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Crítica el mayordomo (2013), por albert graells

Publicado el 25 marzo 2016 por Matias Olmedo @DragsterWav3
CRÍTICA EL MAYORDOMO (2013), POR ALBERT GRAELLS
Fui al cine a ver “El mayordomo” porque en ella salían Robin Williams, Liev Schreiber, James Marsden, Cuba Goding Jr. y Alan Rickman, que son cinco actores que me encantan. Era consciente de que “El mayordomo” estaba dirigida por el inútil de Lee Daniels, director de esa porquería titulada “Precious”, pero esperaba que el despropósito de este sinvergüenza no me impidiera disfrutar de las interpretaciones de Williams, Schreiber, Marsden, Goding Jr. y Rickman. Me equivoqué.
La película empieza a lo “Forrest Gumb”, pero con un descaro insultante. Eso ya marca, desde el inicio, la intensión de Lee Daniels de querer hacer un “Forrest Gumb” en versión negra, pero sin conseguirlo. No es que no se pueda resumir la vida de una persona en dos horas de metraje, Zemeckis lo hizo en “Forrest Gumb” y con mejores resultados. El problema es que en “El mayordomo” las elipsis están muy mal construidas y los cortes están mal hechos. Yo podría haber montado mejor la película.
Después de la presentación a lo “Forrest Gumb”, se suceden una serie de flashbacks que narran la infancia y adolescencia del protagonista. Primero e nos muestra el campo de algodón en el que se crió de niño el protagonista, donde un montón de negros son explotados bajo la tiranía del capataz, entre ellos los padres del muchacho.
El muchacho presencia como el capataz de la plantación, un desagradable Alex Pettyfer, viola a su madre y luego mata a su padre de un disparo en la cabeza. ¿Por qué? Pues porque sí, porque le apetece.
La madre de Pettyfer y propietaria de la plantación es una ancianita BLANCA que viste de BLANCO y con aspecto de ser una bellísima mujer, una corderita arrugada que actúa de buena fe, pero en realidad es una bruja. Bien podría haber denunciado a su hijo por haber cometido un asesinato y una violación. En vez de eso la vieja no sólo protege al psicópata de su hijo que es un asesino y un violador, sino que además se encarga de hacer eliminar las pruebas, enterrando el cadáver del padre del muchacho para que sirva de abono para las plantas de algodón.
No queda ahí la cosa. La vieja bien podría haberle dado unos dólares al muchacho y enviarle a un orfanato para que recibiese una buena educación y pudiera llegar a ser médico u abogado, pero no, lo mantiene secuestrado en su casa, obligándole a servir al asesino de su padre y al violador de su madre y darle las gracias, hasta que el muchacho alcanza la edad suficiente para pirárselas sin temer al bastón de la vieja, pero ya condenado a ser un simple sirviente el resto de su vida. La vieja le deja ir, pero no le da ni un miserable dólar a pesar de que lo ha mantenido esclavizado toda su vida y lo ha torturado psicológicamente.
Todo esto es horrible, pero Lee Daniels, con alguna enfermedad degenerativa que debe tener en su cerebro y que le impide ser coherente, lo pinta como si fuese un cuento de hadas ambientado en el planeta felisonia.
CRÍTICA EL MAYORDOMO (2013), POR ALBERT GRAELLS
Ya en la adolescencia y en la calle el protagonista va buscando trabajo por dónde puede. Una noche cualquiera se para delante del escaparate de una pastelería cerrada y, movido por el hambre, rompe el cristal a golpe de puño, coge un pastel y se lo come aun con la nata manchada de su propia sangre. El encargado de la tienda, muy lustreras y que es negro, se enfada con el muchacho por haberle roto el cristal y haberse comido uno de los pasteles.
Yo he trabajado en una pastelería, y al terminar la jornada de trabajo todos los pasteles que estaban en el escaparate se guardaban en la cámara frigorífica y al salir del local se bajaba la persiana. Si durante la noche tú no bajas la persiana, poniendo al descubierto el escaparate, y encima dejas los pasteles a la vista en el escaparate, estás pidiendo a gritos que rompan el cristal y te roben. El protagonista no se queda atrás de lustrerismo, porque rompe el cristal a puñetazo limpio, pese a que tenía la cortina a mano, con la que se podía haber envuelto el codo y así romper el cristal sin hacerse daño.
