Bilbo disfruta en el porche de Bolsón Cerrado de una buena pipa de hierba de la comarca, como cada mañana, hasta que de pronto recibe la visita del legendario Galdalf el Gris, una presencia cuánto menos incómoda para un hobbit tan tranquilo como Bilbo, con lo que consigue despacharle rápidamente, sin perder los modales de un hobbit por supuesto.

[Crítica] El Hobbit: Espectácular regreso a la Tierra Media

Esa misma noche, ante el atónito aunque siempre servicial Bilbo, una horda de enanos al parecer liderados por Gandalf (Ian McKellen), irrumpiría en su casa desvalijando su repleta despensa. Tras la suculenta cena los enanos invitan a Bilbo a que sea el miembro número catorce de su compañía, quienes están a punto de emprender un viaje hacía Erebor, la montaña solitaria, que antaño perteneciera a los enanos y la cual estaba ahora custodiada por el temible dragón Smaug.

Si, los Bolsón son gente tranquila, pero la sangre Tuk que corre por las venas de Bilbo le hacen aceptar dicha aventura, lo que no podía imaginar es en los problemas que se iba a meter, ya fuera por culpa de unos trolls cansados de carnero asado, sortear caminos sobre la colina y bajo la colina, o el encuentro con una asquerosa criatura llamada Gollum y sus dichosos acertijos en las tinieblas, y dónde el único momento de tranquilidad fue durante un breve descanso en Rivendel.

Si, Peter Jackson ha sabido a hacer nuevamente su trabajo con una película increíblemente fiel a la novela, que era lo que más nos temíamos al conocer que estaría dividida en tres partes, consiguiendo convertir 137 de las 359 páginas en todo un majestuoso film de casi 3 horas de duración.

[Crítica] El Hobbit: Espectácular regreso a la Tierra Media

Si hay que ponerle algún pero es quizá que el público de a pie agradecería algunos recortes, así como los fans, que hemos visto como un personaje existente aunque no nombrado en la novela, adquiría tanto protagonismo como es el caso de Radagast el pardo, o la invención de un nuevo archi-enemigo para Thorin, escudo de roble, cómo si el pobre no tuviera bastante…, así como una saturación de escenas en Rivendel, que bien podrían haber formado parte de las escenas eliminadas en su futura versión extendida.

Al margen de esto es brillante la forma de como el director ha recopilado datos sacados de apéndices y otros textos, para explicar y elaborar situaciones que en la novela ocurren, aunque no vemos al estar vista desde los ojos de Bilbo. Al igual de brillante en convertir un cuento con tintes infantiles, en sarcasmo y humor para lograr sacar la película adelante. Un film que está a años luz de lo que fuera El Señor de los Anillos, pero a su vez con toda la esencia del mismo gracias a sus incontables guiños.

Y si en guión y dirección destacan, no hay palabras para describir la técnica de esta película, la cual ya ha sido premiada por la academia con la nominación a mejores efectos visuales. Empezando por la iluminación, cuyo juego de azules para las sombras y dorados en las luces te crea esa sensación de estar metido en un sueño. Su fotografía sigue siendo de admirar, dónde nos siguen maravillando con nuevas y preciosas tierras neozelandesas, así como construcciones majestuosas como Erebor o la ciudad del Valle, que nos hacen desear el vivir en lugares completamente inventados por las brillantes mentes que forman el equipo técnico de El Hobbit. En la innovación ha estado la clave, a pesar de contar nuevamente con multitud de planos aereos es un trabajo completamente fresco, tan fresco como el nuevo aspecto dado a los enanos, otro acierto por parte del equipo, esta vez de maquillaje, al no caer en el tópico de enanos bajos, gordos y barbudos y enseñándonos que hay enanos de todo tipo, más esbeltos y con mejor predisposición al combate, que no solo la de aquellos que han estado demasiado tiempo lejos de una espada o un hacha.

[Crítica] El Hobbit: Espectácular regreso a la Tierra MediaPero si hay algo que también destaca en una película con tantos protagonistas, estas son sus actuaciones. Contar con todo un actorazo como Martin Freeman, es un hándicap muy  a favor, y como era de esperar brilla con luz propia. E igual de destacable o más aun es la labor de Richard Armitage en el papel de un inconmensurable Thorin, escudo de roble. Y por supuesto, no nos podemos olvidar de Andy Serkis, quien vuelve a dar vida a Gollum en la escena protagonista total y absoluta de toda la película, la más mágica, la más esperada, y la más fiel si cabe a la novela.

En resumidas cuentas, toda una gran película con la que finalizar este año 2012, aderezada una vez más por el majestuoso trabajo de Howard Shore al cargo de su banda sonora. Cierto es que el film cojea en algunos aspectos ya nombrados, pero como le sucediera a La Comunidad del Anillo, esperaremos a verla en todo su conjunto para valorarla como es debido. Mientras tanto, Peter Jackson, gracias por volver a hacer de este sueño una realidad.


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