El encargado negro de la pastelería contrata al muchacho para que trabaje en el bar, porque de repente la pastelería se convierte en un bar de licores o en el bar de un hotel o qué sé yo, Lee Daniel no es coherente ni siquiera con eso.
Es molesto ver como en toda la película sólo los negros ayudan al protagonista, queriendo Daniels decir que todos los blancos somos unos racistas irremediables, porque en la película casi todos los blancos son mostrados como unos racistas que menosprecian a los negros, y aunque es verdad que hasta bien entrada la década de los 70 en Estados Unidos había mucho racismo, no todos los blancos eran así, y muchos no tenían reparos en ayudar a un negro si tenía problemas y podían ayudarle, y eso Daniels no lo muestra.
CRÍTICA EL MAYORDOMO (2013), POR ALBERT GRAELLS
Éste es uno de tantos indicios del racismo de Daniels, porque él es el auténtico racista. Es racista con los blancos, es racista con los negros siendo él negro, y es racista con los judíos. Porque si éste mayordomo, en la vida real, hubiese sido blanco y no negro, Daniels no hubiese hecho un biobic sobre él. La cuestión es siempre ensalzar al negro como un héroe estadounidense, un patriota estadounidense, aunque para ello haya que tergiversar los hechos. Porque en la vida real Cecil Gaines no se llamaba así, sino Augene Allen. Pero claro, siendo ésta una película por y para negros el director no iba a permitir que el protagonista tuviera un nombre de blanco, así que Daniels le cambió el nombre al protagonista de un biobic. Hala, pues qué bien, a J. Edgar le llamamos Pepito, y a Alejandro Magno lo llamamos Lee Xiun-jang, si te parece. Además, Augene Allen no empezó a trabajar en la Casa Blanca como mayordomo, sino como friegaplatos, y eso Daniels no lo cuenta para darle más importancia al protagonista pese a que no deja de ser un simple mayordomo.
Esa es otra. ¿A cuenta de qué se hace un biobic de un simple mayordomo? ¿Puestos a hacer biobics de don nadies que no han hecho nada históricamente destacable, porque no hacen uno de un cajero de un supermercado de Atlanta? Daniels estaría dispuesto a hacerlo sólo si el cajero es negro. Lee Daniels es capaz de hacer un biobic de un vagabundo con lepra y violador de cabras con tal de que sea negro, y pintarlo como el más patriota al matar judíos a cambio de condones y comida para gatos.
En “El mayordomo” salen hasta cinco presidentes de los Estados Unidos ¿Y Daniels hace un biobic sobre el mayordomo que les servía? No tiene sentido. Y al presidente Barack Obama no le hacen salir en la película. El primer presidente negro de la historia de Estados Unidos y no le hacen salir en la película. De él sí que tendrían que haber hecho un biobic. No se entiende.
¿Y porque no sale Henry Kissinger? Si sale Nixon debería salir Kissinger. Pero Daniels no lo saca porque Kissinger es judío y Daniels un racista. No sería de extrañar que la próxima que dirija Daniels sea un remake de “El nacimiento de una nación” pero ambientada en la Alemania nazi y los judíos siendo los malos.
CRÍTICA EL MAYORDOMO (2013), POR ALBERT GRAELLS
El tema de los presidentes. Están Robin Williams como Dwight D. Eisenhower, Liev Schreiber como Lyndon B. Johnson, y Alan Rickman como Ronald Reagan, que está muy bien porque estos actores se parecen a los personajes reales a los que interpretan. ¿Pero a cuenta de qué ponen a James Marsden y a John Cusack como John F. Kennedy y Richard Nixon? John Cusack se parece a Richard Nixon lo que un huevo a una castaña. Al menos podrían haberlos maquillado para que se parecieran a sus personajes, pero como Daniels tiene el criterio de un mandril con tuberculosis, pues a unos actores los maquilla y a otros no. No se puede ver a John F. Kennedy en James Marsden, sólo se puede ver James Marsden, es imposible ceerse las situaciones, y con John Cusack interpretando a Nixon lo mismo.
Y no se entiende porque Daniels saca tan poco a los presidentes. No puedes tener a actores de la talla de Robin Williams, James Marsden, Liev Schreiber, Alan Rickman y Janes Fonda, para que aparezcan sólo en dos o tres escenas. Eso es desaprovecharlos. Pero es que encima en la película actuaba Melissa Leo, que es una gran actriz… ¡Y Daniels la elimina del montaje! Es alucinante. ¡¿Entonces porque se molestó en grabar escenas con Melissa Leo si no las iba a montar en la película?! Son ganas de desperdiciar el talento de grandes actores.
Peor es el trato que Daniels da a los presidentes. A Eisenhower lo muestra pintando en el despacho oval porque en una mansión tan grande como la Casa Blanca no hay otro sitio dónde el presidente pueda pasar su tiempo de ocio que no sea el despacho en el que tendría que estar haciendo cosas de presidente, a Kennedy lo muestra intentando ligarse al protagonista de forma insinuante, a Johnson lo muestra cagando en el váter e insultando a todo Dios, y a Reagan lo muestra como un racista hipócrita porque lo fue, pero lo hubiera mostrado igual aunque no lo fuera.
Nixon tenía mejores cosas que hacer que mendigar votos a un par de cocineros negros que sabía que ni le votarán de todos modos, como por ejemplo ir a mendigar votos en mítines donde hay decenas de miles de votantes indecisos. Y si Daniels quería rodear a John Cusack de moscas, al menos que las hubiese recreado bien digitalmente, no haber metido a su alrededor puntos hechos con paint, que queda supercutre, y esto vale también para el humo en la escena de los disturbios, que también está hecho con paint, todos los efectos especiales de la película están hechos con paint.
CRÍTICA EL MAYORDOMO (2013), POR ALBERT GRAELLS
Mención especial merece también el maquillaje de la película, totalmente horrible, el maquillaje y la película. A Liev Schreiber le ponen orejas de plastilina de dos metros, del tamaño de un portaaviones, y a John Cusack también le pegan todo un pegote de plastilina en medio de la nariz que es horroroso. Todo el maquillaje está hecho con plastilina. Los personajes están hechos de plastilina. "El mayordomo" es una película stop-motion con figuritas de plastilina montada con paint y con efectos especiales hechos con paint. Con la de hambre que hay en el mundo y se gastan treinta millones de dólares en paint y plastilina.
No se entiende que no pongan maquillaje a Cuba Goding Jr. para envejecerlo. Pasan treinta años en la cronología de la película, y el personaje de Coding Jr. no sólo no envejece, sino que además rejuvenece, es el Benjamin Button negro. Menos se entiende aún que el personaje de Goding Jr., siendo amigo del personaje de Whitaker, le dice a éste, y cito textualmente, "negro de mierda", sin venir a cuento, durante la gala que organizan los Reagan. En fin, desvaríos de Daniels.
Hablando de Whitaker, Forest Whitaker, normalmente extraordinario actor, aquí hace una interpretación extraordinaria... de la horrorosa que es. En "El mayordomo" lo que hace Whitaker es, con la cara, imitar al Marlon Brando de "El padrino" y, con la voz, imitar al Tom Hanks de "Forrest Gumb". De esta manera Whitaker consigue que, cuando su personaje está en su casa, parezca un jefe mafioso con cambios de humor muy esquizofrénicos, pero que cuando está en la Casa Blanca, se comporta como un retrasado mental, riendo estúpidamente de sí mismo y diciendo incansablemente y sin parar "Hola, soy Cecil Gaines, el nuevo mayordomo". ¡No me jodas! Yo pensaba que el título de la película hacía referencia a un fontanero. Así que es por eso que Daniels le hace decir tanto al protagonista que es el nuevo mayordomo de la Casa Blanca, porque como los blancos no somos tan listos seguramente no lo hemos pillado las treinta primeras veces.
Y tampoco se entienden las escenas en que el protagonista le pide a su jefe que los trabajadores negros del servicio de la Casa Blanca cobren lo mismo que los trabajadores blancos. ¡Pero si todo el servicio es negro! ¿Qué cobrarán más que los blancos si no hay un solo blanco en el servicio?
En definitiva. La película es mala, es pésima, aunque no tanto como "Precious" (reto difícil de superar). A Lee Daniels yo le pediría que no vuelva a dirigir y que vaya a un psicólogo.
Mi calificación es:CRÍTICA EL MAYORDOMO (2013), POR ALBERT GRAELLS

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